-Esto es un t¨ªo que va al m¨¦dico¡
-El marido que le dice a su mujer¡
-Mam¨¢, mam¨¢, en el cole me llaman¡
Estos arranques de chistes suenan antiguos, como si este art¨ªculo, m¨¢s que de humor, tratara de arqueolog¨ªa y de historia. Y algo de eso hay porque contar chistes es algo cada vez m¨¢s olvidado (y no solo por la pandemia). Los chistes cl¨¢sicos, esas c¨¢psulas de humor an¨®nimas que circulaban, sobre todo, de forma oral, son cada vez menos populares y est¨¢n dejando paso a los memes desde hace a?os. Ya no contamos chistes, sino que enviamos v¨ªdeos, pantallazos de tuits y otras publicaciones por WhatsApp. Incluso cuando estamos con alguien es muy probable que le enviemos lo ¨²ltimo que nos ha llegado o, peor, se lo ense?emos, mostr¨¢ndole nuestro m¨®vil.
La c¨®mica y guionista Pilar de Francisco cree que mientras Karlos Argui?ano y Arturo Valls sigan en televisi¨®n, el chiste nunca morir¨¢ del todo. A pesar de la labor de estos dos gigantes del humor (dicho sea sin ninguna iron¨ªa), De Francisco coincide en que el panorama ha cambiado en los ¨²ltimos a?os: antes estas gracietas las contaba uno, "el gracioso del grupo. Pero ahora todo el mundo participa y reenv¨ªa a los grupos de WhatsApp¡± tanto memes como chistes convencionales, solo que adaptados a un formato m¨¢s visual.
Pasa en grupos, bares y tambien institutos. A¨²n no hay estudios (al menos, no los hemos encontrado despu¨¦s de preguntar en un par de universidades), pero s¨ª hemos realizado una peque?¨ªsima e informal¨ªsima encuesta gracias a Pedro P¨¦rez, profesor del IES Antonio Machado (Alcal¨¢ de Henares), que pregunt¨® por nosotros a unos cuantos alumnos de segundo de bachillerato durante el recreo. No solo se pasan memes, sino que consideran que ¡°los chistes est¨¢n pasados de moda¡±. Pero es que, de hecho, los chistes sonaban anticuados ya en 2005, antes de que los memes tuvieran la difusi¨®n actual: un art¨ªculo de The New York Times los daba por muertos entonces, desplazados por el humor observacional.
?Pero c¨®mo puede estar desapareciendo una forma tan popular de humor que, como explic¨¢bamos en este art¨ªculo, apenas ha cambiado desde la ¨¦poca del Imperio Romano y de la que hay ejemplos en Sumeria, de en torno al a?o 1900 a. C.? La respuesta es que, m¨¢s que desapareciendo, el chiste est¨¢ evolucionando y adapt¨¢ndose, m¨¢s o menos como ha hecho siempre, y no hay tanta diferencia con los memes, a pesar de lo que pueda parecer en un primer momento.
Planteamiento y remate
Los chistes suelen ser historias breves y su forma cl¨¢sica se divide en dos partes: un planteamiento y un cl¨ªmax en forma de punch line o remate, que Jim Holt describe en su libro Stop Me If You¡¯ve Heard This, como ¡°una peque?a explosi¨®n verbal provocada por un cambio s¨²bito en el significado¡±.
Esta estructura la encontramos en gran parte del material que nos llega a los grupos de WhatsApp y es especialmente evidente en los tuits. Para la c¨®mica y guionista Paula P¨²a, los tuits ¡°son los nuevos chistes cortos¡±. Los compara con los one-liners, chistes breves que se pueden escribir en una l¨ªnea, como los que cuentan humoristas como Steven Wright, Demetri Martin y, en Espa?a, Luis ?lvaro. En conversaci¨®n telef¨®nica pone como ejemplo este tuit, que es perfectamente comparable a un chiste cl¨¢sico de m¨¦dicos:
- Doctor, c¨®mo est¨¢ mi marido?
¡ª Concejala D Festejos (@Concejajala) March 8, 2017
- Lo hemos perdido.
- No diga tonter¨ªas, si le veo los pies por debajo de la s¨¢bana.
Pilar De Francisco recuerda que, adem¨¢s, en redes y en grupos, esta estructura de planteamiento y remate tambi¨¦n se puede apreciar en forma de di¨¢logos entre distintos usuarios, como cuando se contesta a alguien usando, por ejemplo, gifs de Bel¨¦n Esteban o pantallazos de los v¨ªdeos de Pantomima Full. Cuando alguien responde as¨ª al titular de un peri¨®dico o a las declaraciones de un pol¨ªtico, ¡°en realidad, lo que hace es construir un chiste¡±. Las declaraciones funcionan como planteamiento, aunque sea involuntario, y el gif o el pantallazo es un remate. Es una estructura comparable a la que podr¨ªa darse en una conversaci¨®n privada con una respuesta humor¨ªstica o incluso en la actuaci¨®n de un d¨²o c¨®mico.
