La catarsis de los treinta. Ocho temas tab¨²es de la mujer actual seg¨²n ¡®Vida perfecta¡¯
?Sientes que los cimientos sobre los que has construido tu vida se tambalean? Bienvenido al club. Llega la segunda temporada de ¡®Vida perfecta¡¯, la serie de Movistar+ que pone frente al espejo la crisis de la treintena para la mujer contempor¨¢nea. Una ¡®dramedia¡¯ generacional contada a golpe de humor, sensibilidad, iron¨ªa¡ y audios de WhatsApp
La regla, el m¨®vil a todas horas, hacer match en Tinder, mensajes de WhatsApp subidos de tono, cuernos consentidos, la hipoteca, los orgasmos fingidos o el primer plano de una vulva en un espejo de mano. La vida, en realidad; aunque no exactamente como la hab¨ªan planeado. Mar¨ªa, Cris y Esther ponen cara ¨Cy cuerpo, y mente¨C a todo lo que significa ser una mujer de treinta y tantos en Vida perfecta, la serie de Movistar+ que estrena su segunda temporada.
Creada, coescrita y dirigida por Leticia Dolera ¨Cque tambi¨¦n la protagoniza, junto a Celia Freijeiro y Aixa Villagr¨¢n¨C, Vida perfecta es una dramedia generacional en la que las experiencias vitales, los sinsabores y las expectativas frustradas de sus tres protagonistas van desgranando ese complejo rompecabezas que es enfrentarse a la vida adulta cuando intentas convencerte de que a¨²n es demasiado pronto para sentar la cabeza. O cuando compruebas que nada a tu alrededor responde a la estampa id¨ªlica que hab¨ªas imaginado.
¡°La serie habla de personas imperfectas que se est¨¢n buscando, que se est¨¢n encontrando y que se pegan hostias¡±, dice la actriz Aixa Villagr¨¢n, que interpreta a Esther. Villagr¨¢n destaca la implicaci¨®n emocional que ha supuesto rodar esta serie a las ¨®rdenes de Leticia Dolera: ¡°Desde la primera temporada Leticia sembr¨® el precedente de improvisar, de que en los rodajes nos pasaran cosas de verdad y de poder cambiar el gui¨®n in situ. Eso hace que haya momentos m¨¢gicos que no estaban previstos y que rodando pasen cosas reales¡±. Su compa?era de reparto Celia Freijeiro (Cris, en la serie) destaca de Vida perfecta que es un proyecto hecho desde la b¨²squeda de la honestidad. ¡°Buscamos las verdades en cada escena¡±, dice, ¡°Leticia nos da campo para correr, para que pongamos en com¨²n, para que dejemos que nuestras experiencias reales afloren y las relacionemos con nuestros personajes¡±.
A lo largo de seis episodios, ¡®Vida Perfecta¡¯ plantea escenas y cuestiones sobre el universo femenino en la treintena, desde las parejas abiertas a la masculinidad no hegem¨®nica
Leticia Dolera, coautora de los guiones junto a Manuel Burque y que interpreta a Mar¨ªa, destaca el profundo viaje vital de su personaje en esta segunda temporada. Una Mar¨ªa bloqueada y confusa que debe enfrentarse a verdades como pu?os aireadas sin complejos por esa persona con diversidad funcional que, sin embargo, est¨¢ dispuesta a coger la vida por los cuernos. ¡°Mar¨ªa siente un vac¨ªo y est¨¢ buscando a alguien que lo llene. Lo que tiene que aprender es a llenarlo de s¨ª misma¡±, reflexiona Dolera.
A lo largo de seis episodios, la serie plantea escenas y cuestiones sobre la femineidad contempor¨¢nea en la treintena: explorar todas las posibilidades del sexo no finalista, hacer din¨¢micas de grupo sobre c¨®mo masturbarse mejor, cuestionar la masculinidad hegem¨®nica, la regla, las relaciones de pareja abiertas, el body positive... C¨®digos hasta ahora in¨¦ditos de un modo de expresarse y de vivir esta etapa que suponen, al final, para las protagonistas de Vida perfecta y para muchas mujeres como ellas, un bofet¨®n de realidad.
