Las sombras del 'mindfulness'
?Y si una pr¨¢ctica aparentemente inofensiva nos rompiera por dentro? Un estudio de la Universidad de Valencia afirma que uno de cada cuatro meditadores sufre efectos adversos
Miles de publicaciones de universidades como Harvard, Oxford o el Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts (MIT) han estudiado los efectos de la atenci¨®n plena (conocida como meditaci¨®n?mindfulness) en el bienestar general, en la salud y en el rendimiento mental. Personalidades como Hillary Clinton, Oprah Winfrey, Arianna Huffington, Daniel Goleman o Warren Buffett se refieren a esta actividad como indispensable en su d¨ªa a d¨ªa. Leemos sobre su aplicaci¨®n en parvularios y en las m¨¢s importantes escuelas de negocios del mundo. En la NBA y en el Foro de Davos. En el ej¨¦rcito estadounidense y en Silicon Valley.
Lo que se hace ahora no tiene mucho que ver con lo que inventaron los budistas. No existe una definici¨®n universalmente delimitada y consensuada para 'mindfulness'. Pero una de las ideas que m¨¢s ha calado suele incidir en el bienestar que produce un estado mental libre de juicios, centrado en el aqu¨ª y el ahora.
De origen budista, esta meditaci¨®n fue popularizada en Occidente en los a?os 70 por Jon Kabat-Zinn, reputado profesor de Medicina en la Universidad de Massachusetts, que cambi¨® su contexto ex¨®tico y orientalista por el hospitalario y empez¨® a aplicarlo a pacientes con ansiedad, dolor cr¨®nico o estr¨¦s, convirtiendo el mindfulness en una intervenci¨®n terap¨¦utica revolucionaria.
Y, en efecto, recientes revisiones cient¨ªficas le conceden cierta utilidad para tratar problemas psicol¨®gicos. Pero, en estos tiempos de jornadas laborales interminables y normalizaci¨®n de la ansiedad, el creciente negocio en torno a esta pr¨¢ctica en forma de apps, cursos, libros o retiros, obliga a plantearse algunas preguntas.
Puede provocar alucinaciones y cuadros depresivos¡
En los ¨²ltimos a?os, la ciencia ha empezado a investigar las contraindicaciones de la atenci¨®n plena. Se trata de evidenciar que, igual que sucede con los deportes, resulta beneficiosa siempre que se realice bajo una pauta de entrenamiento correcta.
Uno de los proyectos m¨¢s referenciados es el de la Universidad de Brown (EE UU), conducido por la psiquiatra y meditadora Willoughby Britton, quien describe casos puntuales de alucinaciones, descompensaciones psic¨®ticas y cuadros depresivos severos relacionados con la pr¨¢ctica intensa de mindfulness.
"Iniciarse en el mindfulness con retiros de d¨ªas es como correr un marat¨®n sin entrenar: una irresponsabilidad", Ausi¨¤s Cebolla (doctor en Psicolog¨ªa)
El art¨ªculo cita tambi¨¦n aumentos significativos de los niveles de estr¨¦s y angustia que derivaron en episodios de despersonalizaci¨®n y desrealizaci¨®n, es decir, situaciones en las que alguien no se reconoce a s¨ª mismo cuando se mira en el espejo, o percibe como si de repente todo se moviese a c¨¢mara lenta.
Beatriz Rodr¨ªguez Vega, psiquiatra en el Hospital de La Paz (Madrid), que lleva m¨¢s de una d¨¦cada integrando esta actividad con diferentes grupos de pacientes, detalla las razones: "Esto sucede por una reactivaci¨®n de las zonas de dolor. Nos referimos al fen¨®meno como backdraft [un t¨¦rmino que se utiliza en un incendio cuando abres una puerta y se produce una explosi¨®n por reintroducci¨®n de ox¨ªgeno]. No sucede solo con el mindfulness, tambi¨¦n puede ocurrir durante sesiones de psicoterapia o de crecimiento personal. Pero todav¨ªa no hay grandes estad¨ªsticas al respecto".
¡precisamente cuando uno menos lo necesita
En la misma l¨ªnea bucea una investigaci¨®n de la Universidad de Valencia, publicada en 2017 en Plos One y dirigida por el doctor en Psicolog¨ªa y meditador Ausi¨¤s Cebolla. Seg¨²n el estudio, a partir de una encuesta a 342 meditadores formados en distintos contextos culturales, un 25,4% habr¨ªa sufrido efectos no esperados relacionados con la pr¨¢ctica.
