La web de Verne se despide de sus lectores. Hemos pedido a las cuatro personas que estuvieron al frente del proyecto que nos cuenten algunas de sus impresiones y recuerdos:
Verne, en busca del oro, por Delia Rodr¨ªguez
Por qu¨¦ el Sugus de pi?a es azul y los refugiados llevan smartphone, por Luc¨ªa Gonz¨¢lez
Lecciones que he aprendido en Verne, por Mari Luz Peinado
?No sabes qu¨¦ es Verne?, por Jaime Rubio Hancock
Delia Rodr¨ªguez fund¨® Verne en 2014 y fue responsable de la secci¨®n hasta 2015. Actualmente es la directora del Departamento Digital de la Secretar¨ªa de Estado de Comunicaci¨®n.
Para poner en marcha Verne, en su momento exigimos tres condiciones. La primera, unas paredes que nos separaran de la redacci¨®n de EL PA?S, porque si quer¨ªamos inventar un peque?o medio digital dentro de un gran, honorable, peri¨®dico deb¨ªamos mantener las distancias medidas y el volumen de los v¨ªdeos de YouTube alto. La segunda condici¨®n era poder fichar con libertad a gente extra?a de la que no suele pisar los pasillos de los medios; los mejores equipos son una mezcla de rarezas diversas unidas por lazos d¨¦biles y estrechos, y Luc¨ªa Gonz¨¢lez, Mari Luz Peinado, Jaime Rubio y Guillermo L¨®pez, fundadores de Verne, eran especiales, cada uno a su manera, juntos y por separado. La tercera condici¨®n implic¨® disfrutar de libertad editorial. Casi todos los ¨¢mbitos tem¨¢ticos estaban ya cubiertos por la tradicional divisi¨®n en secciones de un peri¨®dico, y nosotros no ven¨ªamos a inventar un ¨¢rea nueva de la realidad, sino un punto de vista. Por lo tanto, ¨ªbamos a meternos en algunos jardines con due?o.
Las bases, desde el principio, fueron el apoyo absoluto de quienes ostentaban el poder -mientras manten¨ªamos una cierta distancia con ellos-, el talento y la inconsciencia. Esto es, por cierto, casi todo lo que s¨¦ sobre las transformaciones digitales.
A cambio, prometimos encontrar oro donde el resto solo ve¨ªa un r¨ªo sucio y caudaloso, lleno de piedras y al que era mejor no acercarse. Por decirlo de otro modo, supimos crear tr¨¢fico donde antes no lo hab¨ªa. Para nosotros la palabra audiencia nunca fue despectiva, sino una se?al del inter¨¦s de unos lectores desatendidos en muchos aspectos. Cumplimos. Lo hicimos bien. El metal que encontramos estaba limpio y ha brillado hasta el final. Antes de terminar el a?o 2014, cuando fue lanzado Verne, EL PA?S recuper¨® la posici¨®n l¨ªder en internet que hab¨ªa perdido, algo a lo que contribuimos en gran medida. Apenas recuerdo un par de art¨ªculos de cuya publicaci¨®n me haya arrepentido y s¨ª muchos de los que estoy orgullosa.
El d¨ªa en que nacimos (en beta, en forma de blog porque la p¨¢gina definitiva a¨²n tardar¨ªa unas semanas), Verne cay¨® como una bomba de tr¨¢fico. Poca gente qued¨® por leer ¡°El olor de la lluvia sobre la tierra seca y otras 28 cosas que no sab¨ªas que ten¨ªan nombre¡±. Recuerdo al antiguo director, Antonio Ca?o, quej¨¢ndose al d¨ªa siguiente del lanzamiento, medio en serio, medio en broma, de que despu¨¦s de Verne nadie iba a querer leer el peri¨®dico. Tardamos un tiempo en explicar a trav¨¦s de nuestras cifras que la audiencia que tra¨ªamos era distinta. No est¨¢bamos mareando ni distrayendo al lector tradicional del peri¨®dico, sino encontrando a una audiencia nueva, m¨¢s joven, que despu¨¦s se quedaba entre sus p¨¢ginas.
