La noche en la que Nacho Cano quiso que Miguel ?ngel Blanco le escuchase
En el ¡®podcast¡¯ ¡®Delirios de Espa?a¡¯, Juan Sanguino narra aquel concierto de 1997 con un pulso narrativo y una elegancia ejemplares
O no me enter¨¦ o lo borr¨¦ de mi memoria con una eficacia extrema. En septiembre de 1997, RTVE mont¨® en Las Ventas la madre de todas las verbenas, con un elenco digno de la Nochevieja m¨¢s casposa (de Los del R¨ªo a Julio Iglesias, pas...
O no me enter¨¦ o lo borr¨¦ de mi memoria con una eficacia extrema. En septiembre de 1997, RTVE mont¨® en Las Ventas la madre de todas las verbenas, con un elenco digno de la Nochevieja m¨¢s casposa (de Los del R¨ªo a Julio Iglesias, pasando por Nacho Cano), para rendir un (ejem) homenaje a Miguel ?ngel Blanco. De su asesinato s¨ª me acuerdo, y mucho. Ten¨ªa edad para estremecerme y llorar como todos. Por suerte, para cuando la televisi¨®n p¨²blica arm¨® ese bel¨¦n, yo ya andaba distra¨ªdo con otras cosas. Por lo que cuenta Juan Sanguino en su soberbio podcast Delirios de Espa?a (en Podium), deb¨ª de ser uno de los pocos espa?oles que no se enteraron.
Hay que escuchar con mucha atenci¨®n los cap¨ªtulos en los que Sanguino narra aquella noche, con un pulso narrativo y una elegancia ejemplares. No los pongan de fondo mientras conducen o cocinan si no quieren sufrir un accidente, pues sus emociones oscilar¨¢n del alucine al espanto, y habr¨¢ momentos en que no sabr¨¢n si la risa proviene de la verg¨¹enza ajena o de la indignaci¨®n. A m¨ª me irritaron algunos de los perpetradores, que parec¨ªan orgullosos de aquel desastre en el que un Nacho Cano fuera de s¨ª jale¨® al p¨²blico: ¡°M¨¢s alto, que nos oiga Miguel ?ngel¡±.
Descubrimos en Delirios de Espa?a que esa frase, viralizada en tiempos recientes, no fue lo peor de aquella enajenaci¨®n mental colectiva que convirti¨® un funeral en una parranda de pueblo. Sanguino podr¨ªa haber escogido el camino f¨¢cil de la superioridad moral, pero si Delirios de Espa?a merece la pena no es por lo que cuenta sino por c¨®mo lo cuenta, intentando comprender qu¨¦ sucedi¨® aquella noche y arm¨¢ndola de contexto. El resultado es mucho m¨¢s desolador que una simple burla, pues acaba revelando algo muy serio de esa tragedia eterna que algunos llamamos Espa?a.
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