I?aki L¨®pez: ¡°Los pol¨ªticos me la han metido doblada, no soy infalible¡±
El periodista presentar¨¢ el magac¨ªn diario ¡®M¨¢s vale tarde¡¯ tras nueve a?os moderando a acalorados tertulianos y pol¨ªticos en ¡®La sexta noche¡¯: ¡°La tele tiene que entretener, no es el Congreso¡±, defiende.
Est¨¢ de bolos por radios, teles y prensa promocionando el nuevo M¨¢s vale tarde y luce como el rockero que dice ser ¡°mucho antes que periodista¡±. Camisa blanca de manga corta, tupido tup¨¦ cano, cadena de acero sujetando la cartera del ¡°peligroso hijo de puta¡± de Pulp Fiction amarrada a los vaqueros negros. A¨²n as¨ª, solo la mascarilla le libra de ser reconocido en plena Gran V¨ªa de Madrid como el tipo que repart¨ªa el juego y sacaba la tarjeta si hac¨ªa falta a los viscerales tertulianos de La sexta noche sin perder la paciencia ni la retranca. Pese a que ha confesado p¨²blicamente que consideraba ¡°un marr¨®n¡± sustituir a Mamen Mendiz¨¢bal antes de recibir, y aceptar, ¨¦l mismo la oferta de ser su sustituto, L¨®pez vende su nuevo programa con apabullante entusiasmo. Se embala, se gusta, se pisa ¨¦l mismo sus palabras y se autorreivindica como un tipo de Bilbao, muy de Bilbao y mucho de Bilbao, que dir¨ªa el expresidente Rajoy, uno de sus invitados m¨¢s recordados y ¡°surrealistas¡±. Est¨¢ que exulta. O lo parece.
Le han sentado bien las vacaciones. ?De d¨®nde saca tanta energ¨ªa?
Soy hiperactivo desde cr¨ªo, y disl¨¦xico. Mi madre tambi¨¦n es un torrente y mi hijo Roke, a sus cuatro a?os, igual. No s¨¦ si es buena herencia la que le dejo al chaval. A mis 48, a¨²n no he logrado encauzarla del todo.
Le vendr¨¢ bien para pastorear a pol¨ªticos y tertulianos en el plat¨®.
Para eso lo m¨¢s importante es no perder el humor. Ellos pueden perderlo, es evidente, se calientan y se ponen m¨¢s serios de lo que debieran, pero yo no puedo y no debo. Templarlos sin que se sientan atacados es la mejor manera de reconducirlos sin que se reviren.
?No le dan a veces verg¨¹enza ajena?
De quien m¨¢s verg¨¹enza siento en plat¨® es de m¨ª, y eso es producto de mi inseguridad, que tapo, tambi¨¦n, con humor. Soy muy inseguro. A veces no controlas la informaci¨®n, haces un chiste fuera de lugar, un comentario inapropiado... Meto mucho la pata, pero la saco pidiendo perd¨®n, cosa que hago much¨ªsimo en lo profesional y lo personal.
Me refer¨ªa a si no le abochornan las broncas que montan los tertulianos en plat¨®.
Eso son muy pocos minutos en un programa de seis horas. Los debates en la tele tienen que ser calientes. Lo que no paso son las faltas de respeto personales. Ah¨ª corto y reconduzco. La tele tiene que entretener, no es el Congreso de los Diputados. Me dan m¨¢s verg¨¹enza ajena los pol¨ªticos que se echan zascas en la tribuna, o que te mienten a la cara en un programa. No les pido que acierten siempre, sino responsabilidad y que te digan la verdad. Y no, te mienten a la cara. Yo he tenido de tertuliano a Francisco Granados, le he preguntado por su inocencia, me ha mentido y me lo he tragado. Una semana despu¨¦s estaba en la c¨¢rcel. Granados, no yo.
Revilla es un revulsivo, un seguro de audiencia. Hay otros: Bono, P¨¦rez Reverte, Loquillo, Cristina Almeida y el exministro Margallo
?Y qu¨¦ cara se le queda a uno?
Pues de tonto, pero nadie es infalible. Hay quien dice controlar la mentira y la manipulaci¨®n, pero a m¨ª me la han metido doblada muchas veces, y las que puede que me entere con los a?os. Me han mentido y manipulado m¨¢s de una vez. Entonces, procuro aprender.
?Es un periodista de raza?
Nunca he sabido muy bien qu¨¦ es eso. Si eso significa que tuviste una epifan¨ªa, que viste una vez a Larry King y se te revel¨® tu destino, no. Soy periodista por una serie de casualidades. A m¨ª lo que me gustaba es la comunicaci¨®n. Hubiera querido ser creativo publicitario, pero me hicieron un casting para una tele local y me enganch¨®. La informaci¨®n es mi forma de vida, pero no es mi gran pasi¨®n. Tengo muchas otras.
Eso es anatema en el gremio.
S¨ª, no digo que yo sea peor ni mejor. No vivo para trabajar, sino que trabajo para vivir, y desconecto totalmente en cuanto salgo de plat¨®. Tampoco soy el que m¨¢s horas le echa a esto, y las que le echo, procuro que me cundan. No me considero un tipo con una misi¨®n, y no quiero ser ejemplo de nada. Solo les quiero entretener, no venderles ninguna moto.
