Candela Pe?a: ¡°Bastante tengo con saber que he sacado hoy salm¨®n del congelador para esta noche como para andar pendiente de entrevistas¡±

D¨ªas antes de volver a rodar Hierro, Candela Pe?a (Barcelona, 47 a?os) habl¨® con su amiga Rosa Mar¨ªa Sard¨¤ por ¨²ltima vez. ¡°Por supuesto, no sab¨ªa que ser¨ªa la ¨²ltima vez. De hecho, le cont¨¦ que yo era una mujer alegre y que aunque las cosas me fueran mal, yo no me quer¨ªa instalar en la amargura, que era una palante. Y la critiqu¨¦ porque ella se hab¨ªa instalado, a veces, en el enfado. La critiqu¨¦¡­ Pero a mi amiga, a la que amo¡±, cuenta, y la voz se le agrava con cada una de estas palabras, en lo que Pe?a reprime un sollozo. ¡°Esto fue un martes [9 de junio de 2020]; ella muri¨® el jueves; el lunes empezamos a rodar. Y esa tristeza, esa pena, la met¨ª en la jueza [protagonista de la serie], no lo pude evitar. Nos pusieron un protocolo de seguridad tremendo en el rodaje y yo era tan heavy lo que ten¨ªa que una mascarilla me parec¨ªa una tontada¡±.

Hace poco m¨¢s de a?o y medio que Hierro convirti¨® a Pe?a no solo en una de las actrices m¨¢s aclamadas de 2019, sino tambi¨¦n en un personaje p¨²blico. Desde que Movistar + estren¨® este drama negro con ella al frente, en la piel de la p¨¦trea jueza Montes, Pe?a se ha hecho famosa por sus entrevistas, donde es todo lo contrario: vol¨¢til, transparente, impredecible: divertida. Se le ha hecho m¨¢s caso por ellas que por cualquiera de los tres Goyas que ha ganado. ¡°?Qu¨¦ te contesto yo a esto? Es que no es real. Por ejemplo, este 2021 yo no tengo trabajo¡±, protesta, siempre escorando las cosas hacia el lado de la realidad, en la mesa de un restaurante. ¡°Y de las entrevistas no estoy pendiente. Bastante tengo con saber que he sacado hoy salm¨®n del congelador para esta noche hacerlo con un poco de arroz blanco hervido. Esta es mi vida¡±.

Esa es una idea muy de Pe?a, ahora que el regreso de Hierro (estreno de la segunda temporada el 19 de febrero en Movistar +) la ha devuelto al ruedo de la entrevista: el ¨¦xito, o aparentarlo, no te impide estar triste. Ni feliz. Ni tener ratos supinamente cotidianos, ni que se te mueran las amigas. El ¨¦xito va en paralelo a la vida. ¡°Cuando a Fern¨¢n G¨®mez le dec¨ªan que si hab¨ªa visto su pel¨ªcula, ¨¦l dec¨ªa ¡®?pero no es suficiente con hacerla?¡±, explica ahora. ¡°Ahora tengo que hablar de la serie, pero mi vida ha seguido. El problema de Hierro es que ya la he hecho¡±.

Si acaso, el esplendor le ha supuesto una decepci¨®n. Resulta que al mundo le cuesta ver a una mujer que a los 47 est¨¢ mejor que a los 37 o 27. ¡°?Estoy cada vez m¨¢s divi! Yo con 20 era un tru?o y mi treintena fue una mierda¡±, confirma ella. Y teoriza: ¡°Creo que dentro del imaginario del caballero, la mujer entra hasta que tiene una edad, como una ternera, y eso dura como hasta los 40. Como casi siempre nos escriben, dirigen, producen los se?ores, a partir de los 40 nos escriben enfermas, enfadadas, puteadas. Justo yo a los 40 estoy en mi mejor momento. Me he dado cuenta de que lo que hay es lo que hay. Es cuando m¨¢s contenta estoy de m¨ª misma¡±.

Pe?a ha optado por el camino que menos falla, el de buscarse la vida, y se ha escrito su propia serie. Camino y Puerto cuenta la historia de dos mujeres; una, directora de una revista femenina y, otra, de un canal deportivo. ¡°Es una serie de mujeres a partir de los 35, algo moderno sobre gente que, para muchos, es una antig¨¹edad. Pero yo veo series de mujeres j¨®venes que me parecen una antigualla. ?El conflicto es que esa mujer no llega al orgasmo? Si con 30 a?os t¨² colocas eso en el caballero es que no le has dicho a tu hombre, amigo, por aqu¨ª no¡±. Lleva tiempo luchando por producirla y hablando p¨²blicamente de ella (est¨¢ escrita para la actriz Pilar Castro y para que la produzca Isabel Coixet).

Solo tiene que lograrlo. Tambi¨¦n aqu¨ª le falta tiempo para mostrar las limitaciones del puesto de personaje p¨²blico. ¡°?Una serie c¨®mo se levanta? Estoy en una nueva era que tengo que aprenderme el mundo de la tele. No s¨¦ c¨®mo son las plataformas, qu¨¦ forma tienen. Abro mi armario de los zapatos: esas plataformas s¨ª las conozco. Las otras no. ?Cu¨¢l da m¨¢s libertad a los creadores?¡±. Esta tarde tiene una reuni¨®n clave para el desarrollo del proyecto. ¡°Promet¨ª que sea como sea la sacar¨¦ adelante y sea como lo sea la saco¡±, asegura.

Pe?a tiene una filosof¨ªa: la vida es una cajonera. ¡°Un d¨ªa t¨² est¨¢s en el caj¨®n de arriba, otro d¨ªa en el de abajo, al siguiente en el del medio pero debajo de una manta. Yo no tengo problema en cambiar de caj¨®n¡±. Puedes estar rodando un gran ¨¦xito y que se te muera tu gran amiga. Se pueden tener varias entrevistas y estar pendiente del salm¨®n en el congelador. Es absurdo fingir que uno controla en qu¨¦ caj¨®n anda¡±. Pe?a sale en televisi¨®n ahora m¨¢s que nunca y, en consecuencia, recibe constantemente fotos de genitales de desconocidos. ¡°Los jovencitos ven a una se?ora que les debe parecer una octogenaria con tac¨®n, que no deben ni saber ni qui¨¦n es, y deben pensar, ¡®Ah mira, como es pechugona¡¯, porque hay veces que me pongo unas americanas que me hacen como tetuda¡­ Alucino con el g¨¦nero masculino, que te manden un falo, solo el falo, sin cara, sin un antes ni un despu¨¦s. Las chicas no me imagino que mandemos solo una vagina. Mandamos un pechito¡±, aqu¨ª se tapa el pecho con el brazo, pero abriendo los dedos de la mano, ¡°pero con un saludo. Ahora, aprendo. Y veo una cantidad de penes diferentes que es una maravilla¡±. La vida, impredecible, siempre sigue.