¡®Querer¡¯, descifrando el maltrato que esconden muchos matrimonios: ¡°El miedo puede ser invisible¡±
Alauda Ruiz de Az¨²a, directora de ¡®Cinco lobitos¡¯ estrenar¨¢ en el festival de San Sebasti¨¢n una serie de ficci¨®n sobre el consentimiento, los l¨ªmites, el amor y el dolor dentro de la pareja.
?C¨®mo se quiere bien? ?Qu¨¦ es querer mal? ?C¨®mo aprender la frontera entre las discusiones y el maltrato? ?Qu¨¦ pasa cuando llega un pu?etazo a la pared? ?Y cuando se produce el primer estallido de ira? ?Se asume un cierto nivel de violencia verbal en las relaciones de pareja? ?Es posible que un maltratador no sea consciente del maltrato que est¨¢ ejerciendo? ?Puede ser que crea incluso que es un marido y un padre ejemplar? ?Es posible una violaci¨®n continuada durante 30 a?os de matrimonio sin violencia f¨ªsica de por medio ni amenazas expl¨ªcitas? ?Qu¨¦ es el miedo? ?Puede que la vida de tu madre haya sido un infierno sin que t¨² te hayas dado cuenta? ?Sin que te hayas detenido jam¨¢s a pensar en su estado de ¨¢nimo, en sus sentimientos? ?Sin que hayas visto, o querido ver, que hab¨ªa algo profundamente an¨®malo y violento en esa aparente normalidad familiar?
Estas son algunas de las preguntas que suscita Querer, la serie de ficci¨®n de Alauda Ruiz de Az¨²a (Barakaldo, 46 a?os), la aclamada directora de Cinco lobitos, que se presentar¨¢ en septiembre en el festival de San Sebasti¨¢n y que estrenar¨¢ en octubre Movistar Plus+. Es la historia de Miren Torres. Una mujer que decide denunciar a su marido por malos tratos y por violaci¨®n continuada a lo largo de 30 a?os de matrimonio. Una historia en cuatro cap¨ªtulos llena de grises, como explica su autora. De reflexiones complejas. De dilemas. De conversaciones dif¨ªciles para los personajes, y tambi¨¦n para los espectadores.
Alauda Ruiz de Az¨²a y Nagore Aranburu (Azpeitia, 48 a?os), la actriz que da vida a Miren Torres, se re¨²nen en la Alh¨®ndiga, en el coraz¨®n de ese Bilbao que est¨¢ tan presente en la serie.
¡ª?Qui¨¦n es Miren Torres?
¡ªEs alguien que se enfrenta al hecho de tener que denunciar que ha sido maltratada durante d¨¦cadas por la persona que un d¨ªa pens¨® que la quer¨ªa. Alguien que nunca la ha agredido f¨ªsicamente pero que, seg¨²n ella, ha ejercido otro tipo de violencia, a veces mucho m¨¢s sutil ¡ªexplica Ruiz de Az¨²a.
¡ªEs una mujer de Bilbao, de la margen izquierda, que se cas¨® muy joven con un hombre adinerado de la margen derecha y que ha llevado aparentemente una vida estable, c¨®moda y socialmente tranquila. De escaparate. Sin exteriorizar nada demasiado y sin mirarse mucho. Dedicada a cuidar que todo estuviera bien, que los dem¨¢s estuvieran bien. Y su principal dilema es decidir si se va a colocar ella en primer plano aunque eso implique poner en marcha un proceso de consecuencias imprevisibles e irreversibles ¡ªahonda Nagore Aranburu.
Hay varios viajes en Querer. Hay un viaje judicial, uno familiar, y uno personal, moral, que tiene que ver con c¨®mo nos relacionamos con el otro. La serie habla de una mujer en la cincuentena casada con un hombre de unos 60 a?os, educado en una serie de valores y creencias sobre la masculinidad que a veces damos por ya superados, pero que quiz¨¢ no lo est¨¢n del todo. ¡°Creo que hay inercias del personaje de ??igo que siguen ah¨ª, tambi¨¦n en las generaciones m¨¢s j¨®venes, y que las mujeres seguimos priorizando de alguna manera el deseo del otro frente al nuestro¡±, dice Ruiz de Az¨²a.
