Empezar el a?o en el lugar m¨¢s feliz de internet
Los v¨ªdeos de The Dodo son mis benzodiazepinas, el lugar en el que me refugio unos minutos antes de dormir para seguir creyendo en la humanidad
Me dir¨¢n que exagero, pero les confieso que una de las im¨¢genes que m¨¢s me han abochornado este a?o es el publirreportaje sobre Abu Dabi perpetrado por Chris Hemsworth y Elsa Pataky, dos millonarios blanqueando un r¨¦gimen que desprecia los derechos humanos por engordar un poquito m¨¢s una cuenta corriente que imagino rechoncha. Resulta sangrante ver a una espa?ola y un australiano vender las bondades tur¨ªsticas de un secarral en medio del desierto. No es novedoso que los ricos se envainen la moral a cambio de un suculento bot¨ªn. Recordemos aquello de ¡°No vivo en un pa¨ªs democr¨¢tico pero el sistema funciona mejor que en Espa?a¡± de Xavi Hern¨¢ndez, qui¨¦n necesita derechos y libertades cuando tiene un buen fajo de riales catar¨ªes. Tampoco se resisti¨® Nadal a poner un broche vergonzoso a su carrera ni Cristiano Ronaldo a ejercer de cabeza de rat¨®n en Arabia Saud¨ª. Dame pan y dime tonto.
Otros Vengadores utilizan su influencia para causas m¨¢s nobles. La cita m¨¢s rom¨¢ntica del pasado a?o no la protagonizaron dos prototipos del incombustible First Dates, sino Scarlett Johanson y Ocean, una adorable pitbull anciana. Ambas bellezas se conocieron en un episodio de Dodo Dream Date. Son muchas las celebridades que se han apuntado a los tiernisimos encuentros organizados por el portal The Dodo, cuyo objetivo es visibilizar la falta de recursos de los refugios de animales y concienciar sobre el maltrato.
M¨¢s de una d¨¦cada lleva siendo el lugar m¨¢s feliz de internet gracias a su casi inagotable cat¨¢logo de v¨ªdeos con final esperanzador: vacas juguetonas, cerdos rescatados de una vida infame, gatos desahuciados salvados gracias al amor (y a una factura veterinaria descomunal). En uno de mis favoritos, una mujer le fabrica un h¨¢bitat a una abeja sin alas, dir¨¢n que menudo desprop¨®sito, pero yo siempre estoy del lado de quienes intentan mejorar la vida de los otros por peque?a y aparentemente innecesaria que sea su existencia. Hay malas personas a las que les gustan los animales, pero no hay buenas personas que los maltraten.
Los v¨ªdeos de The Dodo son mis benzodiazepinas, el lugar en el que me refugio unos minutos antes de dormir para seguir creyendo en la humanidad. Tengo pocos prop¨®sitos para el a?o que empieza: bailar m¨¢s, pedir siempre postre y no dormirme nunca enfurru?ada, si comparten este ¨²ltimo ¨¦chenle un vistazo a The Dodo, uno de los pocos espacios que nos hace mantener la fe en las redes sociales.
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