Adela Gonz¨¢lez: ¡°Tengo mucha calle y mucho callo¡±
La periodista, de 51 a?os, cumple 25 de carrera delante y detr¨¢s de las c¨¢maras estren¨¢ndose como presentadora estrella de ¡®Ma?aneros¡¯, en TVE y dice tener el ego a raya: ¡°He sido reportera antes que fraile¡±
Cuando llego puntual a la cita, Adela Gonz¨¢lez ya lleva un rato posando, simp¨¢tica y superprofesional, para el fot¨®grafo. Viste uno de sus uniformes de plat¨®: el vestidito blanco y los taconazos rojos con los que ha estado presentando en directo Ma?aneros hasta hace un par de horas. Cuando nos sentamos a charlar a solas frente a frente, se quita los zapatos y se ofrece, descalza y franca, que no sin coraza, a la conversaci¨®n. Solo cuando le pregunto por su hija, Andrea, fallecida en 2020 a los o...
Cuando llego puntual a la cita, Adela Gonz¨¢lez ya lleva un rato posando, simp¨¢tica y superprofesional, para el fot¨®grafo. Viste uno de sus uniformes de plat¨®: el vestidito blanco y los taconazos rojos con los que ha estado presentando en directo Ma?aneros hasta hace un par de horas. Cuando nos sentamos a charlar a solas frente a frente, se quita los zapatos y se ofrece, descalza y franca, que no sin coraza, a la conversaci¨®n. Solo cuando le pregunto por su hija, Andrea, fallecida en 2020 a los ocho a?os de edad tras sufrir un sarcoma de Ewing, se enroca en un silencio tan cort¨¦s como tajante. Cuando apago la grabadora, le pido disculpas por si la he incomodado y nos quedamos charlando un buen rato. Es entonces cuando entreabre alguna compuerta. Su vida, dice, no es noticia. Ni quiere que lo sea.
Tiene audiencias del 10,1. ?El dato importa?
Claro que importa. Los de la tele siempre lloramos porque los aud¨ªmetros no son exactos, pero s¨ª marcan tendencias. Es un indicador de que gustas m¨¢s o menos, de por d¨®nde van los tiros. No solo importa lo que hagas t¨², sino lo que hagan los de enfrente, de los temas del d¨ªa, de si fuera hace fr¨ªo o calor. Por eso, el reto es ser como una gota malaya, dar lo mejor de ti y que tu trabajo vaya calando.
?A qui¨¦n se imagina al otro lado?
Pues a mi padre, por ejemplo, que me acaba de decir que me ha visto un ratito. El programa es tan largo que ni mi padre me ve todo el tiempo [r¨ªe]. Me imagino a gente que trabaja por la tarde y por la ma?ana est¨¢ trasteando en casa con la tele puesta. Me gusta imaginarme a m¨ª misma apoyada en el brazo del sof¨¢ un rato, mirando la tele porque me ha interesado algo y luego siguiendo a lo m¨ªo. No todo el mundo trabaja por la ma?ana, ni trabaja, a secas.
Tambi¨¦n hay personas mayores cuya ¨²nica compa?¨ªa es la tele. ?Piensa en ellos?
Por supuesto, y acompa?arlas es uno de los grandes retos del programa. Mira, por ejemplo, yo hablo muy r¨¢pido, ya me oyes, soy una metralleta, tambi¨¦n en la tele. Pues en este programa hago un ejercicio de hablar m¨¢s despacio. A veces nos atropellamos y, en el intento de contar las cosas r¨¢pido, no las contamos bien. Intento estar y parecer tranquila porque la gente, en casa, est¨¢ a sus cosas y no podemos intranquilizarla, no es necesario.
?Qu¨¦ les ofrece, entonces?
Informarse, entretenerse, ver un salseo, todo suma. Pero esto es Televisi¨®n Espa?ola y todo lo que se ofrezca en esa mesa debe ser riguroso y estar contrastado. Esas son las l¨ªneas rojas. Digamos que hacemos un picoteo gourmet de la actualidad y el entretenimiento para todos los p¨²blicos.
