¡®Baghdad Central¡¯, una visi¨®n infrecuente
Toda posguerra es caldo de cultivo para especuladores. En ese turbio ambiente surge el protagonista de la serie
Entre el amplio n¨²mero de series que inundan las plataformas espor¨¢dicamente destaca una de ellas. Es el caso de Baghdad Central (Movistar+), con guion de Stephen Butchard y direcci¨®n de Alice Troughton, una visi¨®n infrecuente de una de las guerras m¨¢s medi¨¢ticas, la invasi¨®n de Irak, y, sobre todo, una mirada sobre una ciudad ocupada-liberada por las fuerzas de la coalici¨®n lideradas por Estados Unidos.
Toda posguerra es caldo de cultivo para especuladores. Son transiciones traum¨¢ticas, con un entramado judicial confuso y unas fuerzas victoriosas que se sienten omnipotentes. Y en ese turbio ambiente, con una resistencia iraqu¨ª m¨¢s potente de lo esperado y unas armas de destrucci¨®n masiva inexistentes que justificaron la invasi¨®n del pa¨ªs gobernado por el dictador Sadam Husein, empe?o abanderado por ¡°el tr¨ªo de las Azores¡± (Bush Jr., Blair y el ¨ªnclito Aznar), surge el protagonista de la serie, un excelente Waleed Zuaiter que interpreta a un expolic¨ªa iraqu¨ª, Musin al-Khafaji, tan turbio y confuso como la situaci¨®n. Baghdad Central, de producci¨®n brit¨¢nica, reconstruye ese oscuro momento hist¨®rico.
Noviembre de 2003. Khafaji trata por todos los medios posibles que su hija Mrouj sea tratada de una grave enfermedad en el Hospital de las fuerzas de ocupaci¨®n. Su hija mayor, Sawsan, se fue de la casa familiar para integrarse en la resistencia. El expolic¨ªa no tiene otra opci¨®n que colaborar activamente con las fuerzas estadounidenses. Es una cuesti¨®n de supervivencia y desmemoria de su siniestro pasado inmediato. Una desmemoria que tuvo tambi¨¦n Aznar: tard¨® cuatro a?os en reconocer que no hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva.
Excelente serie que remueve esos conceptos maniqueos tan instalados entre los biempensantes y gobernantes habituales. Les bastaba hablar del ¡°eje del mal¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.