Adem¨¢s de oro y juventud, prometimos tambi¨¦n explorar un futuro en el que las normas eran diferentes, y traer de vuelta lo aprendido. Lo dificil es elegir qu¨¦ publicar y no la publicaci¨®n en s¨ª. Hay que saber qu¨¦ no escribir. Todo lo publicado tiene consecuencias. El volumen no lleva a ning¨²n sitio bueno. Ser ligeros requiere una inteligencia refinada. Todo tema es igual de importante, da igual de lo que hables. Hay que comprobarlo todo, especialmente lo m¨¢s est¨²pido. Si el formato de tu historia es ¡°titular y cuatro p¨¢rrafos debajo¡± es que est¨¢s siendo un vago. El branded content se puede hacer bien. Hay que tener un jefe de producto en el equipo. Si el formato falla el contenido no llega. En caso de duda, no publicar. No todos los redactores tienen que redactar. Basta con publicar un tema al d¨ªa, lo importante es saber cu¨¢l.
Esta ¨²ltima revelaci¨®n es de Jaime, que hoy tiene el honor de cerrar la puerta de la web de Verne, conserv¨¢ndola como el recuerdo de la expedici¨®n dura y divertida que fue.
Las circunstancias hist¨®ricas de internet acompa?aron a Verne. Mi etapa fue la de los a?os del tr¨¢fico loco, cuando no sab¨ªamos si un vestido era blanco y dorado, o azul y negro. Llegamos justo a tiempo para cabalgar la fuerza desbocada de la viralidad sin que nos dominara. ¡°Queremos un Verne¡± fue una frase que se escuch¨® en muchos consejos por aquella ¨¦poca, cuando otros medios se inspiraron en el nuestro para crear sus productos j¨®venes y enfocados a las redes sociales. No muchos entendieron que el nuestro no era un producto barato escrito por unos pocos redactores sin experiencia ni supervisi¨®n en busca del m¨¢ximo n¨²mero posible de art¨ªculos.
Era, de hecho, todo lo contrario, un delicado ejercicio intelectual donde busc¨¢bamos reducir la incertidumbre de internet y encontrar esa historia que iba a ser la m¨¢s interesante, y por ello, la m¨¢s popular del d¨ªa, y adem¨¢s expresarla con imaginaci¨®n en los formatos. Nos daba igual crear un v¨ªdeo sobre lo que hac¨ªamos en los bares antes de tener m¨®vil que escribir una lista contextualizando las cifras millonarias de fara¨®nicas obras espa?olas, traducir art¨ªculos sobre la paradoja de Fermi o las 36 preguntas que consiguen que te enamores, entrevistar a la cient¨ªfica detr¨¢s de una foto viral que conseguir testimonios incre¨ªbles en primera persona.
Otro secreto consisti¨® en saber cambiar con los a?os. En su corta vida, Verne se fue adaptando a los tiempos, a nuevos y brillantes periodistas, a la evoluci¨®n de internet, a la empresa que lo editaba y, desde luego, al esp¨ªritu de sus responsables. El Verne dirigido por Luc¨ªa no fue el mismo que el dirigido por Mari Luz, y el que deja Jaime en 2021 tampoco es id¨¦ntico al que alumbramos en 2014.
Tiendo a abandonar demasiado pronto los barcos, as¨ª que no vi desaparecer las paredes de cristal de la primera ubicaci¨®n f¨ªsica de Verne, que cayeron enseguida para que el equipo se integrara en la redacci¨®n de EL PA?S. Ahora las paredes invisibles desaparecen del todo, y con ellas, un peque?o mundo raro con sus propias leyes como, no s¨¦, un ecosistema de peces ex¨®ticos o una familia.
Por qu¨¦ el Sugus de pi?a es azul y los refugiados llevan smartphone
Luc¨ªa Gonz¨¢lez estuvo al frente de Verne entre 2015 y 2018. Actualmente es jefa del departamento de Desarrollo de audiencias en EL PA?S.
En el cat¨¢logo de las edades de internet hay una palabra para la tribu de la ¨²ltima generaci¨®n que vivi¨® la ni?ez sin m¨®vil pero en el instituto empez¨® a llevar tel¨¦fono en el bolsillo. Entonces lo m¨¢s parecido a una red social era esa especie de c¨®digo morse a base de llamar y colgar al primer toque. Nos tocar¨ªa ser ¡°xennials¡±, ni ¡°millennials¡± ni ¡°zetas¡± ni lo que venga detr¨¢s. Y nos hicimos adultos mientras nos maravill¨¢bamos de tener todo un universo al alcance del pulgar. Un par de d¨¦cadas despu¨¦s me sigue fascinando la transformaci¨®n continua en la forma de comunicarnos, en lo personal, en lo laboral, en el consumo, en el ocio¡ Tambi¨¦n en el periodismo. La andadura de seis a?os y medio de Verne, web pionera en Espa?a en aplicar el an¨¢lisis y la rigurosidad del periodismo a explorar la comunicaci¨®n en internet, es un completo archivo de c¨®mo se ha ido produciendo esa evoluci¨®n.
