Fans ruidosos, nostalgia y los excesos del ¡®streaming¡¯: ¡®Ahsoka¡¯ y el momento m¨¢s complicado del universo ¡®Star Wars¡¯
La ¨²ltima serie de Disney+, mucho m¨¢s centrada en la fantas¨ªa, rompe alg¨²n esquema y es de lo m¨¢s entretenido que ha dado la franquicia, pero la saga gal¨¢ctica ha perdido relevancia cultural
Contentar al fan irredento, ruidoso y veterano se ha convertido en un obst¨¢culo insalvable para la m¨¢quina de hacer dinero decana del cine: Star Wars vive en un constante miedo a ofenderlos. Sus peticiones son largas y obsesivas. No cambien los actores (mejor rejuvenecerlos con inteligencia artificial, d¨®nde va a parar); no modifiquen el legado de lo que ellos entienden por jedi; y sobre todo, apunten, no metan demasiadas mujeres ni personas racializadas. En esta galaxia muy muy lejana solo hay hombres blancos, como todo el mundo sabe. ...
Contentar al fan irredento, ruidoso y veterano se ha convertido en un obst¨¢culo insalvable para la m¨¢quina de hacer dinero decana del cine: Star Wars vive en un constante miedo a ofenderlos. Sus peticiones son largas y obsesivas. No cambien los actores (mejor rejuvenecerlos con inteligencia artificial, d¨®nde va a parar); no modifiquen el legado de lo que ellos entienden por jedi; y sobre todo, apunten, no metan demasiadas mujeres ni personas racializadas. En esta galaxia muy muy lejana solo hay hombres blancos, como todo el mundo sabe. Esto es nuestro y de nadie m¨¢s, parecen decir esos ¡°verdaderos fans¡±.
Ese equilibrio imposible entre contentar a ni?os (para lo que La guerra de las galaxias siempre se plante¨®) y tambi¨¦n a los m¨¢s conservadores se ha tornado en una maldici¨®n para la jefa Kathleen Kennedy, y para toda la factor¨ªa Disney. Pero hay un tipo que ha sabido surfear la ola contentando a todos. Se llama Dave Filoni. En sus manos, es aplaudido hasta el concepto de volver a transmitir la fuerza al proletariado que esos seguidores criticaban en la rompedora, magn¨ªfica y vilipendiada Los ¨²ltimos Jedi, de Rian Johnson. Lo vuelve a hacer en Ahsoka, la ¨¦pica serie celestial de Disney+ en la que Filoni recupera al elenco de sus series animadas para adentrarse en una odisea espacial con m¨¢s fantas¨ªa que ciencia ficci¨®n. La serie apela a la nostalgia, claro, a la de aquellas hoy vigorizadas precuelas con las que George Lucas regres¨® a la saga en 1999, pero al mismo tiempo reescribe la mitolog¨ªa y sus reglas.
Situemos a los despistados: Ahsoka Tano es la padawan (aprendiz jedi) de Anakin Skywalker, antes de que el malogrado h¨¦roe se convirtiese en Darth Vader. Esta adolescente valiente y alocada fue creada a cuatro manos entre Filoni y George Lucas en 2008 como punto de entrada para los ni?os (y sobre todo las ni?as) a la pel¨ªcula y serie animada Las guerras clon, una antolog¨ªa de la contienda que derroc¨® a la rep¨²blica para dar paso al imperio. Lucas, pensando en sus propias hijas, quer¨ªa apelar al p¨²blico femenino al que Star Wars no siempre hab¨ªa cautivado. De paso, daba profundidad y responsabilidad a Anakin (un Hayden Christensen reivindicado hoy por la nostalgia) en su paso al lado oscuro.
Las cr¨ªticas primero dijeron de ella que era una chica semidesnuda dise?ada para ser adorable sin mucho m¨¢s argumento, aunque, poco a poco, Ahsoka se convirti¨® en (literalmente) el nuevo juguete de la compa?¨ªa, un personaje con el que las mujeres se unieron al club. Lucas siempre tuvo claro que el secreto era convencer a los ni?os, no tanto a los veteranos. Seguidoras de todo el mundo comenzaron a replicar su tono naranja y coletas alien¨ªgenas, y su car¨¢cter rebelde cautiv¨® a los fans (nuevos y viejos) con un golpe de modernidad. En la serie, incluso daba la espalda a la religi¨®n jedi apel¨¢ndoles directamente y tirando su espada l¨¢ser: sois una pandilla de carcas y no entend¨¦is los nuevos tiempos. Ahsoka era esos nuevos tiempos, y planteaba que esa secta de monjes no era tan buena como se cre¨ªan. Gracias a su evoluci¨®n, la joven ya era un cl¨¢sico de Star Wars. Su vida se expandi¨® en libros y tebeos.
