¡®Los a?os nuevos¡¯: nada es igual despu¨¦s de Sorogoyen
El cineasta consolida en la nueva serie de Movistar Plus+ un estilo tan transparente, crudo y ver¨ªdico que abre en el ¨¢mbito audiovisual nuevos caminos con sus obras
Cuando a Camilo Jos¨¦ Cela ¡ªperd¨®n por la cita extempor¨¢nea¡ª alg¨²n joven aspirante a escritor despistado y banal le ped¨ªa consejo para alg¨²n argumento de una posible novela, el autor le respond¨ªa: ¡°Un hombre conoce a una mujer¡ Punto final. Con talento le puede salir a usted La cartuja de Parma¡±. En Los a?os nuevos (Movistar Plus+), Rodrigo Sorogoyen ha querido seguir ese punto de partida para ver hacia d¨®nde le llevaba: chico con...
Cuando a Camilo Jos¨¦ Cela ¡ªperd¨®n por la cita extempor¨¢nea¡ª alg¨²n joven aspirante a escritor despistado y banal le ped¨ªa consejo para alg¨²n argumento de una posible novela, el autor le respond¨ªa: ¡°Un hombre conoce a una mujer¡ Punto final. Con talento le puede salir a usted La cartuja de Parma¡±. En Los a?os nuevos (Movistar Plus+), Rodrigo Sorogoyen ha querido seguir ese punto de partida para ver hacia d¨®nde le llevaba: chico conoce chica¡ A partir de ah¨ª, uno no sabe si le ha salido La cartuja de Parma en im¨¢genes, pero s¨ª algo que se asemeja a una obra magistral.
Los grandes creadores de ficci¨®n como espejo de la realidad, muchas veces, no requieren de chispazos grandilocuentes o enrevesados para llevarnos de la mano hacia sus respectivos mundos propios. Los verdaderamente buenos son aquellos que se arriesgan a conducirnos desde el clich¨¦ hacia lo ins¨®lito. El gran talento surge en buena medida de situaciones cotidianas, como nos ense?aron, por ejemplo, Luis Garc¨ªa Berlanga y Rafael Azcona en pel¨ªculas como Pl¨¢cido: un hombre al final del d¨ªa se las tiene que arreglar para pagar la letra del motocarro. A partir de ah¨ª, les cuento a ustedes c¨®mo es Espa?a.
En Los a?os nuevos, la sencillez es la ra¨ªz y el punto de partida de su sana ambici¨®n. Pero, sobre todo, supone un reto en la carrera de Rodrigo Sorogoyen, que ha pasado, otra vez ¡ªy van unas cuantas¡ª, con nota de sobresaliente. En este caso, creo que ha querido trasladar su m¨¦todo propio a un g¨¦nero que nos cuenta la vida en la belleza de sus consecuentes y azarosos esplendores y todo el desag¨¹e de sus enconados desencantos.
Una receta heterog¨¦nea
?Cu¨¢l es el m¨¦todo Sorogoyen? Una manera de contar historias ver¨ªdicas a partir de una coreograf¨ªa que despida transparencia en el lenguaje f¨ªlmico y hablado. La concordancia perfectamente engrasada de una forma de rodar con puestas de escena de un naturalismo esencial, sobre el que desarrollar reglas interpretativas, ante todo corales, que plasmen crudeza, autenticidad, empat¨ªa y una credulidad simbi¨®tica en el espectador. As¨ª nos cuela en vidas ajenas como testigos indiscretos de situaciones que vivimos como propias, metidos en el ajo y sometidos a partes iguales a la tensi¨®n y el disfrute que despiden.
Lo prob¨® en g¨¦neros que r¨¢pidamente incorpor¨® a un estilo personal¨ªsimo y depurado que ha explorado en campos como lo policial, lo social, el thriller pol¨ªtico o el w¨¦stern trasladado al siglo XXI para abordar temas de su tiempo de manera implacable y que van desde la corrupci¨®n a la gentrificaci¨®n o al cambio clim¨¢tico. Deslumbr¨® con ello en largometrajes como Que Dios nos perdone, El reino y en la genial As bestas, pero tambi¨¦n en series que ya demostraron su poder¨ªo en cualquier campo como Antidisturbios, junto a Patria o la inclasificable La mes¨ªas, para m¨ª, lo mejor que se ha hecho en Espa?a. Ahora lleva su receta a Los a?os nuevos.