Durante el tiempo en que fui una exploradora vern¨ªcola analizaba constantemente mi propio uso de internet. Por qu¨¦ comparto lo que comparto. Por qu¨¦ leo cosas que jam¨¢s compartir¨ªa. En qu¨¦ clico a sabiendas que a veces me voy a arrepentir o qu¨¦ disfruto leyendo, viendo o escuchando. Qu¨¦ reacciones producen los art¨ªculos. Qu¨¦ necesidades informativas se quedan por el camino de muchas noticias. Qu¨¦ formato es el mejor para comunicar cada tema y por qu¨¦ no debemos maltratar al lector con clickbaits (titulares llamativos sin chicha detr¨¢s). Todos los internautas salimos de exploraci¨®n a diario. Encontrar espacios que hacen que tu atenci¨®n y tu tiempo -el oro de internet- merezca la pena, como intent¨® siempre hacer Verne, me resulta la experiencia m¨¢s grata.
La misi¨®n de explorar internet te puede llevar desde analizar por qu¨¦ ocurre que un vestido se vea dorado o azul seg¨²n quien lo mire hasta rastrear c¨®mo se difunde una mentira. Desde percibir la necesidad de explicar aspectos de la realidad que se tergiversan (por qu¨¦ no deber¨ªa sorprenderte ver a un refugiado con smartphone) hasta resolver peque?os misterios de la vida (como la decisi¨®n de envolver en color azul el sugus de pi?a). Desde buscar historias fascinantes que provocan emociones y dan ganas de compartir hasta abordar los temas de conversaci¨®n de los lectores m¨¢s j¨®venes, esa generaci¨®n que va a llegar a la edad a la que sus padres les tuvieron con una vida muy distinta, que empuja para romper tab¨²es como los de la salud mental. Por todo ello me sigue produciendo estupefacci¨®n escuchar a un periodista despreciar la lectura de comentarios en un foro de un medio o en redes sociales. ?Cu¨¢nto podemos entender del periodismo que hace falta entendiendo las necesidades informativas de la audiencia!
Para quienes equiparaban lo viral con los gatos, Verne fue una decepci¨®n. El lenguaje de lo viral va mucho m¨¢s all¨¢ de las provocaciones en titulares. Aprender de c¨®mo los ciudadanos se comunican nos puede servir para mejorar la forma en que les hacemos llegar el periodismo. Verne, piedra angular en la evoluci¨®n de las narrativas de EL PA?S, ha sido una mezcla de periodismo explicativo, investigaciones sobre el proceso de difusi¨®n de los temas en internet y curiosidad para todo lo que sucede en internet: la vida misma.
Lecciones que he aprendido en Verne
Mari Luz Peinado estuvo al frente de la secci¨®n entre 2018 y 2020. Actualmente forma parte del equipo de Estrategia Digital de EL PA?S.
Cuando naci¨® Verne, en 2014, dijimos que lo hac¨ªa para explorar internet. En los m¨¢s de seis a?os que han pasado desde entonces, nuestra relaci¨®n con internet ha cambiado much¨ªsimo, tanto como periodistas como usuarios. Nos hemos desencantado de unas redes sociales y hemos abrazado otras, hemos sido conscientes de las trampas de las plataformas para captar nuestra atenci¨®n e incluso hemos visto c¨®mo a un presidente de EE UU le cerraban la cuenta de Twitter. Pero en todo este tiempo, el equipo de Verne ¡ªdel que he tenido la suerte de formar parte seis a?os¡ª ha seguido intentando explorar la mejor parte de internet, que tambi¨¦n segu¨ªa existiendo. Estas son algunas de las cosas que me llevo de esta etapa:
- La regla de los cinco minutos (o de la hora del caf¨¦): si en el equipo llevamos m¨¢s de cinco minutos discutiendo o pregunt¨¢ndonos sobre algo, posiblemente haya otras muchas personas teniendo las mismas dudas mientras toman caf¨¦, en un hilo de Twitter o en un grupo de WhatsApp. Y si hay gente interesada en un tema, debemos encontrar la mejor manera de explicarlo, responder a sus preguntas y darle contexto. Hagamos m¨¢s caso a los temas cotidianos.
