Con los pies, el coraz¨®n y la cabeza de barro
Que una serie de programas en torno a Isabel Pantoja, en los que la cantante es retratada como la personificaci¨®n del mal, arrollen en audiencia, demuestran que el morbo vende y que la ciudadan¨ªa lo agradece
Si los gustos televisivos de un pueblo pueden ser un factor para medir su salud mental, Espa?a tiene un problema a?adido al del paro, la desigualdad y el incremento de la pobreza. Que una serie de programas en torno a Isabel Pantoja, a las graves acusaciones de su hijo, las de algunos de sus familiares y las de su entorno, en las que la cantante es retratada como la personificaci¨®n del mal y su hermano Agust¨ªn, como el nuevo Rasput¨ªn, y que esos programas arrollen en la audiencia, demuestran que el morbo vende y que la ciudadan¨ªa lo agradece.
Todo empez¨® con un S¨¢bado Deluxe en el que el presentador entrevist¨® largo y tendido a Kiko Rivera, antes Paquirr¨ªn. El personaje no tiene ning¨²n inter¨¦s biogr¨¢fico, pero en la entrevista destap¨® la caja de los truenos. Mala madre, estafadora, ladrona..., la Pantoja a caer de un burro en boca de alguien que hasta entonces solo hablaba maravilla de su progenitora. En resumen: 3,7 millones de espectadores.
Telecinco, como suele ser habitual en una cadena especializada en la depredaci¨®n del bajo vientre, no desaprovech¨® el fil¨®n. Todos sus programas de los genitales y los de tertulianos llevan semanas exprimiendo el tema: sobrinos, cu?ados, un ch¨®fer o la hija de un mayoral son llamados a declarar ante la corte suprema.
Y si Bel¨¦n Esteban fue nombrada ¡°princesa del pueblo¡±, ?cu¨¢ndo nombrar¨¢n a Kiko su pr¨ªncipe consorte? al fin y al cabo ya casi alcanz¨® el Olimpo con su reencarnaci¨®n en el Ecce Homo del Santuario de Misericordia de la localidad zaragozana de Borja, por m¨¢s que la segunda entrega de Cantora, la herencia envenenada bajara a los 3 millones de espectadores. Y en eso estamos.
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