?Feminismo?
La demagogia va ganando la batalla contra la sensatez y la moda de la renovada boba y estomagante Inquisici¨®n va a ser duradera
Tengo ya carencias infinitas y no espero milagros, pero a¨²n no he perdido la capacidad de escandalizarme. Con la idiotez satisfecha, la impostura oportunista, el falso victimismo. Escucho a una se?ora llamada Carmen Calvo, ministra de no s¨¦ qu¨¦, cuando le preguntan sobre la brutal subida del coste de la electricidad en determinados horarios, que servir¨¢ para hacer a¨²n m¨¢s ricos a los due?os del tinglado, que el temazo no lo representan esos horarios sino qui¨¦n va a poner la lavadora y a planchar la ropa. Se necesita desverg¨¹enza para tan viscosa reflexi¨®n. Poco despu¨¦s, me llega el indignado lamento de Susana D¨ªaz, dama de oratoria hueca y expresividad teatrera, acusando al PSOE de que la est¨¢ torpedeando. Su ladino argumento es: lo hacen porque soy mujer.
Sin embargo, me provoca cierta risa y algo de sonrojo el af¨¢n abrasivo de las secciones culturales por descubrirnos un d¨ªa s¨ª y al otro tambi¨¦n la sublime obra de las 50 mejores poetisas senegalesas, las maestras del w¨¦stern indie, las hasta ahora ocultas y excelsas narradoras bielorrusas o el imperdonable machismo que caracteriza a la mayor¨ªa de la pintura cl¨¢sica y a los museos que la albergan.
La demagogia va ganando la batalla contra la sensatez y la moda de la renovada boba y estomagante Inquisici¨®n va a ser duradera. Sus pesadas activistas se est¨¢n forjando una carrera, admito su ilimitada imaginaci¨®n para nuevas majader¨ªas. El feminismo inteligente debe sentir bochorno.
Tambi¨¦n bostezo cuando los pol¨ªticos introducen sin tregua en sus arengas el t¨¦rmino relato. Y descubro inevitablemente el carnet de modernez cuando alguien escribe o habla de buenismo, epifan¨ªas y viejunos. Estas palabras me sirven para abandonar inmediatamente su relato.
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