?Para qu¨¦ sirve una radiotelevisi¨®n p¨²blica?

Una radiotelevisi¨®n p¨²blica es como un prop¨®sito de a?o nuevo: cada gobierno reci¨¦n constituido se dice que esta vez s¨ª, avui s¨ª toca, al contrario de lo que dec¨ªa Pujol. Comeremos sano, perderemos unos kilos, nos apuntaremos a un gimnasio, cambiaremos los gintonics por refrescos, nos acostaremos m¨¢s pronto y no discutiremos con tuiteros. Todo eso resplandece cada primero de enero, pero antes de que acabe el invierno renunciamos a los empe?os de mejora: encadenamos un par de resacas, miramos con verg¨¹enza el carn¨¦ de socio de ese gimnasio que solo pisamos una vez y nos enzarzamos en un cruce de insultos con un tuitero an¨®nimo que a lo mejor es un chaval de trece a?os.

Los gobiernos tambi¨¦n se proponen al principio hacer de RTVE ese mascar¨®n de servicio p¨²blico que ilumine a la sociedad espa?ola con ideales de calidad, exquisitez, independencia, rigor, pluralidad y otros tantos sustantivos abstractos que se disuelven en los grumos de lo concreto. Suelen bastar un par de sesiones parlamentarias y media bronca para que las buenas intenciones se malogren. Ning¨²n partido ha refrenado jam¨¢s la tentaci¨®n de hacerse servir de la radiotelevisi¨®n p¨²blica para sus estrategias de propaganda.

Ni los ciudadanos que la sufragan ni los trabajadores que sacan adelante la programaci¨®n e intentan honrar su misi¨®n de servicio p¨²blico merecemos esta par¨¢lisis. La cuesti¨®n no es el contrato de Broncano ni qui¨¦n tiene raz¨®n en el consejo ni qu¨¦ sesgo ideol¨®gico nos convence m¨¢s. Urge un debate sobre qu¨¦ queremos los espa?oles que sea RTVE. Cuanto m¨¢s se posponga, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ desenredar el l¨ªo. Urge decidir si queremos una RTVE que compita con los grupos privados o que vaya a su aire, con una programaci¨®n sin servidumbres comerciales que d¨¦ voz y espacio a todas aquellas voces y espacios que no son competitivos y no van a salir en otras pantallas. Urge decidir si queremos un comisariado pol¨ªtico al frente de la l¨ªnea editorial o una direcci¨®n independiente regida por criterios profesionales y blindada de injerencias pol¨ªticas. Urge decidirlo porque la RTVE de ahora es una cosa y su contraria: conviven proyectos magn¨ªficos de divulgaci¨®n cultural y de pluralidad con empe?os de comercialismo banal. No hay un modelo definido con un consenso que respeten y asuman los gobiernos, y crear ese modelo es una tarea que trasciende la coyuntura y la pelea entre partidos. Urge el debate, y como es urgente, sospecho que nunca se dar¨¢.

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