En ella parte de los planteamientos de una comedia rom¨¢ntica urbana cl¨¢sica para hacernos desembocar en Bergman, revitalizando los lazos que ya explor¨® Woody Allen, pero sin temer hacer parada en otros hitos televisivos, como Urgencias. Como todo gran creador vampiro, cualquier buena referencia sirve a Sorogoyen para hacerla propia y en Los a?os nuevos encontramos tambi¨¦n huellas cl¨¢sicas que van de Azcona y Berlanga a otras m¨¢s modernas, como el tratamiento del tiempo en Richard Linklater.
Con todo ello, la nueva obra del cineasta resulta otro esfuerzo colectivo donde esta vez se ha desligado de Isabel Pe?a para unirse en creaci¨®n conjunta con Paula Fabra y Sara Cano. A los tres se han sumado como guionistas, adem¨¢s, Antonio Rojano y Mar¨ªa Rodr¨ªguez Col¨¢s o los directores Sandra Romero y David Mart¨ªn de los Santos.
Todos a una han logrado un verdadero culmen de la impronta que los dirige e inspira para abordar en ella la belleza, el entusiasmo y la tristeza de la vida en contraposici¨®n a la visita al infierno de la condici¨®n humana que nos mostraron el director y Pe?a de manera salvaje en As bestas. En esta y en todas las dem¨¢s, Sorogoyen sac¨® de los int¨¦rpretes sus mejores dotes y les condujo hacia lugares que probablemente ellos mismos no sospechaban poder alcanzar. Con Los a?os nuevos ocurre lo mismo, sobre todo por parte de sus dos protagonistas: Iria del R¨ªo y Francesco Carril. Ambos despliegan una qu¨ªmica, una destreza y un compromiso con sus trabajos que les ha llevado a una nueva dimensi¨®n en sus carreras.
Parejas y miserias
A trav¨¦s suyo emprendemos un viaje por las imprevistas esquinas del amor y la derrota del desamor en 10 cap¨ªtulos que cuentan a?os sucesivos entre el 31 de diciembre y el 1 de enero. Nocheviejas de certezas en penumbra y amaneceres con dudas e ilusiones descarriladas. Los a?os nuevos cuenta una aventura por los recovecos nobles y miserables de la pareja, por la fe y la desconfianza, el miedo, el autoconocimiento a trav¨¦s del otro y la entrega. Por la familia unida, la prole rota, las amistades c¨®mplices y casuales surgidas del fortuito desamparo o la exploraci¨®n del fr¨ªo sin abrigos.
Es un canto a la vida con esperanzas sin matices, pero plagado tambi¨¦n de ci¨¦nagas en las que se ahoga sin remedio la desilusi¨®n. Una invitaci¨®n a la empat¨ªa y al entendimiento basado en el v¨ªnculo humano, sin coartadas de intereses ajenos por medio, con miserias y victorias en la lucha cotidiana en busca de la felicidad. Un mapa de la especie y sus circunstancias contempor¨¢neas, de sus aspiraciones y sus convicciones en mitad de la tormenta, la b¨²squeda de una verdad sensible y sincera a trav¨¦s de un universo cercado por la mentira.
Todo ello filmado y expuesto con la crudeza de un lenguaje abierto, comprensible en todas sus paradojas, descarnado, atrevido, com¨²n. Logrado con plena autenticidad gracias a un estilo que lo hace extraordinariamente cre¨ªble, nada impostado, radicalmente expuesto en su dimensi¨®n verbal y gestual¡ Con tal contundencia de riqueza y matices que arrastra y convence en cada plano, en cada secuencia, hasta el punto de hacernos constatar que, en el mundo audiovisual espa?ol y europeo, ante Sorogoyen y sus c¨®mplices, por su tratamiento de los guiones, la ejecuci¨®n de estos en im¨¢genes y la contundencia interpretativa que alcanzan sus actores, pocos superan hoy en d¨ªa sus cotas. Ya nada, en ese campo, despu¨¦s de su huella, ser¨¢ igual.