Dorina Hern¨¢ndez, la primera palenquera en el Congreso: ¡°El racismo en Colombia es solapado¡±
La representante a la C¨¢mara reconoce su lugar en el Capitolio como una reivindicaci¨®n a los pueblos negros y a las mujeres
Un turbante blanco sobresale en la parte delantera del sal¨®n el¨ªptico del Capitolio Nacional. Entre el ruido y el movimiento de congresistas que entran y salen del recinto, la mujer que lo lleva permanece sentada, revisa apuntes y escribe. Es Cha Dorina Hern¨¢ndez, la primera palenquera en el Congreso colombiano. De sus orejas cuelgan dos enormes aretes dorados con la forma del mapa de ?frica y de su cuello una bufanda que se saca con af¨¢n cuando se pone de pie. ¡°Me quito esta ...
Un turbante blanco sobresale en la parte delantera del sal¨®n el¨ªptico del Capitolio Nacional. Entre el ruido y el movimiento de congresistas que entran y salen del recinto, la mujer que lo lleva permanece sentada, revisa apuntes y escribe. Es Cha Dorina Hern¨¢ndez, la primera palenquera en el Congreso colombiano. De sus orejas cuelgan dos enormes aretes dorados con la forma del mapa de ?frica y de su cuello una bufanda que se saca con af¨¢n cuando se pone de pie. ¡°Me quito esta cachacada¡±, dice con gracia haciendo referencia a la prenda que usa para protegerse del fr¨ªo de Bogot¨¢, tan lejos de su pueblo San Basilio de Palenque, caliente y de cielo azul.
Dorina antepone a su nombre la palabra Cha, que significa autoridad, y se presenta en la lengua nativa de su pueblo, el palenquero. ¡°Soy la primera palenquera en llegar al Congreso. Aqu¨ª estoy, despu¨¦s de siglos de que nuestros abuelos y abuelas, descendientes africanos, hicieron de mi pueblo el primer pueblo libre de Am¨¦rica¡±, dice tambi¨¦n en espa?ol. Naci¨® hace 56 a?os en Chambac¨², Cartagena, pero sus ra¨ªces y su vida est¨¢n en Palenque, el pedacito de ?frica en Colombia, el pueblo afrocolombiano de casi 3.500 habitantes que conserva la herencia de los cimarrones que se rebelaron contra la esclavitud de la ¨¦poca colonial.
¡°Por primera vez podemos llegar a un espacio de poder. Esto constituye un ejercicio de justicia y reparaci¨®n hist¨®rica para nuestros pueblos, para las mujeres, para los afro, para todos los que siempre hemos sido excluidos¡±, dice. Su nombre encabez¨® la lista a la C¨¢mara del departamento de Bol¨ªvar por el Pacto Hist¨®rico. 85.000 votos le permitieron romper con el bipartidismo liberal y conservador de la regi¨®n y asegurarse una curul que hace parte de la bancada de Gobierno, con el que ella cree que, por fin, Colombia se asoma a un camino donde ¡°no se menosprecie la identidad¡±.
Dorina Hern¨¢ndez creci¨® en el mismo movimiento que Francia M¨¢rquez. Ambas son reconocidas l¨ªderes en el Proceso de Comunidades Negras (PCN). Una por el Cauca y la otra por Bol¨ªvar. Ambas han dedicado su vida a la reivindicaci¨®n de sus ra¨ªces y ambas hacen historia ahora, aunque tocar el poder, dice ella, est¨¦ avivando el racismo. ¡°El racismo en este pa¨ªs es solapado, pero se destapa cuando nos ven ocupar lugares en los que nunca nos hab¨ªan visto. Es ¡®normal¡¯ que seamos obreros, trabajadoras del servicio, pero no funcionarios p¨²blicos¡±, reclama. ¡°Cuando Francia era precandidata no dec¨ªan nada, pero cuando la ven como vicepresidenta sale todo el racismo, lo hemos visto estos meses¡±.
