Mala gente

Caritativos amigos preocupados por entretener mi exceso de soledad me han instalado en mi televisi¨®n un mont¨®n de plataformas. Navego con mis torpes deditos en los mandos por ese presunto para¨ªso. Est¨¢ abarrotado de series cl¨®nicas, estiradas como el chicle m¨¢s pringoso, previsibles. Acabo harto de narcotraficantes, juguetones calamares, polic¨ªas corruptos, asesinos psic¨®patas, campi?a inglesa, ...

Caritativos amigos preocupados por entretener mi exceso de soledad me han instalado en mi televisi¨®n un mont¨®n de plataformas. Navego con mis torpes deditos en los mandos por ese presunto para¨ªso. Est¨¢ abarrotado de series cl¨®nicas, estiradas como el chicle m¨¢s pringoso, previsibles. Acabo harto de narcotraficantes, juguetones calamares, polic¨ªas corruptos, asesinos psic¨®patas, campi?a inglesa, casas de papel, etc. Me hago el firme prop¨®sito de abandonar toda esta publicitada mediocridad, esta f¨®rmula cansina y rentable, para dedicar mi infinito ocio a volver a degustar sin prisas y sin pausas las cuantiosas pel¨ªculas y series que poseo en los ya arcaicos formatos de DVD y Blu-ray.

Pero gente con criterio, lo cual no abunda, me hab¨ªa aconsejado que me asomara a la serie Succession, que emite la antiguamente legendaria HBO. Seg¨²n ellos, est¨¢ a la altura de los cl¨¢sicos. Me obligo a ver las dos primeras temporadas, se?al de que debo de andar muy averiado. La protagoniza una familia de multimillonarios, due?os de los medios de comunicaci¨®n m¨¢s poderosos y de todo lo comprable. Se acuchillan permanentemente para lograr el control de las empresas, ya que el anciano patriarca est¨¢ a punto de palmarla. Los guionistas se exprimen el cerebro a la b¨²squeda de situaciones retorcidas, di¨¢logos brillantes y c¨ªnicos, perversi¨®n en estado sofisticado.

Aguanto demasiado tiempo observando las maniobras de estos tarados para lograr el poder. Todos son unos cabrones. Eso puede dar mucho juego. Los villanos inteligentes y con matices me despiertan fascinaci¨®n. Pero es que estos me caen todos fatal. Su lenguaje es soez. Los t¨¦rminos polla, escroto, que te follen se repiten hasta la n¨¢usea. Pero en las org¨ªas que montan todo dios aparece vestido. Qu¨¦ raro. Cosas de la censura. Pasan su prescindible existencia en mansiones de mareo, jets privados, yates. Ojal¨¢ que explotaran con ellos dentro. Es que no les aguanto. Y adem¨¢s, son feos.

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