Microseries con cap¨ªtulos de un minuto para el m¨®vil: el formato que causa furor en China
Los ingresos de esta industria, con m¨¢s de 500 millones de usuarios en el gigante asi¨¢tico, superaron en 2024 a la taquilla del cine por primera vez
En una esquina de la azotea, al actor le bailan los rayos del sol en el flequillo aplomado. Es joven, viste elegante. Sostiene una carta en las manos. La lee. Se intuye que no son buenas noticias (para ¨¦l). Saca un mechero. La quema. La deja caer al suelo. Humo. Cenizas. Mirada al infinito de coraz¨®n roto. ¡°?Corten!¡±. Y en apenas unos instantes, de nuevo: ¡°¡®?Rodando!¡±. La acci¨®n se repite casi id¨¦ntica mientras tres camar¨®grafos registran de forma simult¨¢nea la escena a apenas un metro de distancia del rostro ani?ado del actor. Con la peculiaridad de que sus c¨¢maras est¨¢n giradas hacia un lado 90 grados: aqu¨ª se graba en formato vertical, adaptado a la pantalla del m¨®vil. A toda prisa. Y sin descanso.
Son las nueve de la ma?ana en este plat¨® de Hengdian (provincia Zhejiang, en la costa Este de China), donde se encuentran los mayores estudios de cine y televisi¨®n del pa¨ªs. El equipo, de unas 30 personas, ha empezado a trabajar hace un par de horas. Prev¨¦n estar hasta la medianoche. Es el primer d¨ªa de rodaje. Y el plan es concluir en cuatro d¨ªas los 55 cap¨ªtulos de entre uno y dos minutos de esta ficci¨®n titulada algo as¨ª como Persiguiendo a su mujer, pero sin lograr su objetivo. El presupuesto es de 400.000 yuanes (unos 53.000 euros); el p¨²blico potencial, mujeres j¨®venes. Ser¨¢ un nuevo lanzamiento para nutrir la boyante industria de las microseries, un verdadero fen¨®meno en China.
Su popularidad es gigantesca. Suponen una revoluci¨®n en la forma de consumir ficci¨®n. Son series producidas directamente para m¨®viles, y a nivel industrial. Con miniepisodios de entre uno y tres minutos de duraci¨®n que atrapan al espectador: final inesperado, giros constantes para mantenerlo enganchado. El nivel de adicci¨®n es considerable. Hay de ¨¦poca, thrillers, rom¨¢nticas. El alimento de la vida fragmentaria y l¨ªquida: se pueden ver en el metro, en el inodoro o en la pausa del caf¨¦. Suelen extenderse de 50 a 100 episodios. Los primeros, a menudo son gratis; luego, el espectador paga un poquito por cada cap¨ªtulo adicional. Aunque hay otros modelos: tarifas planas, bonos VIP, micropagos para eliminar publicidad.
La fiebre es reciente, nacida en torno a 2020 vinculada a aplicaciones de v¨ªdeos como Douyin (el TikTok local). Se ha desarrollado a toda prisa. Existen numerosas aplicaciones donde bucear entre infinidad de t¨ªtulos. Mueve cifras astron¨®micas. En 2024, sus ingresos se dispararon hasta los 50.440 millones de yuanes (unos 6.685 millones de euros), superando por primera vez la taquilla del cine, seg¨²n la Asociaci¨®n de Servicios de Difusi¨®n por Red de China. El n¨²mero de usuarios alcanz¨® los 576 millones en junio, seg¨²n el Informe Estad¨ªstico sobre el Desarrollo de Internet en China.
En palabras de Shi Hengyang, el jovenc¨ªsimo director (25 a?os) de Persiguiendo a su mujer..., que hace un hueco entre una escena y otra, el secreto est¨¢ en el tempo y el contenido. ¡°Tiene que tener gancho¡±, dice. Lleva dos a?os haciendo microseries y ya no sabe ni en cu¨¢ntas ha participado: ¡°Decenas¡±.
Reci¨¦n llegados y degradados
Hengdian, donde graban, se ha convertido en una de las mecas de las microseries, tambi¨¦n en un im¨¢n para aspirantes que vienen a probar fortuna. En los rodajes hay desde bailarinas a un empleado de la construcci¨®n haciendo de emperador chino. Zhou Qing, un productor de 34 a?os desencantado con el g¨¦nero, dice que la extenuante producci¨®n se nutre por lo general de dos tipos de personas: ¡°Los reci¨¦n llegados que quieren hacer cine y los degradados del cine¡±.
La ciudad alberg¨® unos 1.500 rodajes de este tipo en 2024, seg¨²n Hengdian World Studios, la compa?¨ªa que los gestiona. Hay plat¨®s y decorados por toda la urbe, incluida una reproducci¨®n casi a escala real de la Ciudad Prohibida. Algunos lo llaman el Hollywood chino, aunque carece del glamour de la meca del cine. No hay mansiones en las colinas ni paseos de la fama, sino avenidas polvorientas en las que se ven infinidad de sedes de productoras, naves para alquiler de equipos, empresas de atrezzo y vestuario.
El realizador Yu Honglin recibe en una salita de la productora Mofang Film. La mesa est¨¢ repleta con guiones (El consejero delegado que se vuelve mi secretario, se titula uno) y curr¨ªculos de actores. En la pantalla muestra un tr¨¢iler de su pr¨®ximo lanzamiento: un jolgorio de saltos voladores, peleas con sables y lanzamiento de energ¨ªas destructoras. El protagonista, cuenta, es un espadach¨ªn solitario que va por ah¨ª salvando al mundo. Se trata de una microserie de fantas¨ªa m¨ªstica, uno de los g¨¦neros de mayor ¨¦xito, donde los personajes gozan de alg¨²n tipo de superpoder, tienen capacidades semidivinas, pelean al estilo de Kung Fu: es algo realmente aut¨®ctono.
