A oscuras
¡®Apag¨®n¡¯ posee calidad, es angustiosa, a ratos hipnotiza. Aunque pertenezca a la ciencia ficci¨®n, conecta con el real y generalizado acojonamiento del personal
Algunas personas inteligentes y con responsabilidades laborales me cuentan que al llegar de noche a sus casas buscan en la televisi¨®n cositas light, o que les provoquen una sonrisa boba, o que les aletarguen. All¨¢ ellos. Como les tengo cari?o, no les aconsejar¨ªa a los que pretenden dejar su mente en blanco que vieran la serie de Movistar Plus+ Apag¨®n. Posee calidad, es angustiosa, a ratos hipnotiza. Aunque pertenezca ...
Algunas personas inteligentes y con responsabilidades laborales me cuentan que al llegar de noche a sus casas buscan en la televisi¨®n cositas light, o que les provoquen una sonrisa boba, o que les aletarguen. All¨¢ ellos. Como les tengo cari?o, no les aconsejar¨ªa a los que pretenden dejar su mente en blanco que vieran la serie de Movistar Plus+ Apag¨®n. Posee calidad, es angustiosa, a ratos hipnotiza. Aunque pertenezca a la ciencia ficci¨®n conecta con el real y generalizado acojonamiento del personal ante el tenebroso estado de las cosas, ante unos a?os en los que todo ha ido mal y la fundada sospecha de que todo puede ir a peor. Ocurre que una improbable tormenta solar ha llegado. Y todo es oscuridad, terror, y dur¨ªsima supervivencia en la tierra.
Devoro de un bocado sus cinco cap¨ªtulos y me otorgan variadas sensaciones, agradecibles la mayor¨ªa de ellas. Es muy bueno el inicio del desastre, el retrato de un grupo de cient¨ªficos y gestores que prev¨¦n el espanto e intentan anticipar remedios para la cat¨¢strofe. Te contagian su miedo y su incertidumbre. El director Sorogoyen borda esa tensi¨®n. Y triste y temible el segundo, dirigido por Ra¨²l Ar¨¦valo y centrado en los hospitales, en el esfuerzo y la impotencia de m¨¦dicos y sanitarios para aliviar tanto dolor y caos. Y piensas inevitablemente en lo que debi¨® de ocurrir ah¨ª con la peste del covid. El cuarto episodio, dirigido por alguien con tanto sentido del cine como Alberto Rodr¨ªguez, me parece espl¨¦ndido. Sientes la lluvia, la nieve y el fr¨ªo acompa?ando a un pastor de cabras que se lleva bien con su ancestral soledad, pero que se sentir¨¢ acorralado por depredadores humanos y tendr¨¢ que defenderse cuando la huida es imposible.
En el tercer y quinto episodio, dirigidos por Isa Campo e Isaki Lacuesta, me entra un ligero temblor ante la certeza de que va a aparecer la tesis, la moraleja humanista, la bendici¨®n entusiasta de los ministerios de Igualdad y de pol¨ªticas sociales. No tengo pesadillas esa noche. Aunque me hable del horror, si el cine es bueno, las ahuyenta. Apag¨®n lo es.
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