¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯: cuando el ¡®talent show¡¯ y el ¡®reality¡¯ se dan la mano
A falta de conocer su audiencia real, el formato que ahora emite Amazon Prime Video resulta imbatible en redes sociales. Una nueva generaci¨®n se ha rendido ante el programa que conquist¨® el ¡®prime time¡¯ hace m¨¢s de 20 a?os
Seguro que hay quien no se ha enterado todav¨ªa porque no se lo ha encontrado haciendo zapping, pero los lunes a las 22.00, y en riguroso directo, se emite Operaci¨®n Triunfo. Su duod¨¦cima edici¨®n no se aloja en la televisi¨®n p¨²blica, tampoco en Telecinco, donde fue m¨¢s reality que talent show, sino en Prime Video porque aunque cada cierto tiempo se nos anuncia la muerte de la televisi¨®n lineal, lo cierto es que las plataformas tratan de parec¨¦rsele cada vez m¨¢s.
Sus espectadores habituales habr¨¢n encontrado pocas diferencias, la principal, la duraci¨®n de las galas. ¡°En TVE y Telecinco, durante la primera hora de programa apenas hab¨ªan cantado los dos nominados, mientras que en Amazon en 90 minutos se lo despachan todo¡±, destaca la periodista, escritora y seguidora de OT Raquel Pi?eiro. ¡°El espectador que tiene unos horarios normales lo agradece, aunque tanta velocidad puede que vaya en contra del formato: tiene tanto de talent como de reality, y los v¨ªdeos que pon¨ªan en las galas ¡ªuno de los elementos sacrificados¡ª eran un complemento que ayudaba a conocer a los protagonistas m¨¢s all¨¢ de su desempe?o sobre el escenario¡±. No ha variado lo esencial: 16 concursantes, un jurado y un reconfortante ¡°cruza la pasarela¡±. Una mec¨¢nica sencilla que nos sabemos de memoria y provoca que se emita donde se emita, sintamos que estamos ante ¡°nuestro¡± OT.
S¨ª hay que destacar un gran cambio respecto a las primeras ediciones: cada vez es m¨¢s f¨¢cil diferenciar entre dos OT, el que se sigue a trav¨¦s de las galas y el de la emisi¨®n 24 horas y las redes sociales. Los que ¨²nicamente vean las primeras se preguntar¨¢n, por ejemplo, por qu¨¦ el talentoso Paul no es favorito cada semana. ¡°Porque no da contenido¡±, ese concepto difuso, es la respuesta. ?Se imaginan que no le diesen el Bal¨®n de Oro a Messi porque su relaci¨®n con Antonella no genera suficiente salseo?
Lo extramusical ocupa cada vez m¨¢s espacio, tiene cierta l¨®gica: si alguien quisiera simplemente escuchar hermosas armon¨ªas vocales se pondr¨ªa la discograf¨ªa de The Mamas & The Papas. Esto va de otra cosa. Tan o m¨¢s importante que la evoluci¨®n vocal de los concursantes es la emocional y, para el grueso de los seguidores, la sentimental. Diez minutos despu¨¦s de que se abriese la puerta de la Academia, las redes ya rebosaban shippeo, ansia por formar parejas. Por qu¨¦ la pr¨®xima semana pueden irse a casa Salma o Alex tiene poco que ver con sus ¨²ltimas actuaciones y m¨¢s con el ambiente al puro estilo letra escarlata que se genera en las redes, donde a una se la acusa de supuesta acosadora y a otro de supuesto infiel. Supuesto es la palabra clave, tal vez pase tan solo en la mente calenturienta de los espectadores, pero vivimos tiempos de posverdad y pantallazo v¨ªa WhatsApp como fuente fiable.
Los concursantes est¨¢n cada vez m¨¢s expuestos al escrutinio de entom¨®logo de unos seguidores que a veces olvidan que no est¨¢n comentando las tramas de personajes de ficci¨®n, sino de personas que un d¨ªa abandonar¨¢n su encierro y se abalanzar¨¢n sobre sus m¨®viles para conocer la visi¨®n que los espectadores han tenido de su paso por la Academia. Realmente hay m¨¢s corazones en los ojos de los que miran el show que parejas reales, al menos confirmadas por los propios concursantes que, no olvidemos, est¨¢n en el programa para perfilar futuras carreras musicales, aunque a veces creamos que estamos viendo La isla de las tentaciones porque ya no concebimos un reality sin carpetas as¨ª sea Forjado a fuego. El formato contribuye a ello: al m¨¢s m¨ªnimo atisbo de relaci¨®n entre dos concursantes, el nada inocente reparto de canciones les adjudica un d¨²o t¨®rrido que los espectadores compran sin mirar el precio. Si hici¨¦semos un ranking de grandes momentos del formato estar¨ªan antes el Escondidos de Chenoa y Bisbal o el City of Stars de Alfred y Amaia que grandes actuaciones como La bikina de Ana Guerra o el ¡°lorenazo¡± de Lorena G¨®mez con Land of 1000 dances.