TikTok al acecho
La factura es cuidada. Yu la compara con una producci¨®n cinematogr¨¢fica. Con 1,8 millones de yuanes (casi 240.000 euros), el presupuesto est¨¢ entre los de primer nivel. Ser¨¢n 80 episodios, 120 minutos en total. Se estrenar¨¢ el 29 de enero ¨Djusto despu¨¦s del a?o nuevo chino, una de las fechas m¨¢s selectas¨D en la plataforma Hongguo, creada en 2023 por Bytedance, la matriz de TikTok, para albergar microseries. Tiene 120 millones de usuarios activos.
¡°Antes, eran productos de mala calidad¡±, apunta el cineasta. Ahora, los gigantes chinos de internet han visto el potencial, y est¨¢n elevando el list¨®n, quieren trabajos ¡°m¨¢s profesionales¡±. Se manejan inversiones jugosas, colaboraciones entre plataformas, actores de renombre. ¡°Quieren que no haya diferencia con el cine¡±.
El realizador Yu tiene 34 a?os. El pelo cortado al estilo marine. Viste una cazadora de Prada y un cintur¨®n con enorme hebilla de Gucci. Lleva 15 a?os en la industria. Lleg¨® desde el mundo de las artes marciales: estudi¨® Kung Fu en un templo shaolin. Empez¨® como doble de acci¨®n. Aspiraba a ser actor. Trabaj¨® en varios puestos. Le dieron una oportunidad en la direcci¨®n y cogi¨® la nueva ola. ¡°Era 2023 y de pronto todo el mundo estaba haciendo microseries¡±, se?ala. Su compa?¨ªa ya ha producido ¡°50 o 60¡å en dos a?os, pero tampoco recuerda cu¨¢ntas ha dirigido: ¡°Decenas¡±.
Al calor del fen¨®meno, las compa?¨ªas chinas est¨¢n tratando de expandirse en el extranjero. Algunas plataformas, accesibles fuera de China, ya ofrecen microseries chinas traducidas. Bytedance ha lanzado su propia aplicaci¨®n para el sudeste asi¨¢tico, Melolo, a finales de 2024. Reelshort, que cuenta con las chinas Tencent y Baidu entre sus patrocinadores, es la mayor plataforma de microdramas de Estados Unidos. Hay ya productoras chinas creando contenidos en ingl¨¦s. Los estudios Hengdian incluso han formado una alianza para impulsar esta carrera internacional.
¡°La verdadera batalla a¨²n no ha empezado¡±, dice Winnie Tang, fundadora de Spring Reel, con sede en Hangzhou y Nueva York. Ha producido, entre otras, la microserie Forbidden Desires: Alpha¡¯s Love, rodada en Estados Unidos con actores locales, pero con directora y puestos clave del equipo chinos. Ha recaudado m¨¢s de 10 millones de d¨®lares (9,7 millones de euros), seg¨²n la compa?¨ªa. Ser¨¢ interesante ver c¨®mo encaja el fen¨®meno chino en el resto del planeta. Si sus t¨ªtulos con aroma a telefilme de s¨¢bado tarde, sus guiones repletos de traiciones, y sus peleas voladoras resultan atractivos; o si cobran matices propios. En la Rep¨²blica Popular, explica Tang, la audiencia es ¡°predominantemente femenina¡±. En Europa, a?ade, ¡°debido a varios factores¡±, la aceptaci¨®n del formato es a¨²n ¡°bastante limitada¡±.
Alexander He, del departamento de negocios internacionales de Hengdian World Studios, cree que 2025 ser¨¢ un a?o de eclosi¨®n: ¡°Las grandes compa?¨ªas est¨¢n empezando a implicarse. Han olido los beneficios¡±.
Entre tanto, las calles de Hengdian est¨¢n pobladas de historias como la de Zhang Er: exprofesor de ingl¨¦s, 31 a?os, actor de microseries, m¨¢s de 1,7 millones de seguidores en Douyin. Los v¨ªdeos que se graba comiendo en rodajes tienen mucho ¨¦xito. Quiso darle un vuelco a su vida hace dos a?os. Tras ver a celebridades de internet contando su vida en Hengdian lleg¨® a la ciudad con casi nada. Empez¨® como figurante; tras un cursillo de int¨¦rprete, se adentr¨® en los microdramas; su primer rodaje fueron 18 horas diarias tres jornadas seguidas. ¡°No tienen mucho presupuesto¡±, asegura.
Hoy representan el 99% de su trabajo. Le nutren econ¨®micamente (aunque gana m¨¢s en Douyin) y, sobre todo, son un pelda?o en la escalera hacia lo alto. Arriba del todo est¨¢ el cine. En la base: los microdramas. No tiene una opini¨®n favorable del formato: ¡°No hay arte en ellos; la mayor¨ªa son como comida basura. Te vuelven un adicto para que pagues dinero y poder ver el siguiente episodio¡±. A diferencia de una pel¨ªcula, el estilo de interpretaci¨®n es exageradamente dram¨¢tico, a?ade. A la gente les gusta, porque proyectan su vida en ellos. ¡°Alivia el sufrimiento de la vida real¡±, asume. Ha participado ya en casi 100 rodajes. El mes pasado hizo su primer papel protagonista.