?No se le cae el t¨ªtulo de periodista por comentar asuntos de coraz¨®n?
Todo es informaci¨®n. T¨² no est¨¢s ah¨ª para hacer la pregunta m¨¢s incisiva ni la m¨¢s inc¨®moda. Preguntas lo que preguntar¨ªa la gente, y, a veces, la pregunta m¨¢s afilada es la m¨¢s sencilla. No estoy para lucirme por ser periodista, estoy para la gente. Para que la gente se entere de lo que pasa en el mundo y act¨²e en consecuencia: eso tambi¨¦n es servicio p¨²blico. Y tambi¨¦n para que se eche unas risas con los trajes de la boda de Marta Luisa de Noruega con el cham¨¢n. No pasa nada.
?Se lo pens¨® mucho antes de aceptar presentar S¨¢lvame?
Me lo pens¨¦, s¨ª, pero porque yo no ten¨ªa mucho conocimiento de ese medio. Y creo que precisamente por eso me contrataron. Ah¨ª aprend¨ª que se puede tirar la cuarta pared, que se puede re¨ªr, que se puede pasear por un plat¨® sin perder los papeles. Jam¨¢s en la vida se me pas¨® por la cabeza que yo iba a desfilar vestida de Agatha Ruiz de la Prada, o a cantar vestida de Freddie Mercury con un bigote postizo... adem¨¢s habi¨¦ndolo propuesto yo. Aprend¨ª que no era tan vergonzosa como pensaba. Dije que S¨¢lvame me salv¨® y lo mantengo.
?Echa de menos la informaci¨®n pura y dura?
No, porque no la siento lejos de m¨ª. Sigo la actualidad, la crisis migratoria, me interesa todo, lo leo todo, lo consumo. Me gusta la informaci¨®n. Me apasiona la profesi¨®n. He picado mucha piedra en el oficio y todav¨ªa me sube much¨ªsimo la adrenalina cuando la actualidad te desbarata la escaleta. Desgraciadamente, he tenido que informar de atentados de ETA con muertos encima de la mesa, y eso es dur¨ªsimo. Eso no se te olvida en la vida. Entonces, cuando hablamos de oficio, todo eso est¨¢ ah¨ª cuando salgo a presentar.
Si puede contar un atentado, puede contar los cuernos de un famoso.
Hombre, por favor. Mira: somos periodistas, somos responsables, tenemos oficio, sabemos lo que supone nuestra profesi¨®n, pero tampoco estamos operando a coraz¨®n abierto. Claro que nos equivocamos, yo me habr¨¦ equivocado mil veces, y ese d¨ªa te arde la oreja con lo que te gritan desde la direcci¨®n por el pinganillo, o lo que lees en las redes. Pero no pasa nada, si metes la pata, lo admites y reconoces que te has equivocado. Ahora, ?pierdes credibilidad por hablar de una cosa y de la otra con profesionalidad y solvencia? Yo creo que ninguna.
Ahora que es presentadora estrella de TVE, ?c¨®mo va de ego?
Mira, tengo mucho callo y mucha calle. He sido reportera antes que fraile. S¨¦ lo que es estar ah¨ª fuera. Soy una presentadora que pisa la redacci¨®n, tengo all¨ª mi mesa, necesito saber de lo que se va a hablar, y hago propuestas. Hay quien me dice que deber¨ªa cre¨¦rmelo m¨¢s, pero, aunque tengo el ego a raya, tambi¨¦n creo que hago un buen trabajo, y que, aunque claro que puedo mejorar, tengo la seguridad y el aplomo suficiente para estar donde estoy.
?Siempre quiso ser periodista?