Confiese, ?qu¨¦ tiene con Miguel ?ngel Revilla para llamarlo tanto a su programa?
Personalmente, he logrado tener una amistad con ¨¦l. He tenido un desprendimiento de retina y el t¨ªo me ha llamado todos los d¨ªas. Es un fen¨®meno de masas y, en la tele, un revulsivo, un seguro de audiencia. Hay otros: Bono, P¨¦rez Reverte, Loquillo, Cristina Almeida y el exministro Margallo. Personas de ideolog¨ªa diferente que crean opini¨®n, arrastran a gente y funcionan como un tiro.
No vivo para trabajar, sino que trabajo para vivir, y desconecto totalmente en cuanto salgo de plat¨®
?Como Inda y Marhuenda?
Eduardo Inda, Paco Marhuenda, y el resto de tertulianos son parte importante del ¨¦xito del programa. Son periodistas opinando, es un debate de opini¨®n, no un informativo. Es imposible gustarle a todo el mundo. Y sobre Inda te dir¨¦ que quiz¨¢ es el tertuliano con el que m¨¢s he aprendido a moderar porque es el que m¨¢s trabajo me da.
Y usted, ?se considera objetivo?
No existen los periodistas objetivos. Nadie es blanco y puro como la nieve. Desde que eliges un titular est¨¢s opinando. Lo que hay que ser es honesto y dar cabida a todas las voces.
?Qu¨¦ le sugiere el verbo ¡®blanquear¡¯ referido a sus entrevistas o invitados, digamos, pol¨¦micos?
A m¨ª me parece que blanquear es obviar o disculpar las presuntas actividades il¨ªcitas del rey em¨¦rito, por ejemplo. Esa palabra, adem¨¢s, solo la leo en las redes sociales, y muchas veces es una forma de presi¨®n para intentar silenciar opiniones distintas a las de cada uno. Encuentro mucho m¨¢s interesantes escucharlas y, llegado el caso, desmontarlas contraponiendo datos o testimonios de expertos. Es lo que hicimos, por ejemplo, con la entrevista a Victoria Abril, inmediatamente despu¨¦s de sus declaraciones sobre la covid. Ocho expertos desmontaron sus palabras en plat¨®.
No me considero un tipo con una misi¨®n, y no quiero ser ejemplo de nada. Solo les quiero entretener, no venderles ninguna moto
En ¡®M¨¢s vale tarde¡¯ deja el ¡®prime time¡¯ por la franja de tarde y va a pringar m¨¢s. ?Le sale a cuenta el cambio?
Estoy muy bien pagado, no me quejo, y, s¨ª, voy a currar m¨¢s, pero es un gran reto. Muy pocos programas funcionan y Mamen ha dejado el list¨®n alt¨ªsimo. Ella y yo llev¨¢bamos nueve a?os en nuestros programas, y sabemos que un a?o de tele es como uno de perro, siete seguidos. Pod¨ªa haberme quedado ah¨ª, tan segurola, con mucha calidad de vida, pero tengo una edad y no quer¨ªa jubilarme en La sexta noche.
A los 48 un presentador es joven para eso, pero ?y una presentadora?
No quiero ni pensar en que tuviera que pedir curro en esto: no me contratar¨ªa de redactor ninguna tele. Y, s¨ª, en televisi¨®n, a partir de los 35, las mujeres tienden a salir de la primera l¨ªnea de c¨¢mara. Estamos perdiendo un capital humano y profesional brutal. Una joven periodista lo va a tener m¨¢s f¨¢cil si es guapa, y el siguiente paso es que esa mujer puede ser desplazada por otra mujer guapa m¨¢s joven. Eso est¨¢ cambiando, pero muy poco a poco. Es as¨ª, tenemos que hacer autocr¨ªtica.
PRAGM?TICO Y DISFRUT?N
I?aki L¨®pez (Portugalete, 48 a?os) quer¨ªa ser creativo publicitario, pero en la cola de la facultad se present¨® a un 'casting' para una tele local y le pic¨® el veneno de la imagen. Informaba, editaba y, s¨ª, tambi¨¦n vend¨ªa publicidad por las mercer¨ªas del barrio. Despu¨¦s de presentar varios programas en la televisi¨®n auton¨®mica vasca y dar, hace nueve a?os, el salto a la parrilla de las privadas conduciendo con mano izquierda los encendidos debates de La sexta noche, presentar¨¢ junto a Cristina Pardo el nuevo M¨¢s vale tarde tras la salida de Mamen Mendiz¨¢bal. Trabajar¨¢ m¨¢s, admite, pero podr¨¢ coincidir los fines de semana con su esposa, la tambi¨¦n periodista Andrea Ropero, y su hijo Roke, de cuatro a?os, que ha heredado la hiperactividad del padre, y dedicarse a lo que m¨¢s le gusta: disfrutar de la vida: "Tengo muchas pasiones, y desconecto del plat¨® en cuanto me quito el maquillaje", admite.
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