¡®Querer¡¯: todas las acepciones del verbo
La serie es terriblemente cotidiana no porque los casos de denuncias de violaci¨®n dentro de la pareja abunden, sino por el retrato familiar y social que descuelga de ¨¦l. Es gran televisi¨®n de esa que muy poca gente sabe hacer
Querer es desear o apetecer, amar, tener cari?o; pero tambi¨¦n es poseer la voluntad o la determinaci¨®n de hacer algo. Querer es, adem¨¢s, el t¨ªtulo de la magn¨ªfica serie dirigida por Alauda Ruiz de Az¨²a y escrita por ella junto a Eduard Sola y J¨²lia de Paz, que estrena Movistar Plus+ este jueves. Querer, la serie,...
Querer es desear o apetecer, amar, tener cari?o; pero tambi¨¦n es poseer la voluntad o la determinaci¨®n de hacer algo. Querer es, adem¨¢s, el t¨ªtulo de la magn¨ªfica serie dirigida por Alauda Ruiz de Az¨²a y escrita por ella junto a Eduard Sola y J¨²lia de Paz, que estrena Movistar Plus+ este jueves. Querer, la serie, es todas las acepciones de querer, el verbo.
Despu¨¦s de un pr¨®logo con sexo disfrutado y consentido, arranca el argumento de la serie: Miren, interpretada por una Nagore Aramburu que merece genuflexi¨®n, est¨¢ en comisar¨ªa, decidida a denunciar a su marido por violencia sexual. Un marido ¡ªestupendo tambi¨¦n Pedro Casablanc¨D con el que lleva casada 30 a?os y con el que ha tenido a dos hijos, ya adultos. El detonante de esta historia tambi¨¦n funciona en todas sus acepciones: que la desencadena y, al mismo tiempo, que hace saltar algo por los aires, en este caso la familia.
A partir de aqu¨ª cualquier espectador con cierta sensibilidad disfrutar¨¢ de una historia tan dura como cotidiana y llena de matices, que descansa sobre los hombros de su inconmensurable protagonista, muy bien rodeada, no solo por Casablanc, sino tambi¨¦n por Loreto Maule¨®n, Iv¨¢n Pellicer y Miguel Bernardeau.
La historia es terriblemente cotidiana no porque los casos de denuncias de violaci¨®n dentro de la pareja abunden, sino por el retrato familiar y social que descuelga de ¨¦l. El de la dependencia econ¨®mica y social a la que han vivido atadas tantas mujeres y que ha coartado su libertad. La libertad de decir no, no solo en el sexo, sino en todo lo dem¨¢s.
Cu¨¢ntas Miren conocemos. Cu¨¢ntos hogares aparentemente normales se han sostenido sobre las renuncias y el sufrimiento normalizado de tantas mujeres. Cu¨¢nta gente empezar¨¢ a ver Querer y pensar¨¢: ¡°Mi madre tendr¨ªa que haber denunciado a mi padre¡±. Y cu¨¢nta gente lo har¨¢ con la misma opini¨®n que Ane, la cu?ada de Miren: ¡°A veces se cede, como se cede en otras cosas. Igual no te apetece, pero bueno, ?qu¨¦?, ?vas a meter en la c¨¢rcel a todos los hombres de 60 a?os?¡±. Y cu¨¢ntos, sobre todo de estos ¨²ltimos pero tambi¨¦n de los primeros, se cuestionar¨¢n sus convicciones a lo largo de los cuatro episodios. Querer es gran televisi¨®n de esa que muy poca gente sabe hacer. Probablemente tambi¨¦n por ello, a poca gente se le da la oportunidad de demostrarlo. Para eso, tambi¨¦n hay que querer.