Vargas Llosa, el equivocado eres t¨²
El veredicto que hace el Nobel sobre Colombia puede sonar bien en Madrid, frente a sus ¨¢ulicos, pero no en Bogot¨¢
El escritor y premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa ha dicho a manera de sentencia que los colombianos votamos mal porque elegimos a un exguerrillero del M-19 como nuevo presidente del pa¨ªs. ¡°Si act¨²a en la legalidad, bienvenido¡±, dijo con un gesto de escepticismo y de profunda desconfianza y, como si ya hubiera hecho su juicio sobre lo que le va a suceder a Colombia, dej¨® caer su ultim¨¢tum al con...
El escritor y premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa ha dicho a manera de sentencia que los colombianos votamos mal porque elegimos a un exguerrillero del M-19 como nuevo presidente del pa¨ªs. ¡°Si act¨²a en la legalidad, bienvenido¡±, dijo con un gesto de escepticismo y de profunda desconfianza y, como si ya hubiera hecho su juicio sobre lo que le va a suceder a Colombia, dej¨® caer su ultim¨¢tum al concluir que la elecci¨®n de un exguerrillero en la presidencia pon¨ªa en peligro la legalidad que por a?os ha tenido Colombia. ¡°Hay una legalidad que se ha mantenido todos estos a?os a pesar de que la guerrilla representaba otra cosa¡±, remat¨® en su diatriba.
El veredicto que hace el Nobel sobre Colombia puede sonar bien en Madrid, frente a sus ¨¢ulicos, pero no en Bogot¨¢. Aqu¨ª su dictamen resulta ligero, injusto e irrespetuoso para con los 11 millones de colombianos que ejercieron su derecho al voto. Su dictamen parte del estigma y de la descalificaci¨®n moral y convierte a los colombianos que votaron por Gustavo Petro en seres sospechosos, que no son de fiar.
Vargas Llosa se equivoca de cabo a rabo en su lectura sobre el proceso pol¨ªtico que vive Colombia. Duque, el presidente que ¨¦l tanto admira, nos deja un pa¨ªs sumido en una crisis institucional de inmensas proporciones. Bajo su gobierno, los clanes pol¨ªticos que funcionan como mafias vivieron a sus anchas y se adue?aron de los ¨®rganos de control. Retrocedimos en casi todo: se increment¨® de nuevo la pobreza, volvimos a estar en el rango de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo, se deforest¨® la selva y se le puso freno a la implementaci¨®n de la paz. La esperanza de cambio que se hab¨ªa desatado en todas las regiones afectadas por la guerra, luego del acuerdo de paz nunca fue atendida y Duque se dedic¨® a gobernar para los suyos y a viajar por el mundo, promocionando logros que los colombianos nunca vimos.
No votamos mal. Votamos por el cambio que Duque repres¨®. No fue un acto suicida, como insin¨²a Vargas Llosa, sino una aspiraci¨®n leg¨ªtima, propia de las democracias que se van modernizando.
Ning¨²n pa¨ªs vota mal, cuando se expresa en las urnas. Y menos cuando vota por un cambio y elige ese camino de manera consciente y libre.
Vargas Llosa descalifica a Gustavo Petro por haber sido guerrillero y, antes de que comience a gobernar, nos vaticina lo peor. Sin embargo, en Colombia las cosas no son tan tajantes. Petro dej¨® las armas hace m¨¢s de 30 a?os, cuando la guerrilla del M-19 hizo un acuerdo de paz con el Gobierno de ese entonces. Desarmados, formaron parte de la Asamblea Constituyente que redact¨® una nueva constituci¨®n que rige hasta hoy. Desde entonces han sido grandes defensores de la legalidad, no su amenaza. Exguerrilleros del M-19 han llegado a ser alcaldes, gobernadores, ministros e importantes intelectuales. Algunos de ellos han militado incluso en las toldas del uribismo, pero la mayor¨ªa ha invertido su capital pol¨ªtico en la construcci¨®n de una izquierda democr¨¢tica que cort¨® su v¨ªnculo con la guerrilla y que se opone a la lucha armada. Pese a estos avances, la izquierda estuvo excluida del poder durante d¨¦cadas enteras y solo se convirti¨® en una opci¨®n real luego de que las Farc desarm¨® su ej¨¦rcito en el 2016.
El triunfo de Petro es tambi¨¦n un portazo a la lucha armada y a todo lo que signific¨® en Colombia. Las guerrillas prosperaron en el pa¨ªs porque muchos l¨ªderes progresistas que intentaron llegar al poder fueron asesinados. Con la elecci¨®n de Petro, se acab¨® esa conjura y la pol¨ªtica se democratiz¨®.
Vargas Llosa teme por el estado de derecho en Colombia y dice que ve a la ¡°legalidad¡± amenazada, pero desconoce su verdadera naturaleza. Nuestra legalidad ha sido perversa porque durante la guerra aprendi¨® a vivir con un pie en la ilegalidad. Eso lo acaba de decir el informe de la Comisi¨®n de la Verdad cuando afirma que el conflicto en Colombia no se dio entre dos bandos armados, sino que fue todo un entramado en el que participaron muchos sectores de la sociedad, legales e ilegales.
Vargas Llosa es un escritor y ensayista que ha cautivado al mundo. Sin embargo, cuando se mete en la pol¨ªtica casi nunca acierta.
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