Ella ya lo ha vivido. Hace 20 a?os, cuando fue nombrada directora de cultura de su departamento, casi no se puede posesionar por trabas administrativas. ¡°Luego me enter¨¦ de que algunos funcionarios dec¨ªan que c¨®mo iban a llenar la Gobernaci¨®n de negros y palenqueros¡±. Cuando ocup¨® ese cargo ya era licenciada en Administraci¨®n Educativa y estaba en camino de un doctorado, tambi¨¦n en educaci¨®n. Se ha dedicado a ense?ar la lengua palenquera, y ha escrito varios libros sobre esa cultura. Su liderazgo fue clave para que Palenque fuera declarado patrimonio por la Unesco en 2005.
En el Congreso dice que trabajar¨¢ para dignificar las condiciones de vida de las poblaciones afro y poner en agenda la econom¨ªa popular, de la que hacen parte las palenqueras. ¡°Ha habido una desatenci¨®n total hacia las necesidades de estas mujeres. No hay apoyo de ning¨²n tipo. Ni hacia ellas, ni hacia los artistas de la calle, los m¨²sicos, los champeteros, que no tienen un respaldo institucional que les permita competir en el monstruoso mercado de la ciudad. Necesitamos elevar con leyes esas formas productivas de la econom¨ªa popular¡±, dice.
Su pap¨¢ era boxeador, ¡°el Jab Hern¨¢ndez, de la ¨¦poca de Rodrigo ¡®Rocky¡¯ Valdez, antes de Pambel¨¦¡±, dice, y su mam¨¢ era vendedora en el mercado antiguo de Getseman¨ª, en Cartagena, ¡°era una palenquera, una matrona¡±, apunta orgullosa. Cuando era ni?a la acompa?aba a vender yuca y pl¨¢tano en la esquina donde ahora es el centro de convenciones de la ciudad. ¡°Venimos de esas comunidades donde siempre se ha pensado en maneras de salir adelante y de resolver la vida de forma colectiva. Todos [esos trabajos] est¨¢n ligados a nuestra cultura y queremos protegerlos para que el pa¨ªs sea m¨¢s equitativo, que ponga a funcionar [el Estado] al servicio del patrimonio, del pueblo¡±. Dice que en t¨¦rminos de leyes, su presencia en el Congreso buscar¨¢ ¡°revertir ese embudo que ven¨ªa legislando para la parte m¨¢s angosta de este pa¨ªs para empezar a hacerlo para la parte m¨¢s ancha¡±.
Cha Dorina habla de Chambac¨², el barrio en el que naci¨® y que fue desaparecido, para recordar el racismo en Cartagena. ¡°Fuimos desterrados de la ciudad porque ¡®afe¨¢bamos¡¯ el centro hist¨®rico¡±. Chambac¨² no exist¨ªa para los cartageneros desde antes de que sus habitantes fueran reubicados. Era un lugar pobre, a un costado de las murallas, por donde el turismo no pasaba, y tampoco lo hac¨ªa el gobierno local. ¡°Siempre han querido cambiar nuestra identidad, ocultar lo que somos. Sigue pasando ahora¡±. Cuenta el caso de un joven negro de 23 a?os al que un hotel de la ciudad tuvo que pedirle disculpas p¨²blicas en mayo pasado por haberlo discriminado en una entrevista de trabajo por su pelo afro. ¡°Fue gracias a una tutela que reconocieron que se hab¨ªan equivocado, pero hay muchos casos as¨ª en Cartagena porque siguen creyendo que los negros estamos llamados de manera connatural a ser obreros y no conciben tenernos en otros espacios¡±.
¡°El racismo en Colombia es estructural, es una pr¨¢ctica viviente. Parece que no pudi¨¦ramos ocupar los lugares que toda la ciudadan¨ªa ha ocupado, sino que tenemos que seguir siendo obreros de la alcurnia colombiana¡±, repite antes sentarse de nuevo en su puesto, donde m¨¢s tarde pedir¨¢ la palabra para apoyar el uso del t¨¦rmino ¡°personas menstruantes¡± en un debate en la C¨¢mara sobre derechos menstruales. Tambi¨¦n es feminista. ¡°No solo se trata de ver qui¨¦nes han estado hist¨®ricamente en el poder, sino de ver en funci¨®n de qu¨¦ han estado. Y la respuesta es que han estado en funci¨®n de perpetuar el patriarcado¡±, dice.
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