Sopor
En el documental ¡®The Beatles: Get Back¡¯ (Disney +) sobra casi todo el tiempo. No quiero ver m¨¢s a los Beatles. Solo deseo seguir escuch¨¢ndoles hasta el ¨²ltimo d¨ªa de mi vida
Un cartelito avisa al comienzo del documental Get Back, exhibido por Disney +, que este contiene im¨¢genes en las que se fuman cigarrillos y muestra conversaciones con lenguaje de adultos que podr¨ªan afectar a la sensibilidad de algunos espectadores. Empezamos bien. Qu¨¦ idiotez. Pero no me desanima la censora advertencia. El excesivo director Peter Jackson reconstruye a lo largo de ocho horas la reuni¨®n de los Beatles para graba...
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Un cartelito avisa al comienzo del documental Get Back, exhibido por Disney +, que este contiene im¨¢genes en las que se fuman cigarrillos y muestra conversaciones con lenguaje de adultos que podr¨ªan afectar a la sensibilidad de algunos espectadores. Empezamos bien. Qu¨¦ idiotez. Pero no me desanima la censora advertencia. El excesivo director Peter Jackson reconstruye a lo largo de ocho horas la reuni¨®n de los Beatles para grabar su disco postrero, hacer un programa de televisi¨®n y dar un concierto desde la terraza del estudio en el que estaban concentrados.
Y espero encontrarme con una maravilla como El ¨²ltimo vals, en la que Scorsese film¨® la emocionante despedida de The Band, acompa?ados de una corte sublime de m¨²sicos. Me equivoco. La ¨²ltima reuni¨®n de la gente que ilumin¨® con sus geniales canciones la existencia de millones de personas en el siglo XX y probablemente hasta la eternidad, los creadores de esa m¨²sica que formar¨¢ siempre parte esencial e impagable en el consciente y en el subconsciente de los receptores, en sus recuerdos, en la banda sonora de tantos estados de ¨¢nimo, me aburre o me irrita la mayor¨ªa del tiempo. No me interesa el proceso de creaci¨®n del gran arte. Solo la magia imperecedera que me provoca esta m¨²sica cada vez que la escucho.
Me resulta muy cansino este documento. Me sobra casi todo el tiempo. McCartney ejerce con profesionalidad y creatividad de capit¨¢n del barco. Ringo Starr guarda silencio y se agradece su discreci¨®n. George Harrison quiere largarse del grupo y no lo disimula. Me resulta insufrible el careto, las gafitas redondas, la sonrisita y la aptitud calculadamente desde?osa de Lennon.
Asediados todo el rato y obligatoriamente por la insoportable Yoko Ono, que de vez en cuando da grititos. Qu¨¦ carga tan pesada la de esta vamp¨ªrica se?ora para los dioses de la m¨²sica. Por imposici¨®n de Lennon. No quiero ver m¨¢s a los Beatles. Solo deseo seguir escuch¨¢ndoles hasta el ¨²ltimo d¨ªa de mi vida.
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