Se?ora de Cuenca
Muchos de ustedes estar¨¢n sorprendidos, pero los que hayan trabajado en televisi¨®n o radio asentir¨¢n. Para un guionista esta provincia es decir ¡°palabra de Dios¡±
Para la televisi¨®n, Cuenca es la provincia m¨¢s influyente de Espa?a. No hay oficinas de grandes medios de comunicaci¨®n, y sus directivos ¨Dque se sepa¨D ni son de all¨ª ni viven all¨ª, pero Cuenca es como el cura de La escopeta nacional, que lo que ¨¦l une en la Tierra no lo separa ni Dios. La poblaci¨®n de Cuenca no llega a ser el 0,45% del total del pa¨ªs, pero los siete habitantes del municipio de Arandilla del Arroyo tienen m¨¢s poder que todos los dise?adores de Barcelona juntos (que ya es decir).
Muchos de ustedes estar¨¢n sorprendidos, pero los que hayan trabajado en televisi¨®n o radio asentir¨¢n. Para un guionista decir ¡°Cuenca¡± es decir ¡°palabra de Dios¡±.
?Se deber¨¢ la importancia de Cuenca a una extrapolaci¨®n matem¨¢tica de los datos de audiencia? ?Son los conquenses los marcadores de tendencias definitivos? Pues mira, no. Cuenca es la clave porque quienes toman las decisiones consideran que lo que no se entiende en Cuenca no se entiende en ning¨²n lado. Ante la disyuntiva de usar o no seg¨²n qu¨¦ nombres y palabras (ejemplos reales: p¨¦plum, Akira Kurosawa, y adjetivos de m¨¢s de cuatro s¨ªlabas) los puestos m¨¢s altos de la cadena o del programa siempre se remit¨ªan a la se?ora de Cuenca, que a veces es un se?or, e incluso un dentista en Cuenca ciudad. ¡°Esto no lo entender¨ªa la se?ora de Cuenca¡±. Para una raza de puestos intermedios, en Cuenca hay dos tipos de personas: los tontos y los analfabetos funcionales. El instinto y la experiencia me hacen pensar que aqu¨ª los tontos y analfabetos no viven necesariamente en Cuenca.
La televisi¨®n y la radio no son solo entretenimiento. Son tambi¨¦n ventanas al mundo. Y si alguien las cierra por fuera no habr¨¢ m¨¢s mundo que el que quede dentro de casa. Y esa casa est¨¦ en Cuenca, en Madrid o en Formentera se convertir¨¢ en una casa sin libros, sin pensamientos y sin horizontes. Estar¨ªa bien plantearse que el ignorante a veces es uno mismo, por mucho sueldo y mucho poder de mando que tenga. Y antes de que se me olvide: un saludo a los siete de Arandilla del Arroyo.
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