Ocho mitos a desmontar de la femineidad contempor¨¢nea
1. La tiran¨ªa de la perfecci¨®n
¡°La vida no es perfecta. Se nos exige tener casa propia, una familia mod¨¦lica y trabajo fijo como ten¨ªan nuestros padres a los 23. Pero hoy las reglas del juego han cambiado¡±, denuncia Rebeca Mar¨ªn, periodista y autora de Este libro es un co?azo (Libros Indie). ¡°Acceder a un piso sin un trabajo estable es casi imposible. Y, sin trabajo, no digamos tener un hijo. El hecho de ser mujer pone las cosas a¨²n m¨¢s dif¨ªciles. Vivimos sometidas a la tiran¨ªa de ser la brillante profesional, la amiga divertida, la hija responsable, la madre perfecta y la pareja cachonda, sexy, inteligente, honesta, sensible¡ Si sumamos la presi¨®n por la imagen, es como hacer malabarismos con tres pelotas. Podr¨¢s sostenerlas un rato en el aire, pero al final alguna acaba cayendo. Hay que decir basta en alg¨²n momento¡±, reclama la comunicadora. ¡°Los hombres lo han tenido siempre m¨¢s f¨¢cil: est¨¢ bien valorado que tengan canas y pelo en el pecho porque eso los hace m¨¢s viriles. ?Qu¨¦ licencias se nos permiten a las mujeres? Ninguna. Hay que aceptar nuestra imperfecci¨®n, eso es lo perfecto¡±.
2. Las relaciones poli¨¦dricas (y abiertas)
¡°Desde que nacemos nos han contado cuentos que hablan de pr¨ªncipes azules y princesas, de que el amor es para siempre¡ Pero la realidad es muy distinta: miramos a nuestro alrededor o a nuestra propia vida y no podemos evitar la frustraci¨®n¡±, dice Rebeca Mar¨ªn. Las relaciones de pareja son complejas, exigen entrega y sacrificio y, con el tiempo, pueden desgastarse. Lo de ¡°juntos para siempre¡± puede funcionarles a algunos, pero cada persona y cada relaci¨®n son un mundo. Y lo que hoy es bueno para ti puede que ma?ana no lo sea. Si se plantea la opci¨®n de abrir la pareja es posible que se est¨¦ tratando de enmascarar una crisis m¨¢s profunda. Pero no siempre: si las dos personas lo consensuan y lo desean, puede funcionar. No hay f¨®rmulas m¨¢gicas. Hay que dejar de concebir las rupturas sentimentales como un fracaso. ¡°La idea de un compa?ero o compa?era de vida para siempre es muy rom¨¢ntica e incluso puede ser real, pero siempre asumiendo que la pareja es poli¨¦drica y que evoluciona con el tiempo¡±, explica la experta.
3. El s¨ªndrome del sacrificio y la depresi¨®n
¡°El 6,7% de los espa?oles padece ansiedad¡±, dice B¨¢rbara Tovar, psic¨®loga experta en ansiedad y estr¨¦s. La mayor¨ªa son mujeres. ¡°Espa?a es el segundo pa¨ªs de la UE con mayor consumo de ansiol¨ªticos. Sin embargo, en el sistema de salud de nuestro pa¨ªs solo hay seis psic¨®logos por cada cien mil habitantes (la media en Europa es de 18 por cada cien mil). ?Alguna buena noticia? S¨ª, que ¡°los j¨®venes est¨¢n demandando cada vez m¨¢s y de forma abierta ayuda psicol¨®gica cuando la necesitan¡±, a?ade Tovar. Solo el a?o pasado el Tel¨¦fono de la Esperanza recibi¨® en Espa?a 160.000 llamadas. La ONG explica que el perfil de quienes pidieron ayuda en 2020 era muy heterog¨¦neo. ¡°Personas de entre 19 y 75 a?os afectadas por crisis de ansiedad, depresi¨®n, conflictos familiares, personales o de convivencia¡±, indica B¨¢rbara Tovar. La experta sugiere cambiar ciertas actitudes que tristemente son cada vez m¨¢s habituales: ¡°No hacer bandera del cansancio como signo de estatus social o profesional y abandonar de una vez por todas el s¨ªndrome del sacrificio¡±.
4. ¡°Me he puesto mala¡±, el estigma de la regla
¡°Las mujeres pasamos unos 3.000 d¨ªas en nuestra vida menstruando, pero a una de cada cuatro a¨²n les parece un tab¨² hablar de ello¡±, dice Rebeca Mar¨ªn. ¡°Usamos eufemismos como ¡®ponerse mala¡¯. ?Por qu¨¦ no existe reparo en mostrar im¨¢genes de gente sangrando tras un accidente y hablar de la regla sigue siendo un tab¨²? Se trata de un proceso biol¨®gico ¨²nico y propio de la mujer. Desde que somos peque?as se nos dice que la regla es algo que hay que ocultar, y ya no hablemos de tener sexo durante el periodo¡±, a?ade Mar¨ªn. ¡°Para que la regla deje de ser un estigma hay que hablar de ella con naturalidad, si hay que repetir la palabra regla mil veces en p¨²blico, hag¨¢moslo. Y si de paso normalizamos los cambios de humor debidos a la alteraci¨®n hormonal, tendr¨ªamos el m¨¢ster en menstruaci¨®n que el mundo tanto necesita¡±, remata la experta.
