80 a?os con el monstruo de hidr¨®geno
¡®Momentos decisivos¡¯ es un repaso inquietante y perturbador de los ¨²ltimos 85 a?os de la historia del mundo, de una guerra fr¨ªa, aunque monstruosa y parcialmente oculta
Practica Netflix un culto o una rutina muy rentable a la mediocridad, lo previsible, lo cl¨®nico, que al parecer satisface a muchos paladares sin exigencias. Pero tambi¨¦n ofrece sorpresas muy gratas en la producci¨®n de algunas pel¨ªculas notables, documentales atractivos, entrevistas que merecen la pena ser escuchadas. O sea, debe de existir un departamento en medio de tanta desidia dedicado a inventarse de vez en cuando un producto de calidad. Veo una larga serie documental titulada ...
Practica Netflix un culto o una rutina muy rentable a la mediocridad, lo previsible, lo cl¨®nico, que al parecer satisface a muchos paladares sin exigencias. Pero tambi¨¦n ofrece sorpresas muy gratas en la producci¨®n de algunas pel¨ªculas notables, documentales atractivos, entrevistas que merecen la pena ser escuchadas. O sea, debe de existir un departamento en medio de tanta desidia dedicado a inventarse de vez en cuando un producto de calidad. Veo una larga serie documental titulada Momentos decisivos. La bomba y la Guerra Fr¨ªa. Repasa la continua incertidumbre, la amenaza o el terror que han sentido los habitantes del planeta hasta el d¨ªa de hoy desde que Estados Unidos decidiera acortar la guerra con Jap¨®n para salvar vidas norteamericanas arrojando la bomba at¨®mica sobre Hiroshima y Nagasaki. El monstruoso sacrificio que padeci¨® la gente de esas ciudades no debi¨® de quitar el sue?o a sus pragm¨¢ticos verdugos.
Momentos decisivos es un repaso inquietante y perturbador de los ¨²ltimos 85 a?os de la historia del mundo, de una guerra fr¨ªa, aunque monstruosa y parcialmente oculta. Tambi¨¦n presidida por el temor al apocalipsis si Rusia o Estados Unidos decid¨ªan soltar al bicho. Y a la gente no le iba a servir la confortable sensaci¨®n de que el espanto siempre estaba en otra parte, ya que la guerra at¨®mica acabar¨ªa con todo Cristo. Im¨¢genes y testimonios de todos estos a?os te confirman que casi siempre se ha impuesto la historia universal de la infamia. Aunque la hecatombe todav¨ªa no ha llegado. Y han existido algunos respiros, como el derrumbe de varias dictaduras. Pero el personal ha tenido, tiene y tendr¨¢ siempre sensaci¨®n de acojone ante los poderosos zumbaos, de que la hora final podr¨ªa llegar en alg¨²n momento.
Y disfruto moderadamente con la serie inglesa Slow Horses que emite Apple TV+. Hay transparente inteligencia, sarcasmo y mala hostia en la descripci¨®n que hacen del MI6, el servicio de espionaje ingl¨¦s y de su sucursal m¨¢s cochambrosa a la que denominan La Ci¨¦naga, refugio de perdedores profesionales del servicio secreto, gobernados por un tipo guarro que se ha dejado abandonado a su cuerpo y a las apariencias, borracho, pero en el que sobrevive su inteligencia, su exhaustivo conocimiento del universo al que ha dedicado su vida. Tambi¨¦n sabe de las miserias de los seres humanos. El mundo de La Ci¨¦naga y las luchas pol¨ªticas y personales en la escala superior del espionaje est¨¢n descritas con iron¨ªa y talento. Los guionistas saben de lo que hablan, hay di¨¢logos y situaciones brillantes, Gary Oldman est¨¢ admirable. Las persecuciones y el culto a la acci¨®n, que ocupan la mitad de cada cap¨ªtulo, me interesan menos, pero existe algo corrosivo, inteligente y tierno en esta serie. No es el genial John Le Carr¨¦ con su absorbente escritura sobre el universo del espionaje, pero quiero pensar que ¨¦l no hubiera desde?ado al pat¨¦tico microcosmos de La Ci¨¦naga.