Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n: ¡°Soy un currante de mi oficio, estoy curado de ego¡±
El veterano actor triunfa mundialmente con ¡®?Qui¨¦n mat¨® a Sara?¡¯, la serie m¨¢s vista de Neftlix, despu¨¦s de 35 a?os de carrera como solvente int¨¦rprete de teatro, cine y televisi¨®n
Llegamos puntual¨ªsimos, enmascararillados ambos, y empezamos a hablar sobre qu¨¦ vacuna nos han puesto y en qu¨¦ dosis, la nueva forma de romper el hielo entre maduros desconocidos, antes de aposentarnos en el reservado del hotelazo donde hemos quedado a media tarde. En cierto modo, el entrevistado juega en casa, dado que se cri¨® viendo pasar hu¨¦spedes en el bar y la recepci¨®n del modesto hotel de su familia en su pueblo, Puerto Lumbreras, Murcia, donde a¨²n vota, y adonde no ve la hora de retirarse a descansar despu¨¦s de un a?o fren¨¦tico.
Este hotel tiene m¨¢s estrellas que el suyo. C¨®mo cambia el cuento...
S¨ª, pero el hotel de mi infancia fue mi ventana al mundo. El mundo ven¨ªa a verme sin salir de casa. Vi gente que vest¨ªa diferente, pensaba diferente, sent¨ªa, hablaba y amaba diferente. Turistas suecas, moteros alemanes, viajantes, maleantes, artistas, m¨²sicos de paso. Eso era lo que yo quer¨ªa, ver mundo y, en cuanto pude, a los 15, sal¨ª a por ello.
?Cu¨¢l fue su pasaporte?
El deporte. Jugaba al f¨²tbol, me fich¨® de portero el Murcia y luego el Valladolid. All¨ª, viendo los Estudio 1 que me fascinaban desde ni?o en la tele, con esos B¨®dalo, Rodero o Rabal, y el festival de cine, tuve claro que quer¨ªa ser actor. A los 20 dej¨¦ el f¨²tbol y empec¨¦ a estudiar en la Escuela de Arte Dram¨¢tico. Fue la mejor decisi¨®n de mi vida.
?Nunca temi¨® al p¨¢nico esc¨¦nico?
Siempre he cre¨ªdo en m¨ª, y eso es lo que se necesita para ser actor, una profesi¨®n muy hermosa que te da mucho, pero tambi¨¦n te quita. Este oficio no tiene nada que ver con la fama, con el dinero, con las redes sociales. Lo digo a quien me pregunta. Uno sabe cuando no puede hacer otra cosa. Tienes que hacer caso a tu coraz¨®n. Si tienes dudas, no lo hagas.
Lleva 35 a?os en escena ?Se siente ya due?o de su oficio?
Es que esta carrera se aprende como la velocidad: corriendo. Pero creo que he tenido la fortuna de sentirme as¨ª en el teatro, porque creo que lo m¨¢s importante en esta profesi¨®n es el silencio. El aplauso, muchas veces, no es verdad. Depende del director de moda, el actor de moda, la funci¨®n de moda. Pero el silencio no miente. He tenido la suerte de hacer textos enormes, como el Vania de Chejov, que te exige abrirte en canal y mostrar las tripas, y, cuando he sentido ese silencio, he sabido que he acertado en este oficio, con todo lo que me ha exigido en la vida [se emociona].
?Tanto ha dejado en el camino?
Bueno, muchas cosas. Como he hecho algunas series de ¨¦xito, a mi hija le dec¨ªan: qu¨¦ bien, tu padre es famoso, y ella dec¨ªa, s¨ª, pero me gustar¨ªa verlo m¨¢s. Pero no, no es eso. Ahora me emociono porque vengo de trabajar y uno se vac¨ªa. No soy de los que me llevo el personaje a casa, pero vengo de rodar El comensal, una pel¨ªcula que habla de las v¨ªctimas de ETA, del dolor, de las heridas, y de c¨®mo eso afecta a la familia. Estoy flojo, necesito parar, ir al campo, estar con los m¨ªos y vivir la vida.
Este a?o tambi¨¦n ha dado el pelotazo con ?Qui¨¦n mat¨® a Sara? ?C¨®mo lleva tener club de fans a los 57?
Lo llevo con sentido del humor. Lo guardo para cuando no haya. Yo soy y siempre ser¨¦ un currante de mi oficio, estoy curado de ego. De lo que no estoy curado es de querer que me quieran, y esto es agradable. La serie se ha visto en 50 pa¨ªses y ha llegado a 55 millones de hogares. Me escriben de Alemania, de Estados Unidos, de Dinamarca. Al principio me agobi¨¦ much¨ªsimo porque quer¨ªa contestarle a todo el mundo. Pero ya le dijo Juan Belmonte sobre la gloria a Chaves Nogales: pase lo que pase, ¡°en dos horas se har¨¢ de noche¡±. Pues eso, tambi¨¦n esto pasar¨¢. En este oficio nunca pasa nada, y, si pasa, pasa muy r¨¢pido.
?A¨²n se siente inseguro?