¡ª Tduckqueen (@Tduckqueen) February 16, 2021
Otro rasgo en com¨²n entre los memes y el chiste cl¨¢sico es la oralidad, aunque de entrada no lo parezca: redes sociales y aplicaciones de mensajer¨ªa son un entorno a medio camino entre los ¨¢mbitos formales del lenguaje escrito y los m¨¢s informales de la oralidad. Lo resum¨ªa Delia Rodr¨ªguez en Memecracia: los virales que nos gobiernan: ¡°Con la nueva cultura digital estamos viviendo una vuelta a lo oral despu¨¦s de quinientos a?os de dominio de lo escrito, marcados por la invenci¨®n de la imprenta, el denominado Par¨¦ntesis Gutenberg¡±.
No hay tanta diferencia entre contar un chiste en un bar y reenviarlo. Como escribe Gretchen McCulloch en su libro Because Internet (Porque internet), es una cuesti¨®n de registros: est¨¢bamos acostumbrados al lenguaje oral formal (el de un discurso, por ejemplo) y al informal (una charla con un amigo). Tambi¨¦n a leer textos formales (art¨ªculos, libros). Pero lo que ha crecido con internet es el lenguaje escrito informal, que hasta la aparici¨®n de redes sociales y mensajes estaba confinado a notas, cartas y diarios. ¡°Internet no invent¨® la escritura informal -dice McCulloch-, sino que la hizo m¨¢s com¨²n¡±. Y por eso escribimos y reenviamos los chistes que antes solo cont¨¢bamos en voz alta.
Hay otra semejanza entre memes y chistes convencionales: a menudo funcionan por ciclos. Por ejemplo, en los 80 y 90 se popularizaron los chistes de Lepe, sin que nadie sepa muy bien a qui¨¦n se le ocurri¨® la idea ni por qu¨¦ se pusieron de moda, para desaparecer poco despu¨¦s por agotamiento. Los ciclos de los memes funcionan de forma similar, pero mucho m¨¢s acelerada: un formato o una plantilla puede popularizarse y desaparecer (o quedar en muy segundo plano) en cuesti¨®n de semanas o incluso horas.
Chistes de autor
A pesar de lo que acabamos de comentar, tambi¨¦n hay diferencias entre los chistes y los memes. Primero, el componente visual. WhatsApp, Twitter, Instagram y dem¨¢s plataformas permiten enviar fotos y v¨ªdeos, y los memes muy a menudo son im¨¢genes retocadas, quiz¨¢s m¨¢s parecidas a una vi?eta que a un chiste oral cl¨¢sico.
Pilar de Francisco trabaja como guionista en Late Motiv y cuenta que a veces le llegan por WhatsApp fragmentos breves del programa ¡°totalmente fuera de contexto, pero que funcionan¡±. La c¨®mica tambi¨¦n recuerda que ¡°por ejemplo, Comedy Central con nuestros mon¨®logos antiguos est¨¢ haciendo algo parecido: una foto del monologuista y debajo una frase suelta¡±. Se puede reenviar sin necesidad de buscar el mon¨®logo y sin ni siquiera conocer al c¨®mico, pero sin perder esa foto que funciona como firma.
Y esta es la segunda gran diferencia con los chistes cl¨¢sicos: los memes no siempre son an¨®nimos y a menudo conocemos y citamos al autor. Esto no es exclusivo de las redes sociales, sino que tiene que ver con la evoluci¨®n del humor en las ¨²ltimas d¨¦cadas, como detall¨¢bamos en este otro art¨ªculo. Los chistes pocas veces se pon¨ªan por escrito y cuando se hac¨ªa, ya fuera en el Philogelos, del siglo IV o V, o en los "libros de facecias" que se empiezan a recopilar a partir del siglo XV, ya nadie recordaba qui¨¦n era su autor.
Hasta hace relativamente poco era frecuente que muchos c¨®micos se limitaran a contar chistes conocidos e intercambiables. Uno pod¨ªa repetir un chiste de un humorista de No te r¨ªas que es peor o de Genio y figura sin correr el riesgo de incurrir en plagio (con excepciones como Pedro Reyes). No pasaba as¨ª con los chistes de Gila o de Martes y 13, a quienes se citaba incluso en el recreo o en los bares, y no pasar¨ªa despu¨¦s con los chistes de monologuistas, en los que hay un estilo m¨¢s personal. Hay que recordar que un monologuista tambi¨¦n escribe chistes, aunque no siempre respetando el formato cl¨¢sico, sino de una forma m¨¢s libre y, a menudo, muy personal y reconocible.
Este estilo propio y el hecho de que mucha gente los conozca al haberlos visto en televisi¨®n o en YouTube hace que a menudo citemos al autor de la ocurrencia. P¨²a cuenta que esto pasa especialmente con Ignatius Farray y David Broncano. Y no solo con sus chistes, sino tambi¨¦n con frases y expresiones. El ¡°capachao¡± de Broncano es f¨¢cilmente asimilable al ¡°fistro¡± o al ¡°no siento las piernas¡± de personajes televisivos de los 80 y 90, solo que ahora tambi¨¦n se comparte en forma de gif o imagen.
Total, que quiz¨¢s el chiste no est¨¦ muerto ni pasado de moda, sino que simplemente ha mutado y ha cambiado de piel sin que nos hayamos dado cuenta del todo.
PERO CAPACHAO pic.twitter.com/Jo7jWuRqqV
¡ª La Resistencia en Movistar+ (@LaResistencia) January 15, 2019
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