- Emosido enga?ado contiene tanta sabidur¨ªa como un refr¨¢n tradicional. La cultura pop del siglo XXI se est¨¢ construyendo a base de memes de internet, que se crean y alimentan de manera colectiva. Una forma de expresarse que gana sentido cuanto m¨¢s se comparte. Y Verne los ha cubierto igual que se siguen las modas y los movimientos musicales.
- T¨®mate m¨¢s en serio los temas y menos en serio a ti mismo. Todos los redactores de Verne han hecho llamadas surrealistas para tirar del hilo de una historia o para tratar de desmentir un bulo. S¨¦ de lo que hablo. Da igual que la noticia salga de las actas del Congreso o de un foro de internet: hay que acudir a la fuente, comprobar y no dar nada por supuesto. Y tomarse menos en serio a uno mismo permite que se den momentos m¨¢gicos. Nos lo hemos pasado muy bien, de eso no hay duda.
- Las listas son ¨²tiles para transmitir ideas de manera f¨¢cil y directa. Y no solo para temas light. Una historia puede ser un texto, un gif, un v¨ªdeo e incluso un esquema en un folio. Uno de los mayores aciertos de Verne ha sido llevar sus temas all¨¢ donde estuvierais leyendo, ya fuera cont¨¢ndolos en texto, en v¨ªdeo, en los stories de Instagram, en un hilo de Twitter o en la bandeja de vuestro correo electr¨®nico, a trav¨¦s de su newsletter. Probar y probar est¨¢ en el ADN de Verne.
- Internet crea burbujas, pero tambi¨¦n sirve para salir de las nuestras. Que s¨ª, que Twitter a veces es un basurero y hay rincones de internet que solo muestran la peor parte del ser humano. Pero internet tambi¨¦n nos permite descubrir proyectos de gente interesante de cualquier parte del mundo. O escuchar y descubrir temas y puntos de vista fuera de nuestros c¨ªrculos. O para aprovechar todas las v¨ªas para crear comunidad y conectar a miles de personas que te pueden leer desde cualquier dispositivo. Muchos de los temas publicados en Verne han surgido de escuchar vuestras quejas, preocupaciones y dudas, a veces existenciales y otras m¨¢s terrenales. Junto con vosotros, los lectores, Verne ha hablado de casi todo: de precariedad, de proyectos art¨ªsticos en redes sociales, de humor, de acertijos virales, de salud mental, de la regla, de relaciones¡ Hasta de llorar en el trabajo.
- Nunca prometas en un titular algo que los lectores no van a encontrar dentro. No hay nada m¨¢s importante que ser honesto con vosotros. As¨ª que, para ser fiel al titular de este texto, ah¨ª va la lecci¨®n que hemos aprendido quienes hemos participado en este proyecto: es igual de err¨®neo pensar que solo es importante lo que pasa en Twitter como pensar que nada de lo que pasa en las redes es real. Claro que hay vida m¨¢s all¨¢ de nuestros tel¨¦fonos. Pero tambi¨¦n es cierto que puedes vivir, aprender, entretener e informar a trav¨¦s de ellos. Y creo que Verne ha conseguido descubrir parte de ese mundo y ayudarnos a entenderlo.
Jaime Rubio Hancock fue responsable de la secci¨®n desde oto?o de 2020. Actualmente es editor de las newsletters de EL PA?S.
¡ªHuy, met¨¢monos por este pasillo.
¡ª?Qu¨¦ ocurre?
¡ªBaja la voz¡ Por el otro lado viene Jaime Rubio.
¡ª?Jaime Rubio? ?Qui¨¦n es Jaime Rubio?
¡ªUno del peri¨®dico que se niega a jubilarse. Se pasa el d¨ªa agarrando a compa?eros despistados para hablarles de Verne.
¡ª?Verne? ?Qu¨¦ es Verne?
¡ª?No sabes qu¨¦ es Verne? ?Pero qu¨¦ os ense?an en la facultad? Verne fue una secci¨®n del peri¨®dico que se public¨® entre 2014 y 2021. Arranc¨® hablando de temas virales, pero tambi¨¦n trataba temas de feminismo, de alquileres, de salud mental, de filosof¨ªa, de humor¡ Cuando la cerraron acab¨® volviendo al cabo de un tiempo como podcast y como newsletter, luego fue un programa telep¨¢tico, una trilog¨ªa de novelas llevada al cine por Christopher Nolan Jr., un algoritmo para escoger calcetines, de nuevo una secci¨®n del peri¨®dico y ahora es una marca de caramelos.