Mucho, siempre est¨¢s expuesto. He tenido la suerte de hacer mucho teatro y muchas giras, y ah¨ª notas que la gente te quiere, mucho m¨¢s de lo que dicen algunos pol¨ªticos. Pero para otros vales lo que tu ¨²ltimo trabajo. He trabajado en series como Herederos, en las que muchos no es que no supieran qui¨¦n era yo, sino Concha Velasco, que es una diosa. Esta profesi¨®n nos pone frente al espejo y, si miras, ves qu¨¦ te va a pasar.
Le veo superesc¨¦ptico.
No, pero s¨¦ de lo que va este oficio, y en este oficio el ¨¦xito no existe. El ¨¦xito consiste en vivir de ¨¦l, en encadenar trabajos. Soy un privilegiado. Vivo de esto y vivo bien. Hay actores que cobran una miseria por una sesi¨®n en una serie. No es cierto que haya m¨¢s trabajo y mejor pagado con las plataformas. Y, adem¨¢s, el ¨¦xito es otra cosa. Como dice el poeta Karmelo Iribarren, el ¨¦xito es llegar a casa y desde lejos ver una lucecita de alguien que te est¨¢ esperando.
?Hay lucecita en su casa?
La hay, felizmente.
Se ha especializado en galanes maduros y tipos despreciables ?Tiene idea de por qu¨¦?
Supongo que los hago bien. He hecho de pr¨ªncipe, mendigo y, s¨ª, de tipos infames. Todos tenemos una parte buena y una mala, sobre todo si tienes curiosidad por el g¨¦nero humano, que ha cambiado poco desde las tragedias griegas. Lo vemos en las noticias todos los d¨ªas. Querer acercarte a eso e intentar comprender por qu¨¦ alguien es capaz de humillar, maltratar e incluso matar a otra persona tambi¨¦n es interesante.
?Por qu¨¦ no existe el equivalente a gal¨¢n maduro en mujer?
Eso digo yo, la traves¨ªa de los 50 es dif¨ªcil, pero para las actrices much¨ªsimo m¨¢s, y es tremendamente injusto. He tenido traves¨ªas del desierto, quiz¨¢ no tanto de trabajo, pero s¨ª emocionales. A esta edad, uno si ha vivido, ha vivido de todo. Tambi¨¦n el dolor y el desencanto.
Sus colegas resaltan su ¡°solvencia¡±. ?Piropo o pu?alada?
Que hablen de ti, aunque sea bien. Para m¨ª es un piropo. Todos queremos que nos quieran y respeten nuestro trabajo y yo soy afortunado porque creo que tengo el respeto de mis compa?eros, que no es poco. Creo que eso es como el carpintero, que la primera mesa emplea una energ¨ªa y una fuerza innecesaria y, despu¨¦s de miles de mesas, se dosifica y afina. Eso es la maestr¨ªa. A veces hay quien dice que eso es f¨¢cil y que as¨ª tambi¨¦n lo hace ¨¦l. Vale, pues hazlo t¨².
?ltimamente, Murcia est¨¢ en las noticias y no precisamente por la alegr¨ªa de la huerta.
La situaci¨®n pol¨ªtica me tiene bastante cabreado. Que haya un Gobierno con expulsados de Vox y tr¨¢nsfugas de Ciudadanos no me representa ni a m¨ª ni a muchos paisanos. Somos mucho m¨¢s diversos que eso.
Algunos de los personajes de esa historia tienen una serie.
Sin duda, pero la gran serie pendiente en Espa?a es la de la trama G¨¹rtel. A¨²n hoy, vi¨¦ndolo en perspectiva, me veo como Correa. Adem¨¢s, me doy un aire...
Desde que dej¨® su hotel, ?de qu¨¦ fuentes bebe para inspirarse?
Observo a la gente. Cualquier pueblo es un universo. Tuve la grand¨ªsima suerte de frecuentar a Paco Rabal, tambi¨¦n murciano. Lo conoc¨ª rodando Nazca, mi primera serie. Imag¨ªnate: dos a?os viajando por Sudam¨¦rica con ese hombre. Paco me dec¨ªa: [imita extraordinariamente bien su voz cascada] ¡°T¨² f¨ªjate mucho en tus paisanos de Puerto Lumbreras, apr¨¦ndete el texto y p¨¢rate en la marca, con eso vas a todas partes¡±. Y ese es el mejor consejo que me han dado en la vida.
H?ROE Y VILLANO
Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n (Puerto Lumbreras, Murcia, 56 a?os) lleva desde los 20, cuando colg¨® sus botas de prometedor portero de f¨²tbol en el Valladolid, encarnando a galanes y malvados cl¨¢sicos y contempor¨¢neos en el teatro, el cine y, sobre todo, la televisi¨®n. Presencia habitual en series cl¨¢sicas de televisi¨®n generalista -Periodistas, Herederos, Isabel, el bombazo mundial de ?Qui¨¦n mat¨® a Sara?, el t¨ªtulo m¨¢s visto estas semanas en Neftlix le pilla ya ¡°curado de ego¡±. Reci¨¦n llegado de rodar El comensal, una pel¨ªcula sobre el dolor de una familia amenazada por ETA, hoy estar¨¢ ya recargando las bater¨ªas en su pueblo del "secano" murciano donde empez¨® a ver la diversidad del mundo en la recepci¨®n del hotel que regentaban sus padres. Igual se anima a engrosar la colecci¨®n de poemas y cuentos que escribe por placer. Y puede que alg¨²n d¨ªa los leamos.
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