¡®Deutschland 89¡¯, el final de la RDA
Esta serie vuelve a demostrar lo ya sabido: que la ficci¨®n puede ser, como la poes¨ªa, ¡°un arma cargada de futuro¡±
Deutschland 89 (Movistar series) cierra la trilog¨ªa de un excelente trabajo sobre la entonces Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) y lo hace, l¨®gicamente, con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn el 9 de noviembre de 1989, un derrumbe como fruto de la conjunci¨®n de las protestas pac¨ªficas de sus ciudadano...
Deutschland 89 (Movistar series) cierra la trilog¨ªa de un excelente trabajo sobre la entonces Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) y lo hace, l¨®gicamente, con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn el 9 de noviembre de 1989, un derrumbe como fruto de la conjunci¨®n de las protestas pac¨ªficas de sus ciudadanos con el reformismo de Gorbachov, y su entendimiento con Helmut Kohl, un hecho que supuso mucho mas que la ca¨ªda de un muro.
El protagonista de los tres a?os seleccionados por sus creadores Anna Winger y J?rg Winger -el 83 y el 86, adem¨¢s del 89- es Martin Rauch, un miembro de los servicios secretos de la RDA con una evoluci¨®n personal desde el entusiasmo hasta el escepticismo y el desencanto de un sistema que se proclamaba justo y solidario y que en realidad era autoritario y represor, una evoluci¨®n opuesta a la de sus conciudadanos que desde el sojuzgamiento alcanzaron la independencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el pa¨ªs que, con la ocupaci¨®n de una parte de Alemania, cre¨® en 1949 la RDA.
Leonora, la t¨ªa del protagonista y su tutora en el turbio territorio de los servicios secretos, leal militante de un mundo en extinci¨®n, explica el momento hist¨®rico desde su perspectiva: ¡°la gente clama libertad y lo que obtienen es capitalismo¡±. Su siguiente objetivo es atentar contra Helmut Kohl, el causante de su desesperaci¨®n. Una implacable stalinista interpretada por una espl¨¦ndida Maria Schrader, ganadora de un Emmy a la mejor direcci¨®n de miniserie por la excelente Unortohodox, creada tambi¨¦n por la estadounidense Anna Winger.
Deutschland 89 vuelve a demostrar lo ya sabido: que la ficci¨®n puede ser, como la poes¨ªa, ¡°un arma cargada de futuro¡±, e imprescindible, en ocasiones, para conocer el presente.