Patricia Ariza: ¡°La guerra nos ha hecho perder la autoestima¡±
La dramaturga y nueva ministra de Cultura se compromete a promover un nuevo relato nacional para la reconciliaci¨®n y pol¨ªticas descentralizadas que lleven el arte a las zonas m¨¢s alejadas
Si la pol¨ªtica tiene algo de teatro, Patricia Ariza ¨Dla nueva ministra de cultura designada por el presidente electo Gustavo Petro¨D ser¨¢ su mejor actriz. Dramaturga y directora de teatro, Ariza tiene un recorrido excepcional en el mundo del arte: fue cofundadora del Teatro de la Candelaria, directora de la Corporaci¨®n Colombiana de Teatro, y m¨¢s recientemente fundadora del Festival Mujeres en Escena por la Paz. Ha trabajado con movimientos independientes de artistas y tambi¨¦n con las comunidades m¨¢s marginadas del pa¨ªs. Pero adem¨¢s ha sido militante de izquierda toda su vida, primero en las juventudes comunistas y luego en el partido Uni¨®n Patri¨®tica, cuyos militantes fueron asesinados por el estado y grupos paramilitares. Ariza daba clases de teatro hace 30 a?os con chaleco antibalas pero nunca dej¨® de participar en la pol¨ªtica.
¡°Nunca he pensado en salirme de la pol¨ªtica y nunca he pensado salirme del arte¡±, dice a EL PA?S desde su casa en el barrio colonial del centro de la capital, La Candelaria. ¡°Yo soy m¨¢s que todo una activista cultural con un pensamiento pol¨ªtico, soy una artivista¡±. Nunca ha estado en un cargo p¨²blico y apenas comienza su proceso de empalme, pero llega con una idea clara de lo que quisiera hacer en el ministerio: transformar el imaginario que los colombianos tienen sobre la guerra. ¡°Hay una parte de la sociedad que lee el pa¨ªs en clave de guerra y de violencia¡±, dice Ariza. ¡°Eso hay que transformarlo, porque el pa¨ªs es de todos, ellos tambi¨¦n son parte de este pa¨ªs. Entonces tienen que reaprender y tenemos que leer el pa¨ªs de otra manera. Y en esa lectura, los artistas podemos ayudar mucho a transformar el imaginario. El arte cohesiona la sociedad alrededor de una pel¨ªcula, o alrededor de una canci¨®n, o alrededor de un concierto¡±.
Pregunta. ?Por qu¨¦ dejar el teatro para saltar al gobierno? ?Qu¨¦ la convenci¨®?
Respuesta. Me convenci¨® el momento hist¨®rico que est¨¢ viviendo Colombia, porque yo creo es un momento muy especial, es decir, o es ahora o ahora, es necesario cambiar el rumbo del pa¨ªs, un pa¨ªs con niveles tan altos de pobreza, de miseria, de desigualdad y de violencia. Ser artista es un privilegio porque uno de alguna manera ejerce la libertad de creaci¨®n, pero tambi¨¦n es una responsabilidad. Entonces en mi ha depositado esa responsabilidad el presidente, pero tambi¨¦n mucha otra gente, la gente de la cultura, tambi¨¦n de la bancada de El Pacto Hist¨®rico. Por eso acept¨¦, acept¨¦ porque pienso que era necesario. No dejo de ser artista, soy poeta y mis obras en el teatro La Candelaria siguen montadas. Obviamente no voy a tener la misma intensidad que en el trabajo art¨ªstico, porque el Ministerio exige trabajo de tiempo completo.
P. Usted es sobreviviente del genocidio de la Uni¨®n Patri¨®tica (UP) y su nombramiento fue visto como una reivindicaci¨®n este partido que fue tan perseguido. ?Lo lee tambi¨¦n as¨ª?
R. S¨ª, claro. Yo soy sobreviviente de la UP e inclusive con el triunfo de Petro se me produjeron unos sentimientos encontrados. Estaba feliz y lloraba al mismo tiempo, porque tambi¨¦n es como que ese triunfo se lo debemos a todos los vivos que hemos estado en la campa?a, pero tambi¨¦n a los que murieron por conseguirlo. Este es un triunfo con memoria. No podemos abandonar la memoria y decir ¡®pasemos la p¨¢gina y entremos a la ¨¦poca del olvido¡¯. Lo que pasa es que esta es una memoria sin venganza. Es una memoria que va por el di¨¢logo, por la unidad de la naci¨®n. Pero los compa?eros asesinados est¨¢n en mi coraz¨®n.
