¡®Small Axe¡¯: Inglaterra revisa su herencia racista
La superlativa miniserie de Steve McQueen se ha convertido en un hito de la televisi¨®n brit¨¢nica con su mirada a la vida de los emigrantes caribe?os de Londres
No se recuerda un caso igual. Entre las 20 pel¨ªculas de 2020 m¨¢s valoradas de Metacritic, web que promedia las cr¨ªticas de los medios anglosajones, hay tres dirigidas por Steve McQueen, ganador del Oscar a la mejor pel¨ªcula por Doce a?os de esclavitud. Tiene truco: Aunque se estrenaron en festivales como Cannes, en realidad son tres cap¨ªtulos de los cinco que componen Small Axe, la miniserie de cinco cap¨ªtulos que el director londinense de origen caribe?o ha realizado para la ...
No se recuerda un caso igual. Entre las 20 pel¨ªculas de 2020 m¨¢s valoradas de Metacritic, web que promedia las cr¨ªticas de los medios anglosajones, hay tres dirigidas por Steve McQueen, ganador del Oscar a la mejor pel¨ªcula por Doce a?os de esclavitud. Tiene truco: Aunque se estrenaron en festivales como Cannes, en realidad son tres cap¨ªtulos de los cinco que componen Small Axe, la miniserie de cinco cap¨ªtulos que el director londinense de origen caribe?o ha realizado para la BBC. Convertida en un fen¨®meno televisivo en Reino Unido y EE UU, en Espa?a la emitir¨¢ Movistar + a partir del 7 de enero.
Cada episodio funciona como un filme independiente con una tem¨¢tica com¨²n, la que define el t¨ªtulo de la serie. Small Axe -hacha peque?a- es una canci¨®n de Bob Marley. ¡°Si vosotros sois el gran ¨¢rbol, nosotros somos la peque?a y afilada hacha que os tirar¨¢ abajo¡±, cantaba el jamaicano. En conjunto, es un retrato de la generaci¨®n de McQueen, nacido en Londres en 1969, y de la de sus padres, la Windrush Generation, compuesta por oleadas de inmigrantes negros llegados a Inglaterra desde el Caribe tras la Segunda Guerra Mundial.
Pero Small Axe es sobre todo un recordatorio del racismo sist¨¦mico planeado y ejecutado durante d¨¦cadas para mantener a los negros brit¨¢nicos como ciudadanos de segunda clase. McQueen se sirve de tres historias reales y dos que podr¨ªan serlo. Cada una es un hacha peque?a, una forma de lidiar con un destino que en el peor de los casos era la marginalidad y en el mejor un trabajo no cualificado y una casa en un barrio guetificado. Mangrove cuenta la historia de nueve activistas negros juzgados en 1970. Lovers rock sigue a una adolescente en una noche de fiesta en 1980. Rojo, blanco y azul narra los inicios de uno de los primeros polic¨ªas negros de Londres. Alex Wheatle, la infancia y juventud de un escritor, criado en orfanatos y Educaci¨®n, la lucha de un ni?o de 12 a?os contra el sistema educativo.
Apenas se explica el pasado. McQueen abre una ventana en la vida de sus protagonistas y nos permite mirar su d¨ªa a d¨ªa. Hablan de vez en cuando, con sus hijos y sus amigos, de las islas de las que vinieron, de c¨®mo llegaron a Londres para buscar una vida mejor. Mantienen el cerrado acento caribe?o, disfrutan de la comida picante y les recuerdan a los polic¨ªas que les acosan que llevan 20 a?os trabajando honradamente y pagando impuestos en Inglaterra. Pero no hay un cap¨ªtulo que describa qu¨¦ es la llamada Windrush Generation.