OT cumple tambi¨¦n una funci¨®n antropol¨®gica. As¨ª como First Dates nos permite acceder a un mundo de triejas y relaciones ¨¢gamas sin salir de nuestro tresillo, el formato de Gestmusic nos hace una radiograf¨ªa de una generaci¨®n, o al menos de la parte de esa generaci¨®n que tiene veleidades canoras. Y hay algunos datos sorprendentes. La visita a la Academia de Dave, concursante de la edici¨®n de 2018, desvel¨® que tan solo cinco participantes se consideran heterosexuales. Otros datos no sorprenden en absoluto: Paul confes¨® haber sufrido acoso en el instituto por preferir el canto al f¨²tbol, un cl¨¢sico de los patios del recreo desde que hay patios de recreo.
Aunque este a?o no hay una Rosa o una Aitana de Espa?a, las redes han elegido sus favoritos: la pluscuamperfecta Chiara; Violeta, que eligi¨® debutar en la Gala Cero con el Crazy de Patsy Cline ¡ªya est¨¢n los j¨®venes dando la lata con el reguet¨®n¡ª, la vers¨¢til Naiara o el jovenc¨ªsimo Martin de tan solo 18 a?os, porque hay concursantes que nunca han vivido en un mundo en el que no existe OT. Eso deber¨ªa hacerles conscientes de que ganar es lo de menos. Pocos recuerdan a Nahuel Sachak, Sergio Rivero o Mario ?lvarez. Las carreras so?adas son las de David Bisbal, Manu Carrasco, Pablo L¨®pez o Aitana. OT es un escaparate y ni siquiera es demasiado importante pasar demasiado tiempo en ¨¦l, como bien saben Mai Meneses y Lola ?ndigo.
El casting es el mejor secreto de cualquier reality y el de esta edici¨®n pasa el corte. ¡°Hay buenas voces y talentos con posibilidad de crecer; est¨¢ por ver la proyecci¨®n que tendr¨¢n ¡ªo no¡ª en su carrera musical, pero para el programa est¨¢n funcionando muy bien¡±, se?ala Pi?eiro. No podemos decir que Chenoa haya sido un ingrediente secreto, que iba a estar a la altura lo sab¨ªamos, su profesionalidad ya resultaba insultante cuando concurs¨® en la primera edici¨®n. Era una elecci¨®n perfecta para continuar el camino trazado por el desparrame de Carlos Lozano, la fiabilidad de Jes¨²s V¨¢zquez, el (breve) desastre a c¨¢mara lenta que fue Pilar Rubio ¡ªsi alguien busca la vacuna contra el s¨ªndrome del impostor deber¨ªa investigar su entusiasta capacidad para aceptar toda suerte de proyectos que la superan¡ª y la naturalidad de Roberto Leal.
Tan importante como los concursantes es el jurado. Si a Chenoa podemos considerarla una ¡°empoderadita¡±, esa palabra horrenda, de Concha Buika diremos, por ajustarnos al lirismo de los tiempos, que ¡°sirve co?o¡±, de hecho es el ¨²nico plato de su restaurante. Si hay una estrella de la edici¨®n es ella. Sus sentencias, que sabes c¨®mo empiezan, pero nunca c¨®mo pueden acabar, la han convertido en la gran revelaci¨®n, y sin necesidad de sumarse al estilo Mejide, el de la crueldad gratuita por unos minutos de foco. Concha Buika es la reina de los memes y el formato, el l¨ªder en X (no es una inc¨®gnita que hay que resolver, es la maldad de Elon Musk hecha naming). Los hashtags relacionados con el programa han copado los primeros puestos cada semana y, seg¨²n datos aportados por Amazon, la pasada gala batieron el r¨¦cord de votaciones a trav¨¦s de la app de Operaci¨®n Triunfo desde su implantaci¨®n en 2017 con 4,55 millones de votos. Sabemos que esas cifras no siempre implican audiencia real, pero seguro que les ayudan a decidir si OT cruzar¨¢ la pasarela y esta ser¨¢ la primera de muchas ediciones en Prime Video.
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