Qu¨¦ va. Yo lo que quer¨ªa es ser m¨¦dico porque para m¨ª los m¨¦dicos son Dios, pero cuando supe que hab¨ªa que estudiar F¨ªsica, me raj¨¦. Luego, como me encantan los pleitos, sobre todo los de consumo, empec¨¦ Derecho en Deusto, pero tampoco me ve¨ªa toda la vida en un bufete. A mis padres les costaba un esfuerzo pagarme la universidad privada, as¨ª que, como me encantaba la comunicaci¨®n y siempre he sido muy curiosa, y era fan de Mayra G¨®mez Kemp, de Rosa Mar¨ªa Calaf y de Carmen Sarmiento, decid¨ª estudiar Periodismo, que lo engloba un poco todo. Mira, visto ahora, quiz¨¢ lo que me falta en el curr¨ªculo es cubrir una guerra. Enti¨¦ndaseme: ojal¨¢ nadie tuviera que cubrirlas, pero los mundos de Yupi no existen, alguien tiene que contarlas y de eso se aprende y te curte. No s¨¦ si estar¨ªa preparada emocionalmente.
Usted ha pasado por el peor dolor de la vida, perder a una hija.
S¨ª, pero de eso no voy a hablar, perd¨®name.
?Ese dolor la ha blindado?
En unos a?os me preguntas y te respondo.
Acaban de ficharla pasados los 50 en un medio, la tele, en el que, a esa edad, muchas mujeres se vuelven invisibles ?Algo est¨¢ cambiando?
A las pruebas me remito. Si yo no tuviera m¨¢s de 50 a?os y 25 de profesi¨®n a cuestas no tendr¨ªa las tablas, el aplomo y la seguridad que tengo en antena. Salgo tranquila y segura. Queda mucho por hacer, claro. Pero creo que la experiencia de una mujer empieza a pesar m¨¢s que las arrugas. Si echas un vistazo a las parrillas de las cadenas, cada vez somos m¨¢s mujeres que pasamos los 50. Tiene que ver con que haya m¨¢s directivas, y tambi¨¦n con que cada vez m¨¢s directivos quieren una empat¨ªa y una cabeza bien amueblada, mucho m¨¢s que un vestidito. Y te lo digo yo que voy con este vestidito blanco y estos tacones que me acabo de quitar porque no los aguanto. Una cosa no quita la otra.
Son las 07.00, ?a qu¨¦ hora se va a la cama para estar fresca en Ma?aneros?
Pues a las 10.00, o 10.30, como much¨ªsimo. Me levanto a las 05.00, a las 07.00 estoy en maquillaje y hasta que empieza el programa, estoy empap¨¢ndome de todo. Necesito dormir. Estos d¨ªas, he tenido que echar las cortinas porque a¨²n era de d¨ªa. Pero no pasa nada, si soy feliz...
... ?Lo es?
Mucho. Me siento afortunada. Hago lo que quiero. ?Cu¨¢nta gente puede decir que va a trabajar contenta cada d¨ªa? Tengo compa?eros de facultad que no trabajan en lo suyo. Y, bueno, la vida tiene que fluir. Si ahora me toca estar otra vez en Madrid, viviendo en Lasarte-Oria, pues subo el fin de semana a estar con mi hijo y mi marido. Me lo dice ¨¦l mismo: me ve disfrutar tanto, brillar tanto, pas¨¢rmelo tan bien y entregarme tanto que es el primero en animarme. No te puedes pegar contra la vida, porque la vida me ha ense?ado que te vas a estampar. Y que, si hay cosas que no salen o que no funcionan, no pasa nada. Vendr¨¢ algo mejor, o no. Pero lo que sea, va a venir igual.
MA?ANERA EN JEFE
El otro día, los compañeros de Adela González (San Sebastián, 51 años) en Televisión Española, la obsequiaron en directo con una sorpresa. Las imágenes de su primera aparición en las pantallas de TVE, en el centro territorial de Navarra, en el año 2000. La anécdota constata con pruebas gráficas la larga carrera de González, que, para entonces ya no era una novata, y lleva casi toda su trayectoria profesional contando la vida detrás y delante de las cámaras como reportera y presentadora de programas informativos y de actualidad en televisión. Después de forjarse en ETB, la televisión vasca, y bregarse en otras televisiones públicas y privadas, donde llegó a presentar Sálvame, junto a Jorge Javier Vázquez, en Telecinco y Más vale sábado, junto a Boris Izaguirre, en La Sexta, la periodista acaba de ser fichada por TVE para capitanear el magacín Mañaneros, su buque insignia de las mañanas.