5. Discapacidad y masculinidad no t¨®xica
¡°La persona con discapacidad est¨¢ acostumbrada a superar la adversidad¡±, dice Mar Ugarte, adjunta a Presidencia del Consejo Espa?ol para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD). ¡°Tener una discapacidad no es una barrera de facto para desarrollar un proyecto de vida¡±, lamenta. En Vida perfecta, la discapacidad aparece ilustrada por el personaje de Gari, que ¡°es padre y quiere hacerse cargo de ello pero se topa con el paternalismo externo¡±, dice Enric Auquer, el actor que lo interpreta. Gari coopera con la madre de su beb¨¦ en la crianza, asume la parte de tareas que le corresponden, va todos los d¨ªas a ba?ar al peque?o, se implica en la din¨¢mica diaria de la guarder¨ªa¡ Incluso decide sacarse el carn¨¦ de conducir para tener total autonom¨ªa en su rol de padre. En la temporada 1 ¡°pod¨ªa caer en algo na¨ªf¡±, dice Auquer. Pero en la temporada 2, Gari est¨¢ dispuesto a coger el toro por los cuernos. Representa esa masculinidad alternativa, no hegem¨®nica y no t¨®xica, y eso a pesar de su discapacidad.
6. La dictadura del orgasmo
¡°El n¨²mero de hombres que fingen en la cama es infinitamente menor que el de mujeres¡±, dice Luc¨ªa Mart¨ªn, periodista y autora de Hola, ?Sexo? Anatom¨ªa de las citas online (Arcopress). ?Por qu¨¦? ¡°Por la educaci¨®n tradicional que hemos recibido a lo largo de la historia. Una manera de entender el sexo que establece que las mujeres tenemos que estar siempre f¨ªsicamente dispuestas para dar placer, no para ser las responsables de nuestro propio placer. Y, adem¨¢s, preparad¨ªsimas, depilad¨ªsimas, guap¨ªsimas y maravillosas para satisfacer al otro y para transmitir la sensaci¨®n de que nosotras tambi¨¦n quedamos satisfechas¡±.
¡°Tambi¨¦n se da el caso de que muchas mujeres fingen el orgasmo para acabar¡±, explica Mart¨ªn. El hecho de que haya tantas mujeres que no logran disfrutar de la sexualidad entronca con la educaci¨®n recibida: la mujer no debe hablar de sexo, ni de las cosas que le gustan o no en la cama. Hay que superar esta manera de ver el sexo tan poco empoderadora con respecto a la mujer.
7. El sexo no finalista
¡°Pensar que el sexo tiene que acabar siempre en orgasmo tiene que ver con la idea faloc¨¦ntrica que nos han inculcado¡±, dice Luc¨ªa Mart¨ªn. ¡°Parece que todo tiene que acabar en penetraci¨®n y que si haces otro tipo de cosas no son sexo. Algo que se desmonta f¨¢cilmente cuando uno descubre que hay otras pr¨¢cticas y otras partes del cuerpo que tambi¨¦n son muy placenteras y no tienen nada que ver con el pene ni la vagina. Hay mucha tarea de educaci¨®n que hacer, tanto con los hombres como con las mujeres¡±.
8. El autodescubrimiento del cuerpo
¡°Aunque lo tenemos grabado a fuego, el sexo no acaba en el orgasmo masculino. Ellos no son los ¨²nicos que pueden marcar el final de un encuentro sexual¡±, dice Elena Armi?¨¢n, que desde hace tres a?os participa todos los meses en un grupo de debate y reflexi¨®n feminista en Torrelodones. ¡°A¨²n se piensa que la masturbaci¨®n no puede ser cosa de mujeres y desde peque?as se nos reprimen gestos que tienen que ver con darnos placer. Se tachan de poco femeninos con el mensaje impl¨ªcito de ¡®las chicas no hacen eso¡±, explica Armi?¨¢n. ?M¨¢s diversi¨®n en la autoexploraci¨®n!