P. ?Qu¨¦ visi¨®n quisiera traer al Ministerio de Cultura?
R. Yo creo que el cambio social tambi¨¦n es un cambio cultural, porque la cultura tiene que ver con los modos de ser, de hacer, de pensar de las personas. Mi visi¨®n tiene que ver con el cambio, por supuesto. En Colombia necesitamos desengatillar el imaginario, cambiar el imaginario de la guerra por un imaginario de paz. Esa es una tarea, ojal¨¢, no de tan largo plazo. ?Para qu¨¦? Para que podamos ser, como dice el presidente, una potencia de la vida. Defender la vida le corresponde a todos los ministerios, pero al de la cultura le corresponde trabajar mucho desde la sensibilidad social.
Tambi¨¦n hacer un reconocimiento a los artistas, a los creadores olvidados, muchas veces de las regiones, y mirar c¨®mo esas personas se pueden vincular, por ejemplo, a la ense?anza. Que maravilla ser¨ªa que una cantadora de bullerengue sea maestra en la escuela de su pueblo. Esa es una manera de que no se pierdan estas tradiciones. Pero no solo el bullerengue, tambi¨¦n el grupo de teatro que hay all¨¢, las culturas vivas, el escritor del municipio. ?C¨®mo reconocerlos? Debemos descentralizar la cultura, aunque eso no significa dejar de hacer las cosas que se hacen en las grandes ciudades. Y vamos a ver la posibilidad, por supuesto, de alg¨²n incremento presupuestal, pero sobre todo es la nueva mirada de la cultura, que la cultura sea un reconocimiento al pa¨ªs y al relato de naci¨®n tambi¨¦n.
P. Hace una semana la Comisi¨®n de la Verdad habl¨® de que Colombia debe dejar de vivir en una cultura de guerra, que los colombianos han perdido la empat¨ªa. ?Qu¨¦ papel puede jugar ah¨ª el arte?
R. Yo creo que el arte es determinante. Por ejemplo, una paz que no se pinte, que no se cante, que no se relate, se demora. El arte entra a otros lugares distintos de donde entran los otros discursos, donde entra la ciencia, por ejemplo. El arte entra a la sensibilidad de la gente y puede ayudar enormemente a transformar el imaginario. Y por otro lado, es muy importante escuchar la voz de los artistas. Los artistas en Colombia han indagado en la realidad, uno podr¨ªa contar la historia de Colombia con obras de teatro, por ejemplo, La Casa Grande del grupo Matacandelas, y sin falsa modestia, Guadalupe A?os Sin Cuenta del Teatro La Candelaria. O el cine nos ha ayudado mucho, o la literatura como con Cien A?os de Soledad. Aqu¨ª estamos acostumbrados a escuchar la voz de los medios de comunicaci¨®n, la voz de los dirigentes tradicionales de la pol¨ªtica, y muy pocos escuchan la voz de los artistas. Muy pocos escuchan de qu¨¦ nos est¨¢ hablando el arte en Colombia. Colombia necesita un nuevo relato de naci¨®n.
P. Justo la semana pasada fue muy clara la oposici¨®n de unos sectores de la derecha al relato de naci¨®n que ofrece la Comisi¨®n de la Verdad, no hay un relato nacional sobre la guerra.
R. Todos los pa¨ªses tienen unas epopeyas compartidas, un relato de naci¨®n con el cual se identifica todo el mundo. En Colombia tenemos relatos fragmentados, fragmentados por el odio y por la violencia. Esto afecta nuestra identidad, es dif¨ªcil mirarnos identitariamente de cuerpo entero, es como si nos mir¨¢ramos en un espejo roto. Entonces darle un espacio muy grande al relato, eso es de una importancia extraordinaria. Yo creo que el gran relato de Colombia, el relato nacional, puede ser la paz.
