No lo llames gesta, ll¨¢malo vacaciones de ensue?o
Me desconcierta que la ocurrencia de Flamini haya sido recibida como una proeza. Pasar 500 d¨ªas leyendo en silencio, sin reloj y sin soportar humano alguno, m¨¢s que un hito de la resistencia humana suena a vacaciones de ensue?o
Durante la promoci¨®n de Una proposici¨®n indecente hubo quien malinterpret¨® su premisa, ante aquello de ¡°?te acostar¨ªas con Robert Redford por un mill¨®n de d¨®lares?¡±, respond¨ªan afirmativamente, pero se preguntaban de d¨®nde iban a sacar el dinero para pagarlo. Esa misma confusi¨®n me gener¨® la historia de Beatriz Flamini, la mujer que ha pasado 500 d¨ªas en una cueva. Al escuchar la noticia lo primero que me interes...
Durante la promoci¨®n de Una proposici¨®n indecente hubo quien malinterpret¨® su premisa, ante aquello de ¡°?te acostar¨ªas con Robert Redford por un mill¨®n de d¨®lares?¡±, respond¨ªan afirmativamente, pero se preguntaban de d¨®nde iban a sacar el dinero para pagarlo. Esa misma confusi¨®n me gener¨® la historia de Beatriz Flamini, la mujer que ha pasado 500 d¨ªas en una cueva. Al escuchar la noticia lo primero que me interes¨® fue el precio de la experiencia.
Me desconcierta que la ocurrencia de Flamini haya sido recibida como una gesta. Leo que pas¨® esos d¨ªas leyendo en el m¨¢s absoluto silencio; a veces pintaba y otras, tej¨ªa; sin reloj y sin soportar humano alguno, m¨¢s que a hito de la resistencia humana suena a vacaciones de ensue?o.
Tal vez respiro por la herida de aut¨®noma, pero al igual que Violet Crawley, Condesa Viuda de Grantham, aunque por razones muy distintas, no s¨¦ que es un fin de semana y mucho menos unas vacaciones. 500 d¨ªas de descanso y relajaci¨®n son para m¨ª el billete dorado de Willy Wonka. Silencio y desconexi¨®n de la hiperactividad inherente a la vida moderna, qu¨¦ m¨¢s se puede pedir. Cuando hay que regular por ley que las empresas no acosen a sus trabajadores fuera del horario laboral, por las grietas que genera la necesidad de estar a solas con uno mismo se cuelan monsergas como el mindfulness, y el silencio se convierte en mercanc¨ªa. Ya hay locales en los que por una m¨®dica suma puede uno pasar un ratito sin estar expuesto a ruido alguno. Los 500 d¨ªas bajo tierra de Beatriz se me antojan m¨¢s bien un derecho a reivindicar el pr¨®ximo 1 de mayo. Dicen que habr¨¢ documental, lo vender¨¢n como un programa de supervivencia, yo lo ver¨¦ como un cap¨ªtulo m¨¢s de Las casas de vacaciones m¨¢s incre¨ªbles del mundo.
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