El corto es bello: las cinco animaciones que aspiran al Oscar

Algunos participantes en la gala de los Goya acud¨ªan con una chapa que dec¨ªa: ¡°El corto es cine¡±. Lo es y, por tanto, es arte. Las pel¨ªculas de metrajes breves son una gran cantera de talento, la v¨ªa de entrada al sector audiovisual para j¨®venes que quieren comerse el mundo. Pero el corto es valioso en s¨ª mismo: hay joyas como la que gan¨® el ¨²ltimo Oscar de animaci¨®n, El limpiaparabrisas, del espa?ol Alberto Mielgo, uno de los grandes del g¨¦nero. Pero muchos otros se quedan en el camino. Los productores espa?oles de cortos se quejan de que apenas reciben apoyo institucional; reclaman una agencia que les ponga en su sitio en una boyante industria global.

Este a?o no hay espa?oles en las nominaciones al mejor corto de animaci¨®n de los Oscar, sino cinco relatos atractivos de creadores de distintos pa¨ªses. Con algo en com¨²n: saturados como estamos de efectos especiales, realidades virtuales y metaversos, vuelve el 2D, es decir, el dibujo animado de toda la vida. Con producci¨®n digital, claro est¨¢, y movimientos muy logrados, pero una est¨¦tica cl¨¢sica, un gusto por la sencillez de los tebeos o los cuentos de papel.

En Movistar+ podemos ver dos de los candidatos. Vendedores de hielo es una bella narraci¨®n sobre un padre y un hijo que viven en una caba?a en una empinada monta?a; el portugu¨¦s Jo?o Gonzalez habla as¨ª del amor sin palabras y del aislamiento. Y el m¨¢s breve de todos, El marinero volador, de los canadienses Wendy Tilby y Amanda Forbis, una mirada on¨ªrica a una cat¨¢strofe que fue real: la explosi¨®n en el puerto de Halifax que mat¨® a unas dos mil personas en 1917.

El gran favorito es una producci¨®n de Apple TV+ que adapta un exitoso libro infantil: El ni?o, el topo, el zorro y el caballo. Los dibujos del ilustrador brit¨¢nico Charlie Mackesy fueron public¨¢ndose en Instagram durante la pandemia, saltaron a las librer¨ªas y se convierten ahora en una pel¨ªcula de media hora, estrenada en la plataforma por Navidad. Llega a los Oscar cargada de premios y desprende la ternura de otras f¨¢bulas universales sobre la amistad como El Principito. Tiene la firma, como productores ejecutivos, de J. J. Abrams y Woody Harrelson, palabras mayores en la industria. Ser¨ªa raro que se le escape el galard¨®n.

As¨ª que lo tienen muy dif¨ªcil los otros dos aspirantes, m¨¢s alternativos, mucho m¨¢s gamberros, que tambi¨¦n rondan los 30 minutos y que se pueden ver en Vimeo en versi¨®n original. My Year of Dicks, basado en un libro de Pamela Ribon, cuenta la divertida (y a ratos amarga) historia de una adolescente empe?ada en perder la virginidad y que encadena cinco intentos poco prometedores. La producci¨®n australiana An Ostrich Told Me the World Is Fake and I Think I Believe It, de Lachlan Pendragon, es la m¨¢s chocante de todas: un oficinista se va dando cuenta de que el universo de mu?ecos de plastilina en que transcurre su frustrante vida es una farsa.

Pues claro que el corto es cine. En alg¨²n caso, del mejor. Mientras el Estado se decide a apoyarlo m¨¢s, est¨¢ bien que lo vayan haciendo las plataformas que dominan el mercado.

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