P. Sobre el cuidado del patrimonio cultural, ?qu¨¦ opina del derrumbe de estatuas durante las protestas del a?o pasado?
R. El estallido social del paro, fue un estallido, y en un estallido sucede de todo. No puedes decir ¡®no rayes las paredes porque est¨¢ prohibido¡¯ sin entender en qu¨¦ contexto se produce eso. ?Eso de qu¨¦ nos habla? Que necesitamos otros s¨ªmbolos. ?D¨®nde est¨¢n las estatuas de las mujeres? Usted mira la estatuaria bogotana y casi todos son hombres. ?D¨®nde est¨¢n los ind¨ªgenas o los l¨ªderes afro? Solamente hay un tipo de estatuas, blancas, de los conquistadores. Eso ofende a la cultura de todas estas personas. A m¨ª me ofende tambi¨¦n. Quiero otras estatuas en Colombia, otros patrimonios. Me encantar¨ªa ver en alguna parte de la ciudad una estatua de una ind¨ªgena ember¨¢. Las vemos en la calles, abandonadas, a veces descalzas, con un fr¨ªo espantoso, y creo que deber¨ªamos hacerles una estatua. No s¨®lo una estatua, por supuesto, en primer lugar, unos programas sociales. Pero tambi¨¦n una estatua, porque tambi¨¦n el universo simb¨®lico es muy importante, es una demostraci¨®n de afecto, de aprecio.
P. ?En qu¨¦ se puede diferenciar la cultura administrada por un gobierno de izquierda frente a las anteriores?
R. Desde la institucionalidad se han hecho cosas interesantes, por supuesto, pero no lo que el pa¨ªs necesita en su totalidad, porque hay una desigualdad muy grande. El n¨²mero de personas que aguantan hambre todos los d¨ªas es alt¨ªsimo, y eso no puede ser ajeno a la cultura ni al arte. La cultura ha llegado a unos lugares y no puede dejar de llegar a esos lugares. No es que vamos a quitar la cultura de ac¨¢ y vamos a llevarla all¨¢. Hay es que expandirla. Entonces hay que llegar a los lugares olvidados, abandonados, a los municipios m¨¢s apartados y principalmente a los lugares que han sido v¨ªctimas de la guerra y de la violencia. Hay que llegar con arte. De la cultura tambi¨¦n depende de la no estigmatizaci¨®n, construir una cultura contra la homofobia, contra el machismo, contra la violencia contra las mujeres, una cultura contra el racismo. Ahora, con la presencia de nuestra vicepresidenta ha salido lo mejor de los colombianos, porque hemos entendido lo que ella representa de manera tan vital. Pero tambi¨¦n ha salido lo peor, porque han salido voces racistas, excluyentes. Eso tambi¨¦n hay que erradicarlo y no erradicarlo a bala. Hay que erradicarlo a punta de canciones, de grafitis. Queremos involucrar mucho a los j¨®venes y a las j¨®venes, porque en ellos hay una potencia cultural extraordinaria.
P. ?Darle un empuje al arte popular?
R. Claro, pero el arte popular ya est¨¢ ah¨ª, lo que hay que hacer sobre todo es reconocerlo. Lo primero que hay que hacer es reconocer, decirle al maestro de flauta por all¨¢ en Sucre, que lo que ¨¦l hace es muy importante, que lo necesitamos que nos lo ense?e a trav¨¦s de los ni?os en la escuela. Mire, muchas se?oras que cantan bullerengue muchas veces se mueren y no conocemos sus canciones. Colombia es una potencia, no solo de la vida, porque la vida no es solamente respirar, es una potencia en la cultura. Un pa¨ªs de diversidad cultural asombrosa pero la guerra nos ha hecho perder la autoestima.
P. ?Qu¨¦ opina de la econom¨ªa naranja del presidente Iv¨¢n Duque que buscaba fomentar la industria cultural?
R. Ese es un punto bastante ¨¢lgido. Las industrias culturales existen y el Estado tiene que entrar a regularlas, por supuesto. Pero lo que tiene que ver con el mercado, eso podr¨ªa estar en el Ministerio de Comercio. Lo problem¨¢tico ah¨ª es que se haya reducido la cultura de un pa¨ªs tan complejo como Colombia a una econom¨ªa, a un aspecto m¨¢s bien, a la econom¨ªa naranja. Eso puede ser un programa del ministerio, pero no puede ser todo el ministerio. Hay una cultura empresarial y eso tiene que ser apoyado, por supuesto. No se trata de decir que ahora no va a haber industrias culturales, de ninguna manera. Pero usted no puede reducir la cultura de Colombia, tan potente, a las industrias culturales. Eso tiene que tener un lugar, pero el lugar m¨¢s importante es c¨®mo convertirmos las expresiones culturales y art¨ªsticas en una potencia de Colombia. Que un profesor de marimba ense?e en un colegio y se le pague por eso, es una dignificaci¨®n, es una transmisi¨®n, y es incluso la posibilidad de que esa persona tenga una posibilidad de recibir un estipendio digno de su trabajo.