¡ª?Y Jaime?
¡ªJam¨¢s lo super¨®. Lleva cincuenta a?os diciendo ¡°pues esto ya lo hicimos en Verne¡± y ¡°esto Verne lo har¨ªa muy bien¡±. ?Lo oyes? Ha agarrado a alguien del brazo.
¡ª?Qu¨¦ dice?
¡ªNo s¨¦ qu¨¦ de youtubers.
¡ª?Youtubers? Pero si YouTube quebr¨® en 2039. Fue cuando Espa?a tuvo que cerrar las fronteras con Andorra para evitar que volvieran.
¡ªYa te digo que Jaime vive en el pasado.
¡ª?Y desde entonces solo ha hecho eso?
¡ªIntentaron enviarlo de corresponsal a Marte cuando encontraron vida en el planeta. ?Te acuerdas? Esa bacteria llamada Antonio P¨¦rez que se hizo famosa durante unos meses y acab¨® en Gran Hermano VIP? Pero no funcion¨®. En todas sus cr¨®nicas solo dec¨ªa que en Marte no hab¨ªa casi gente ni agua, por lo que era cierto lo de que en Marte, ni te cases ni te embarques.
¡ª?Y c¨®mo es que no lo han despedido?
¡ªTodos sus compa?eros de Verne han acabado dirigiendo el peri¨®dico en alg¨²n momento y les ha sabido mal. Emilio S¨¢nchez lo tuvo regando sus plantas, Pablo Cant¨® lo puso a ordenar sus juegos de mesa, Anabel Bueno incluso le mont¨® un Verne en papel.
¡ª?Un Verne en papel?
¡ªS¨ª, vamos, le dio una libreta. ?Vamos a comer? Podemos ir al Seteventos. Al fin le han dado la tercera estrella Michelin por los pinchos de tortilla, pero siguen con los men¨²s.
¡ª?Pero por qu¨¦ est¨¢ tan obsesionado?
¡ªNi idea. Todos los proyectos tienen su ciclo de vida. ?Verne podr¨ªa haber seguido un tiempo m¨¢s? Sin duda. Pero tambi¨¦n estuvo bien cerrarla antes de que se eternizara, se convirtiera en un zombi o incluso llegara a perder el contacto con sus lectores. Tuvo casi siete a?os estupendos (que podr¨ªan haber sido setenta) en los que toc¨® temas que el resto del peri¨®dico no trataba, pero que interesaban a sus lectores. Tambi¨¦n prob¨® formatos nuevos, le dio la vuelta a la actualidad, recuper¨® temas cl¨¢sicos y todo sin renunciar al humor porque, como dec¨ªa Chesterton, ¡°divertido¡± no es lo contrario de ¡°serio¡±, ¡°divertido¡± es lo contrario de ¡°aburrido¡±, y de nada m¨¢s¡
¡ªVaya, te lo tomas en serio.
¡ªClaro. Ser¨¢ que no hay cosas que Verne podr¨ªa seguir haciendo.
¡ªUn momento¡
¡ªY tanto que hay hueco para Verne, qu¨¦ sabr¨¢n ellos. Se lo estaba comentando a la nueva directora, esa inteligencia artificial llamada Zuck-3, pero nada, ni caso¡ Es como hablarle a La Pared, que era la inteligencia artificial anterior que ven¨ªa con el feedback mal programado.
¡ªEra una trampa¡ No hab¨ªa nadie sigui¨¦ndonos¡
¡ªYa s¨¦ que Twitter no existe, pero podr¨ªamos hacer un recopilatorio de los mejores frikfraks del a?o. ?Hay algunos buen¨ªsimos!
¡ª?T¨² eres Jaime Rubio! ?No dec¨ªas que todos los proyectos tienen su ciclo de vida?
¡ªY el de Verne volver¨¢ a comenzar. Necesitamos un nuevo equipo para sacarlo adelante. ?T¨² estar¨ªas interesado?
¡ª?SOCORRO! ?AYUDA! ?YO QUIERO SER CRONISTA!
¡ªHay que hablar de cultura digital¡
¡ª?QUE ALGUIEN ME AYUDE!
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