El derecho al honor del criminal
¡®El cuerpo en llamas¡¯ se emiti¨®, fue un bombazo y todos aplaudimos a ?rsula Corber¨®, que estuvo sensacional. Ahora, unos meses despu¨¦s, la Audiencia de Barcelona dice que el juzgado debi¨® admitir la demanda

Nadie lo dir¨ªa, a la vista del colapso cotidiano de los juzgados, pero Espa?a no es una sociedad litigante. Una telenovela p¨ªcara como la de Better Call Saul no ser¨ªa veros¨ªmil si sucediera en Albacete en lugar de Albuquerque, Nuevo M¨¦xico. Quiz¨¢ por eso el g¨¦nero judicial est¨¦ un tanto subdesarrollado por aqu¨ª, y es una pena, porque pocas cosas tienen tanta potencia dram¨¢tica como un buen juicio. Que se lo digan, si no, a Justine Triet, que nos ha ense?ado en Anatom¨ªa de una ca¨ªda cu¨¢n raro y entretenido es un proceso penal en Francia.
Los m¨¢s viejos recordar¨¢n los pedetes l¨²cidos de Turno de oficio, excepci¨®n preciosa, pero los jueces espa?oles se ocupan m¨¢s de la ficci¨®n de lo que la ficci¨®n se ocupa de ellos. No somos litigantes los de la canalla, el com¨²n de la plebe, pero a los personajes que est¨¢n en el candelabro de Mazagatos les gusta m¨¢s una querella que una fiesta del Chatarrero, por lo que los directores y guionistas procuran contar con su colaboraci¨®n expresa cuando fantasean con sus vidas, por lo que pueda tronar. Saben que los jueces son muy sensibles a las quejas de los aludidos: a la m¨ªnima, adoptan medidas cautelares. Es decir, paralizan el rodaje o secuestran las copias impidiendo su estreno, lo cual puede hacer polvo a la productora m¨¢s solvente. Por eso lo normal en Espa?a es curarse en salud.
Este escr¨²pulo solo rige para la gente con influencia y posibles. Cuando un desgraciado se hace famoso (casi siempre por ser culpable de un crimen), a nadie le importa su opini¨®n. Ni siquiera a los jueces. Cuando Rosa Peral reclam¨® medidas cautelares contra la producci¨®n de Netflix El cuerpo en llamas, ni siquiera se admitieron a tr¨¢mite porque le faltaba no s¨¦ qu¨¦ papel. La serie se emiti¨®, fue un bombazo y todos aplaudimos a ?rsula Corber¨®, que estuvo sensacional. Ahora, unos meses despu¨¦s, la Audiencia de Barcelona dice que el juzgado debi¨® admitir la demanda. No dice que debi¨® adoptar medidas cautelares, aunque s¨ª que el juzgado debi¨® escuchar a Peral y pronunciarse sobre sus argumentos. Esto puede parecer una an¨¦cdota en el oc¨¦ano de recursos y procesos judiciales, pero puede afectar mucho a los futuros true crimes, casi todos producidos con la impunidad de quien sabe que los convictos no tienen derecho al honor. Un juez acaba de decir que s¨ª lo tienen. Ojito.
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