El investigador matiza: "Puede parecer una cifra alta, pero, si se analiza cada caso, la mayor¨ªa se debe a episodios transitorios, como ansiedad o peque?os ataques de p¨¢nico, que se podr¨ªan minimizar y prevenir con un buen entrenamiento. M¨¢s del 90% de quienes experimentaron esas sensaciones continuaron. Esto nos ayuda a entender que el mindfulness no es inocuo en todos los casos".
Advierte que, como intervenci¨®n de salud, "exige unos requisitos a los instructores, tanto ¨¦ticos como formativos". Y se detiene en qui¨¦nes podr¨ªan ser candidatos a sufrir m¨¢s contraindicaciones: aquellos que atraviesan una crisis personal profunda, como un duelo o una depresi¨®n grave. "Hay evidencia cient¨ªfica sobre la eficacia del 'mindfulness' para prevenir la depresi¨®n y evitar reca¨ªdas, pero no como tratamiento. En casos de trastornos diagnosticados puede recomendarse como una estrategia puntual, dentro de una terapia mucho m¨¢s amplia", a?ade.
No es algo para hacer con los compa?eros de oficina
En los ¨²ltimos a?os, la meditaci¨®n ha entrado con fuerza en las oficinas y centros de trabajo. El diario brit¨¢nico The Guardian relataba en 2016 el caso de una empresa brit¨¢nica que decidi¨® organizar un retiro de fin de semana a modo de team building para sus empleados, y una participante sufri¨® un trastorno de salud mental que le llev¨® a pasar tres meses de ingreso en una unidad psiqui¨¢trica con sus posteriores secuelas.
La psiquiatra Beatriz Rodr¨ªguez Vega opina: "Las pr¨¢cticas de 'mindfulness' deben ser voluntarias y nunca impuestas. Estos casos pueden ocurrir cuando se trabaja con personas vulnerables, por eso hay que hacer previamente una selecci¨®n. Antes de nada hay que realizar entrevistas, cuestionarios, jornadas de orientaci¨®n¡".
En este sentido, el investigador tambi¨¦n desaconseja iniciarse en el mindfulness de forma intensa mediante retiros de muchas horas o d¨ªas: "La gente tiene que entender bien el concepto. Esto no va de poner la mente en blanco, ni de relajarse ni de alcanzar un estado mental excepcional. Busca aceptar la experiencia tal y como es; una forma de optimizar los recursos para aliviar el sufrimiento. De hecho, lo que las personas nos transmiten despu¨¦s no es 'ya s¨¦ estar en el presente' o 'focalizo correctamente mi atenci¨®n', sino m¨¢s bien 'he aprendido a cuidarme".
Y si su instructor no est¨¢ formado en Oxford o Massachusetts¡
Florian Ruths, meditador y psiquiatra en el hospital de salud mental South London and Maudsley NHS Foundation Trust, en Londres, cuestiona la falta de criterios oficiales en la formaci¨®n de los instructores. El facultativo critica a las autoridades sanitarias por permitir que un curso de pocas semanas sea el ¨²nico requisito para poder dirigir estas pr¨¢cticas en el sistema p¨²blico de salud.
En Espa?a, la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial y la Asociaci¨®n para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocient¨ªficas alertan sobre el uso ileg¨ªtimo de la meditaci¨®n por parte de grupos pseudoterap¨¦uticos. La psiquiatra del Hospital La Paz, aclara: "Existen intervenciones imprudentes. Para trabajar con poblaci¨®n cl¨ªnica no sirve un curso de ocho semanas. Universidades como Oxford o Massachusetts disponen de programas formativos rigurosos que pautan cuestionarios y entrevistas como primer contacto con la pr¨¢ctica".
Complemento para ni?os con TDAH
El Hospital Sant Joan de D¨¦u de Barcelona lleva meses realizando sesiones de mindfulness como complemento a ni?os con enfermedades neurocut¨¢neas, e investigando sobre sus beneficios en casos de Trastorno por D¨¦ficit de Atenci¨®n e Hiperactividad (TDAH).
Jos¨¦ ?ngel Alda, jefe de Psiquiatr¨ªa Infantil del centro, explica: "Para comparar su efectividad con la de un f¨¢rmaco a¨²n faltan estudios cient¨ªficos". Incide en que deben ser rutinas cortas y l¨²dicas. Y en colegios, recomienda que el profesor est¨¦ formado en el ¨¢mbito cl¨ªnico.
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