¡®Aruseros¡¯ contra la vida lenta
El programa apoya la t¨¦cnica de venta del ascensor: si no me convences en lo que dura un viaje de un piso a otro, no me interesa
Se enzarzaron el otro d¨ªa en Aruseros en un debate pasional sobre hermen¨¦utica, teor¨ªa narrativa y est¨¦ticas de la recepci¨®n. Lo cual prueba que ya no te puedes fiar ni de la tele de las ma?anas: a la que te descuidas, aprendes algo, por m¨¢s que la programaci¨®n de esa franja est¨¦ dise?ada contra cualquier tentativa de pensamiento. Ojo con esto: se empieza as¨ª, y a la que Ar¨²s se descuida se le ha l...
Se enzarzaron el otro d¨ªa en Aruseros en un debate pasional sobre hermen¨¦utica, teor¨ªa narrativa y est¨¦ticas de la recepci¨®n. Lo cual prueba que ya no te puedes fiar ni de la tele de las ma?anas: a la que te descuidas, aprendes algo, por m¨¢s que la programaci¨®n de esa franja est¨¦ dise?ada contra cualquier tentativa de pensamiento. Ojo con esto: se empieza as¨ª, y a la que Ar¨²s se descuida se le ha llenado el plat¨® de catedr¨¢ticos con caspa que citan a Baudrillard.
El debate en cuesti¨®n iba sobre recursos dieg¨¦ticos y estructuras narrativas en las ficciones televisivas contempor¨¢neas. En concreto, analizaban el uso del cliffhanger, esto es, el arte de interrumpir la narraci¨®n antes de la resoluci¨®n de la trama, frustrando al espectador, que se queda sin saber qu¨¦ suceder¨¢ hasta el siguiente episodio. Criticaban el abuso sistem¨¢tico de este recurso, que ya aparec¨ªa en los textos mitol¨®gicos y llev¨® a su cima c¨ªnica Juli¨¢n Lago en La m¨¢quina de la verdad: ¡°No conteste todav¨ªa, h¨¢galo despu¨¦s de la publicidad¡±.
De ah¨ª pasaron a criticar los planteamientos de las series actuales, maestras en el arte de la creaci¨®n de expectativas. Radical, Ar¨²s dijo que, si en un cap¨ªtulo no pasaba nada, chao. Luego, al calentarse, todos convinieron en que bastaban diez minutos, no m¨¢s. Ni cliffhangers ni hostias ¡ªah¨ª el debate se puso hermen¨¦utico de veras¡ª: aqu¨ª no estamos para perder el tiempo, con la de series que hay.
Aruseros apoya los modos de Tinder y la t¨¦cnica de venta del ascensor: si no me convences en lo que dura un viaje de un piso a otro, no me interesa. No hubo opiniones en contra: todos ten¨ªan mucha prisa y no estaban para ambig¨¹edades. Es curioso que, entre tanto experto en narrativas, nadie subrayase que el objetivo de una narraci¨®n suele ser la narraci¨®n misma, no su resoluci¨®n.
No hab¨ªa all¨ª ni un solo lector de Byung-Chul Han o de Gonz¨¢lez Sainz, que es de Soria y nos queda m¨¢s a mano (y mola mucho m¨¢s que el fil¨®sofo coreano). Nadie a favor de la vida lenta y de las tramas que se desenroscan de poquito en poco. Nadie a favor del ¡°amigos y lo que surja¡±. Como supongo que Aruseros se parece m¨¢s a Espa?a que los libros de Gonz¨¢lez Sainz, me entristeci¨® esa incapacidad de perder el tiempo: como si la vida ofreciera algo mejor que la propia conciencia de estar vivo.
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