Es esto: despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial los soldados del ej¨¦rcito brit¨¢nico salidos de Jamaica, Trinidad o Granada regresan a sus islas y se encuentran sin trabajo. Una serie de huracanes ha destrozado los campos. Antes lo normal era buscar empleo estacional en la vecina Estados Unidos, pero nuevas leyes migratorias lo hacen imposible. Muchos aspiran a volver a Reino Unido, donde estuvieron acuartelados. En 1948 zarpa de Kingston, Jamaica, el Empire Windrush, primer barco lleno de emigrantes caribe?os. El viaje dura cuatro semanas. Antes de que llegue a puerto ya se discute en la C¨¢mara de los Comunes una propuesta para ¡°disuadir a las personas irresponsables que est¨¢n trayendo a ciudadanos de las Indias Occidentales sin que aqu¨ª haya trabajo para ellos¡±. La respuesta del gobierno es clara: los ciudadanos de la Commonwealth no pueden ser rechazados. Por primera vez miles de negros desembarcan en las ciudades brit¨¢nicas.
Los antiguos combatientes descubren que sin uniforme ya no son soldados de la Reina sino extranjeros de segunda. Pero Reino Unido ha perdido 500.000 hombres en la guerra y a rega?adientes los acepta como mano de obra. Al llegar m¨¢s barcos la frialdad se convierte en hostilidad. Nadie quiere alquilarles vivienda, se hacinan en barrios como Notting Hill o Brixton y se refugian en sus propias iglesias y clubes. La inmigraci¨®n es mayoritariamente joven y masculina y al empezar a relacionarse con mujeres blancas la hostilidad se convierte en violencia. Cuando el trabajo no es tan abundante, el racismo encuentra su gran excusa. Son acosados constantemente por la polic¨ªa mientras el resto del pa¨ªs mira hacia otro lado.
La tensi¨®n acumulada estalla en el verano de 1858. Una pelea interracial termina con una explosi¨®n de violencia en Notting Hill cuando una extra?a coalici¨®n de polic¨ªas, fascistas y Teddy Boys, algunos armados con c¨®cteles molotov, acuden al barrio en busca de venganza. Eso desemboca en seis semanas de hogares negros siendo acosados por multitudes noche tras noche. Las proclamas racistas llegan tan lejos que incluso se aplaude a Oswald Mosley, el pronazi fundador de la Uni¨®n Brit¨¢nica de Fascistas, olvidado desde 1940. Los disturbios conducen a una fractura que durar¨ªa una generaci¨®n.
Los protagonistas de Small Axe est¨¢n asentados en Londres o han nacido all¨ª y nada ha mejorado desde 1958, en realidad ha empeorado. El primer cap¨ªtulo se sit¨²a en 1970 cuando el acoso de la polic¨ªa contra The Mangrove, un restaurante caribe?o de Notting Hill, es tan constante que se convoca una manifestaci¨®n de protesta. Nueve personas, el due?o y un grupo de activistas, son detenidos y juzgados en un proceso que marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s. Del drama judicial se pasa a la sorprendente y magn¨ªfica Lovers rock. El director nos introduce como un invitado m¨¢s en una fiesta en una casa de Notting Hill en 1980. Alcohol, comida, marihuana y amores adolescentes. Fuera est¨¢n los racistas y dentro hay que lidiar con el machismo y hasta con un conato de agresi¨®n sexual, pero por encima de todo est¨¢ la m¨²sica. Durante m¨¢s de una hora asistimos con todo detalle a c¨®mo esos chavales encuentran su lugar bailando reggae en un sound system.
Los tres episodios restantes son historias individuales. John Boyega (el soldado imperial arrepentido de Star Wars) es Leroy Logan, hijo de jamaicanos que se hace polic¨ªa para cambiar el sistema desde dentro. El debutante Sheyi Cole interpreta a Alex Wheatle, reconocido escritor criado en orfanatos y que pas¨® por la c¨¢rcel y el ni?o Kenyah Sandy cierra la serie en el cap¨ªtulo m¨¢s intimista, Educaci¨®n. Sandy es un reflejo de la propia historia del director que aquejado de dislexia fue relegado a una escuela que era poco m¨¢s que un jard¨ªn de infancia. Algo que no fue casualidad, recuerda el episodio, sino parte de un sistema que castigaba a los alumnos negros para alejarlos de la educaci¨®n superior. Filmada con mimo y un ritmo pausado extra?o para una producci¨®n monumental, Small Axe ya es un hito de la televisi¨®n brit¨¢nica y habr¨¢ que ver si marca el camino para otras similares. Una forma firme, pero no rencorosa, de ver el pasado reciente a trav¨¦s los ojos de las minor¨ªas.