P. Si le entiendo bien, no quiere que la cultura este sujeta solo de las l¨®gicas del mercado
R. Claro. Si algo bueno sacamos de la pandemia es que desnud¨® el modelo neoliberal terrible que todo lo reduce al mercado. Ese modelo, que adem¨¢s es un modelo perverso, es un modelo que ha llevado a la humanidad a la posibilidad de su propia extinci¨®n, porque todo se entreg¨® a la voracidad del mercado. Y el concepto de cultura se redujo a bienes y servicios: cu¨¢nto vale lo que usted sabe, y usted qu¨¦ tiene para vender. Y eso no es la cultura, esa es una parte de la cultura. Pero la cultura tambi¨¦n tiene que ver con los valores, tiene que ver con la vida, tiene que ver con los anhelos, con las utop¨ªas, con las tradiciones, con lo que queremos y tambi¨¦n lo que repudiamos.
P. ?Se ha recuperado el sector cultural de la pandemia?
R. Creo que hay gente que se ha recuperado y que se ha enriquecido, como los bancos. La recuperaci¨®n es desde donde se mire. Si aqu¨ª hay m¨¢s de 20 millones de personas que aguantan hambre, ?d¨®nde est¨¢ la recuperaci¨®n? La recuperaci¨®n no se puede medir solo en t¨¦rminos t¨¦cnicos de cuanto dinero se est¨¢ moviendo en este momento. Los bancos est¨¢n moviendo much¨ªsimo dinero. ?Pero cu¨¢nto dinero se est¨¢ moviendo para mitigar la desigualdad en Colombia?
P. ?Pero se han reactivado los artistas?
R. He visto m¨¢s bien unos actos de valor asombrosos, gente que sobrevivi¨®. Muchos grupos de teatro cerraron, para siempre. Algunas salas independientes se perdieron porque el teatro fue tal vez una de las artes m¨¢s golpeadas, porque tuvimos que tenerlas cerradas durante m¨¢s de un a?o. Ha habido algunos gestos de reactivaci¨®n, pero son unas cosas absolutamente m¨ªnimas. Yo valoro los actos de hero¨ªsmo de la gente que, a pesar de la pandemia, sigue manteniendo sus obras, su repertorio, sus canciones.
P. Usted es feminista y Petro ha sido criticado por el movimiento feminista en varios momentos. ?C¨®mo ve su rol en temas de g¨¦nero dentro del gobierno?
R. Bueno, a m¨ª lo primero que me dijo el presidente era que ten¨ªamos que pensar en la perspectiva de g¨¦nero en todas las pol¨ªticas de cultura. En el equipo del empalme, en cultura, m¨¢s de la mitad somos mujeres. En la lista que se hizo en la campa?a electoral [al Congreso], el Pacto Hist¨®rico fue el ¨²nico partido que hizo una lista cremallera [que pone mujeres y hombres intercalados]. Por supuesto, el machismo existe en todas partes, es decir, esa es una pandemia. Estamos en la ¨¦poca de la devoluci¨®n del patriarcado y pol¨ªticas de la equidad pueden ayudar mucho a eso. Para eso estoy yo ah¨ª. Yo soy feminista y eso tiene que entrar al Ministerio, que haya una perspectiva de g¨¦nero. Vamos a averiguar, por ejemplo, cu¨¢ntos premios se han ganado los hombres, cu¨¢ntos premios las mujeres, o c¨®mo hacer unas convocatorias especiales para las mujeres. No porque las mujeres seamos especiales, sino porque siempre hemos estado abajo en una situaci¨®n de desigualdad.
P. La pol¨ªtica es, entre muchas cosas, est¨¦tica e imaginaci¨®n, como el teatro. ?Se siente subiendo a un nuevo escenario?
R. S¨ª, claro. Tengo mucha tensi¨®n, pero tambi¨¦n tengo la satisfacci¨®n de que le he dedicado mi vida a pensar la cultura. Al mismo tiempo que he sido una artista de dedicaci¨®n sistem¨¢tica, tambi¨¦n he estado en la pol¨ªtica y en el activismo, sobre todo por la paz. Este es un momento hist¨®rico, entonces si yo tengo que sacrificar algunas cosas de mi pr¨¢ctica personal art¨ªstica, lo har¨¦ para facilitar que muchos otros y muchas otras lo puedan hacer de mejor manera de la que me ha tocado a m¨ª. Yo pertenezco a una generaci¨®n que le toc¨® abrirse paso de manera muy dura para poder crear, para poder tener una sala, para hacer un movimiento. Queremos que eso sea mejor para la gente, para los j¨®venes y para las j¨®venes.
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