La serie plantea cuatro puntos de vista muy definidos: el de Miren Torres, cuyo viaje es reconocerse como v¨ªctima, algo que no es f¨¢cil. El de su marido, ??igo Gorosmendi, interpretado por Pedro Casablanc. Y el de sus dos hijos, ambos mayores de edad, a los que se les tambalea la vida cuando su madre les explica que se ha ido de casa y que acaba de denunciar a su padre por maltrato¡ y por violaci¨®n. ¡°La historia juega sobre estos cuatro puntos de vista para que cada cual saque sus conclusiones sobre el dilema de cada uno¡±, explica Ruiz de Az¨²a. ¡°Se abren muchas puertas. Por un lado est¨¢ el juicio, que puede terminar como sea, con la sentencia que sea. Pero nada acaba ah¨ª. La familia no acaba. Esa es la parte m¨¢s inc¨®moda de la serie. ?C¨®mo te colocas como hijo? Estamos acostumbrados a posicionarnos en casos que vemos claros, con agresiones f¨ªsicas de por medio. Pero esto es m¨¢s m¨¢s silencioso, m¨¢s oculto. El miedo a veces no se ve, puede ser invisible¡±.
Ruiz de Az¨²a y Aranburu hablaron con mujeres v¨ªctimas de malos tratos, con abogadas y con psic¨®logas para hacer el guion (coescrito junto a Eduard Sola y J¨²lia de Paz) y para elaborar al personaje. Miren Torres no existe, pero s¨ª las situaciones que relata. El miedo, el aislamiento, la anulaci¨®n, el sentirse obligada a mantener unas relaciones sexuales que no se desean, el dejar que el otro tome todas las decisiones, el enfado como mecanismo de control.
Y la culpa y la verg¨¹enza. ¡°Eso se nos qued¨® grabado¡±, coinciden directora y actriz. ¡°Muchas mujeres se sent¨ªan mal por no haber sido capaces de defenderse a pesar de que probablemente no pod¨ªan hacer otra cosa¡±, argumenta Ruiz de Az¨²a. ¡°Cuando estas relaciones empiezan, normalmente no son terribles. Puede haber un germen, una semilla de algo que no va bien, pero tambi¨¦n hay enamoramiento, momentos de felicidad, de relaciones sexuales consentidas. Todo es un proceso, el abuso de poder se va construyendo con el tiempo y puede surgir de distintos sitios: de la desigualdad econ¨®mica o de otro tipo de situaciones, de jerarqu¨ªas, incluso del miedo al conflicto. Cada historia es ¨²nica, pero a la vez hay muchos patrones similares, compartidos. Sensaciones y sentimientos que se repiten en los testimonios de las v¨ªctimas¡±.
¡°Las mujeres con las que hablamos nos dijeron que la violencia sexual es lo ¨²ltimo que se denuncia, lo ¨²ltimo de lo que te das cuenta, lo que m¨¢s se niega y lo que m¨¢s cuesta aceptar y llevar¡±, explica Aranburu. ¡°Es algo muy ¨ªntimo, que no estamos acostumbradas a airear y mucho menos a hablar con los hijos¡±, a?ade Ruiz de Az¨²a. ¡°A mi generaci¨®n, por ejemplo, s¨ª se nos ha hablado de educaci¨®n sexual, pero de una manera muy pragm¨¢tica, para evitar enfermedades y embarazos no deseados. Y apenas hemos abordado la parte afectiva, emocional, los l¨ªmites, el deseo propio y ajeno. Nadie nos hablaba de esto. La violencia sexual se cuestiona mucho: ¡°?Est¨¢s segura?, ?no te has confundido?¡¯, se pregunta a las v¨ªctimas. Y, sin embargo, cuando algo nos hace da?o, cuando algo nos duele, lo notamos perfectamente, lo sabemos. El poder de la violencia es absolutamente real¡±.
¡°Creo que Miren en alg¨²n momento de su relaci¨®n asumi¨® el sexo como parte de los cuidados¡±, opina Aranburu. ¡°Era como prepararle la ropa al marido o hacerle la comida. Detr¨¢s est¨¢ la idea de que si el otro tiene m¨¢s ganas de sexo, hay que complacerlo, no se debe decir que no. Y no se considera grave¡±. ¡°Es algo que plantea otro de los personajes¡±, a?ade Ruiz de Az¨²a. ¡°Que en un matrimonio se cede con las relaciones sexuales porque tiene que ser as¨ª, como si formara parte del pacto conyugal¡±.