?Pero c¨®mo no hab¨ªamos sabido nada de ella hasta ese momento? ?Habr¨ªa muerto en batalla? Su creciente popularidad hizo que dar ese paso fuera inviable, as¨ª que Filoni cre¨® una estrategia para que se uniera la rebeli¨®n, si bien siempre en la sombra. Su periplo prosigui¨® en la animada Star Wars: Rebels como una fuerza veterana y menos impulsiva, y asentaron las tramas y relaciones que contin¨²an en la serie de acci¨®n real actual, donde le pone rostro Rosario Dawson, tras sus encuentros con el Mandaloriano y Boba Fett. Es una princesa Mononoke moderna, maestra jedi sin afiliaci¨®n. Ella es el perfecto punto de encuentro para el mar de contenido de Disney+.
Tras homenajear al w¨¦stern en The Mandalorian, tambi¨¦n creada por Filoni junto a Jon Favreau, la serie propia de Ahsoka explora el lado m¨¢s m¨¢gico del universo: ballenas voladoras que se teletransportan, brujas, profec¨ªas, sue?os con el m¨¢s all¨¢ y viajes del h¨¦roe. Unas teclas que a veces a la franquicia le ha costado pulsar, incluso si la magia era uno de los muchos elementos de subg¨¦nero pulp que Lucas pon¨ªa en la coctelera de su idea original.
Esa fantas¨ªa es uno de los puntos de ruptura dentro de los c¨¢nones. El otro, el concepto de la fuerza. ?Qu¨¦ son los jedi??Nacen o se hacen? Es uno de los debates que pon¨ªa sobre la palestra la pel¨ªcula odiada de la que Rian Johnson sali¨® escaldado: no solo una familia puede heredar la fuerza, sino que puede nacer en campesinos y plebeyos, en gente que lo aprende. Filoni siempre lo ha tenido muy presente con Ahsoka, la m¨¢s rebelde de entre esos diezmados monjes samur¨¢is, que como en el cl¨¢sico cinematogr¨¢fico Harakiri, esconden unas cuestionables reglas y mandatos bajo un velo de honorabilidad. En su nueva misi¨®n, ella lleva su legado m¨¢s all¨¢: todos podemos aprender de la fuerza, entregando el poder al pueblo y al aprendizaje, y no tanto a la consanguinidad, cuenta a su aprendiz, la verdadera protagonista de esta serie. Esa labor de mentora ser¨¢ clave en la aventura planteada con algo tan sencillo como la b¨²squeda del desaparecido protagonista de Rebels. Una rotura discursiva peque?a pero clave que mantiene el esp¨ªritu de lo que Lucas abri¨® en 1977. Y, s¨ª, todas las protagonistas vuelven a ser mujeres, como la presidenta de Lucasfilm.
En ese aspecto, no est¨¢ lejos de algunos de los mensajes con mucho m¨¢s calado de Andor, la serie m¨¢s revolucionaria de Star Wars y la mejor obra salida de este universo en d¨¦cadas. Una que s¨ª era verdaderamente rompedora sin esconderse, sin magia ni cart¨®n, y que quiz¨¢s por eso no pudo llegar a todo el p¨²blico que merec¨ªa. Otra vuelta a la paradoja de que sea Disney quien se apropie ese mensaje, aburguesando as¨ª la ficci¨®n de protesta, mientras en la huelga sus guionistas y actores van a las protestas para exigir el dinero por sus creaciones.
Tony Gilroy, creador de Andor, y Rosario Dawson han sido piquetes contra este imperio que no puede plantearse la libertad total de sus creadores, y que quiere mantenerlos en n¨®mina por lo menos posible, borrando as¨ª la validez del discurso. Mientras, Star Wars sigue pasando a los cineastas por la m¨¢quina de carne picada. No son pocos los creadores que recientemente han abandonando sus proyectos frustrados frente al nulo desarrollo de sus ideas: Guillermo del Toro, Taika Waititi, Damon Lindelof, Rian Johnson, Patty Jenkins, los responsables de Juego de tronos David Benioff y Dan Weiss¡ Son los cad¨¢veres creativos de una franquicia perdida sin saber qu¨¦ quieren sus seguidores en cine y saturada por el excesivo dispendio de las series (se calcula que Obi-Wan cost¨® unos 90 millones y Ahsoka m¨¢s de 100) para llenar un streaming que no da los beneficios anticipados. Un consumo del arte que no convence ni a ni?os ni a veteranos.
Teniendo ese empacho en cuenta, Ahsoka es un producto (y nunca deja de serlo, ni llega a las cotas de Andor o The Mandalorian) que al menos contenta y entretiene. M¨¢s de lo que se puede decir de contenido tan vac¨ªo emocional y narrativamente como Obi Wan y Boba Fett, rendiciones a la nostalgia, estructuralmente podridas y sin una pizca de alma ni entretenimiento en su ser. Por desgracia, el contexto no har¨¢ sencillo que Ahsoka interese m¨¢s all¨¢ de los convencidos. Quiz¨¢s al imperio le venga bien el par¨®n de la huelga. Un momento de tranquilidad para volver a ser relevante culturalmente, de ir m¨¢s all¨¢ de los fans.
Puedes seguir EL PA?S TELEVISI?N en Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.