Disculpen a Almeida, quiz¨¢ estaba viendo el Orgullo por la tele

Medio mill¨®n de personas vieron la retransmisi¨®n del Orgullo en Televisi¨®n Espa?ola, la primera emitida por la casa, conducida por Boris Izaguirre y Mar¨ªa del Monte. Una retransmisi¨®n de lujo que demostr¨® el poder¨ªo de las coberturas en directo que sigue ostentando la televisi¨®n generalista, por mucho que algunos la den por muerta. Quienes tratan de aplicarle a la televisi¨®n p¨²blica los est¨¢ndares de la televisi¨®n privada consideran el programa un fracaso por su baja audiencia. Los dem¨¢s sabemos que, igual que el necio de Machado confunde valor y precio, en la tele p¨²blica no hay que confundir importancia con audiencia. Por las pantallas primero de La 1 y despu¨¦s de La 2 desfilaron pol¨ªticos, miembros de asociaciones, ni?os y adultos, caras conocidas y ciudadanos de a pie. El calco de la manifestaci¨®n festiva, alegre y para todos los p¨²blicos que es el Orgullo.

Muchos creen ¡ªy en parte tienen raz¨®n¡ª que ya hemos pasao, como cantaba Celia G¨¢mez pero en bien. El s¨¢bado los que est¨¢bamos frente a la se?¨¢ Cibeles no ¨¦ramos los ganadores de una guerra fratricida, sino los vencedores de una lucha por la igualdad y la libertad, de la que salimos beneficiados todos. Pero hay mucho por hacer y por proteger. Por eso es importante lo que ha hecho RTVE. Cu¨¢ntas personas, entre ese medio mill¨®n de espectadores, ser¨ªan como la t¨ªa de una amiga, de 80 a?os y de un pueblo de 4.000 habitantes, que por primera vez en su vida ve¨ªa algo as¨ª y envidi¨® el disfrute de los asistentes. Podr¨ªa incluso, por muy improbable que resulte, que entre ellos se encontrara el alcalde Mart¨ªnez-Almeida. As¨ª podr¨ªa haber excusado su vergonzosa y elocuente ausencia de uno de los actos m¨¢s importantes de la ciudad que gobierna: ¡°Disc¨²lpenme, lo estaba viendo por la tele¡±.

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