?Miren Torres e ??igo Gorosmendi son una pareja como muchas que tenemos al lado sin prestarles mayor atenci¨®n? ¡°En ocasiones toleramos, en distinto grado, ejercicios de violencia en las relaciones de pareja¡±, responde Ruiz de Az¨²a. ¡°Pero da?an. Eso no es gratis. Para m¨ª, algo interesante de la historia de Miren e ??igo es que dura 30 a?os. Quer¨ªa contar c¨®mo se ha construido esa pareja a lo largo del tiempo para llegar al punto en el que ella le denuncia por violencia sexual. Durante d¨¦cadas nadie ha dicho que hubiera nada raro en su relaci¨®n. Ni la familia, ni el c¨ªrculo social. Hasta que de repente Miren levanta la mano y dice: ¡®No, esto ya no, esto no ha estado bien, esto no est¨¢ bien y se va a acabar¡±.
¡°Pero para ella no es nada f¨¢cil, es como subir una monta?a¡±, explica Aranburu. ¡°Necesita hacerlo, salir de esa relaci¨®n, pero a la vez se siente muy sola. Son decisiones muy dif¨ªciles en las que no sabes c¨®mo va a reaccionar tu familia, tu entorno. Muchos no la creen, se forman bandos¡ Miren a veces quiere llorar, a veces siente rabia, a veces quiere que su marido se muera para que desaparezcan sus problemas y poder seguir adelante con su vida. Esta interpretaci¨®n ha sido el trabajo m¨¢s duro que he hecho hasta ahora. Y el m¨¢s especial. Creo que todos hemos vivido la serie con mucha responsabilidad por lo que planteaba. Ha sido un viaje muy emocional y muy de verdad¡±.
?Qui¨¦n es ??igo Gorosmendi? ¡°Hablamos mucho sobre c¨®mo construir al personaje con el actor Pedro Casablanc¡±, explica la directora. ¡°Hablamos sobre desde qu¨¦ lugar hacerlo. Es alguien que cree que act¨²a desde el amor, desde la protecci¨®n, y tambi¨¦n desde el miedo al abandono. Que no se reconoce en principio en la descripci¨®n que hace Miren de ¨¦l. Y que no sabemos qu¨¦ piensa en la soledad de su cama, si es capaz o no de revisar su comportamiento y su relaci¨®n. Para m¨ª era especialmente interesante tambi¨¦n que los dos hijos adultos de la pareja fueran varones. Porque todos nos creemos muy distintos a nuestros padres, pero muchas veces tenemos m¨¢s de ellos de lo que nos gustar¨ªa. Y la relaci¨®n de Miren e ??igo ha sido la referencia afectiva de esos dos chicos¡±.
Parte de la incomodidad en el relato de Querer, explica su directora, es que todo el mundo conoce parejas en las que el respeto no existe, en las que las discusiones agrias, las malas contestaciones o la violencia soterrada tienen lugar de una manera casi normalizada. ¡°La intenci¨®n de la serie es abrir una ventana a la reflexi¨®n, generar conversaci¨®n, repensar nuestras relaciones, estar atentos, poner el piloto de alerta¡±, explica. ¡°Estamos contando la historia de muchas mujeres, de muchos hombres¡±.
La conversaci¨®n con Ruiz de Az¨²a y Aranburu transcurre con muchos momentos de silencios, de miradas entre ellas, de pararse a reflexionar sobre los dilemas que plantea la serie sin tenerlos del todo claros. La directora responde con esa misma pausa a las ¨²ltimas dos preguntas.
¡ª?Queremos mal?
¡ªCreo que es muy f¨¢cil que todos hayamos querido mal en alg¨²n momento. Lo hemos hablado poco porque parece que es algo que se aprende solo, de forma natural con la vida, y quiz¨¢ nos ha faltado analizar y hablar mucho m¨¢s. No solo sobre el consentimiento sexual, que tambi¨¦n, sino sobre el consentimiento en general. Sobre los l¨ªmites. Sobre lo que deseamos. A m¨ª esta serie me ha permitido poder hablar tambi¨¦n del miedo, de c¨®mo nos condiciona en las relaciones, de la tolerancia a la violencia. ?Por qu¨¦ no le damos importancia a veces? ?Por qu¨¦ miramos para otro lado?
¡ª?Qu¨¦ es el buen querer?
¡ªOjal¨¢ tuviera la respuesta. Intuyo que tiene que ver con el otro, con verlo de verdad, con ser capaz de colocarse en su lugar. Con intentar entender c¨®mo se siente en la relaci¨®n, qu¨¦ le hace feliz y qu¨¦ le causa dolor. Con darle ese espacio, porque si solo nos miramos a nosotros mismos no podemos construir nada entre dos. Me gustar¨ªa que esta serie genere conversaciones privadas sobre todas estas cuestiones. Para entendernos y querernos mejor, lo primero que hay que hacer es hablar.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.