Luis Gilberto Murillo: ¡°La relaci¨®n con Estados Unidos es tan s¨®lida que super¨® los intentos de ideologizarla¡±
El pr¨®ximo embajador en Washington debe encaminar la nueva era en las relaciones bilaterales en el gobierno de Gustavo Petro
Luis Gilberto Murillo (Andagoya, Choc¨®, 55 a?os) se prepara para radicarse en Washington una vez m¨¢s, como ya lo hizo hace largos a?os cuando tuvo que salir de Colombia despu¨¦s de ser v¨ªctima de un secuestro. La inusual biograf¨ªa del pr¨®ximo embajador en Estados Unidos del gobierno de Gustavo Petro lo ha llevado a vivir tambi¨¦n por periodos en Rusia, donde estudi¨® becado. Viv¨ªa en la capital estadounidense hasta enero, cuando decidi¨® lanzarse a la larga carrera presidencial y acab¨® como f¨®rmula de Sergio Fajardo en la coalici¨®n de centro. De cara a la segunda vuelta, Murillo, que tambi¨¦n fue ministro de Ambiente entre 2016 y 2018, volc¨® su apoyo al hoy presidente electo, el primer mandatario de izquierdas en la historia del pa¨ªs.
Cuando anunci¨® su adhesi¨®n, Murillo destac¨® la necesidad de encaminar esfuerzos para cuidar el ambiente, atender las regiones olvidadas de Colombia y cumplir el acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC. Tambi¨¦n le motiv¨® el ¡°enorme significado hist¨®rico¡± de llevar a la Vicepresidencia a Francia M¨¢rquez, como ¨¦l, una l¨ªder afrocolombiana de la regi¨®n del Pac¨ªfico. Aceptar el cargo de embajador viene para Murillo con un costo personal, pues ten¨ªa doble nacionalidad y debi¨® renunciar a la estadounidense. ¡°Un sacrificio m¨ªnimo¡± a cambio de contribuir al cambio que atraviesa Colombia, dice a EL PA?S en esta entrevista en un hotel de Bogot¨¢.
Pregunta. En campa?a, usted coincidi¨® con Francia M¨¢rquez en que a Colombia le falta mucho para ser un pa¨ªs incluyente. El pr¨®ximo gobierno ha anunciado tambi¨¦n designaciones de ind¨ªgenas en altos cargos del Estado. ?Colombia es un pa¨ªs un poco menos racista despu¨¦s de las elecciones del 19 de junio?
Respuesta. El pa¨ªs est¨¢ cambiando. Es un avance que aparezcan caras nuevas que interpretan a la Colombia profunda, negra, afrodescendiente, ind¨ªgena, campesina. Figuras que no hab¨ªan estado en estos cargos de autoridad y de poder. Pero todav¨ªa falta mucho. Eso tiene que estar relacionado con reformas de fondo, con que las condiciones de vida de la gente en sus territorios realmente cambien. Hay tambi¨¦n una dimensi¨®n que es muy cultural, se requiere mucha educaci¨®n para que se entienda que la diversidad, tanto ¨¦tnico racial como natural, no es un problema sino una fortaleza.
P. Usted ha contado que se suele vestir de corbata para evitar que lo detenga la polic¨ªa y otros episodios de discriminaci¨®n. Se refer¨ªa a Colombia, ?esas situaciones tambi¨¦n las ha vivido en Estados Unidos?
R. En Estados Unidos la discriminaci¨®n racial y el racismo es un tanto distinto, y depende mucho de la ciudad. Por ejemplo, en Washington no tengo que hacer eso porque la gente est¨¢ acostumbrada a ver afroamericanos y afroamericanas en todos los escenarios de la vida p¨²blica. Usted va a ciertos sectores en Bogot¨¢ donde no ve figuras afrodescendientes, y todav¨ªa lo ven con sorpresa en este pa¨ªs de clubes exclusivos; en Washington, no. Cali est¨¢ cambiando, la gente se est¨¢ acostumbrando m¨¢s a ver afrodescendientes en este tipo de escenarios, pero todav¨ªa falta mucho en Bogot¨¢, Cartagena y en otras ciudades. Es un proceso que va a tomar tiempo.
P. Acaban de reunirse con una delegaci¨®n de alto nivel de EE UU, en preparaci¨®n de la toma de posesi¨®n de Petro el pr¨®ximo 7 de agosto. ?Colombia ya logr¨® cerrar con la Administraci¨®n de Joe Biden las heridas abiertas durante el Gobierno de Iv¨¢n Duque en la relaci¨®n bilateral?
R. En el pasado hubo intentos de ideologizar una relaci¨®n hist¨®rica y de Estado entre Colombia y Estados Unidos, de lado y lado. Eso tuvo su m¨¢xima expresi¨®n con alguna incomodidad que gener¨® la participaci¨®n de voces colombianas en el debate electoral en Estados Unidos. La relaci¨®n es tan s¨®lida que super¨® esa turbulencia. Los nexos son tan s¨®lidos que, aunque haya diferencias y obst¨¢culos, casi siempre existe la suficiente solidez para superarlos.
P. Despu¨¦s de las reuniones se habl¨® de cambio clim¨¢tico, paz y migraci¨®n como prioridades. ?Esos ser¨¢n los pilares de la nueva agenda bilateral?
R. La directriz que dio el presidente electo, Gustavo Petro, en una charla larga con ¨¦l, es que si bien esta es una relaci¨®n de Estado y estrat¨¦gica, tiene la oportunidad de ser replanteada en este momento. Cada gobierno tiene sus ¨¦nfasis. Una primera prioridad tiene que ver con cambio clim¨¢tico, transici¨®n energ¨¦tica y transici¨®n socioecol¨®gica. Ah¨ª hay enormes oportunidades para un liderazgo regional y global de Colombia en asuntos de biodiversidad, lucha contra la deforestaci¨®n e incorporaci¨®n de comunidades.
P. Tambi¨¦n conversaron sobre otros temas...
R. Una segunda prioridad tiene que ver con la paz en sus diferentes expresiones, que algunos le llaman la paz completa, que es obviamente implementar con mayor decisi¨®n, sentido de urgencia y con mucha participaci¨®n de las comunidades el acuerdo de paz que se firm¨® con las FARC. Pero adicionalmente a eso, la posibilidad de reabrir las negociaciones con el ELN. Y hay algunas propuestas desde el Legislativo de un cambio en la pol¨ªtica de sometimiento para que la justicia pueda avanzar en el sometimiento colectivo de grupos que est¨¢n en la criminalidad. Y hay un bloque de desaf¨ªos globales que tiene que ver con migraci¨®n y con inclusi¨®n. Estos son los temas que se pusieron sobre la mesa en los primeros acercamientos al m¨¢s alto nivel. Aqu¨ª se inicia un di¨¢logo con el gobierno de los Estados Unidos para poder establecer esas prioridades. Tambi¨¦n est¨¢ lo relacionado con la necesidad de replantear la pol¨ªtica antinarc¨®ticos y revisar el Tratado de Libre Comercio.
P. ?Cu¨¢l es la mirada de Washington sobre la pol¨ªtica de acogida y flexibilidad migratoria ante el ¨¦xodo venezolano que Bogot¨¢ ha mantenido? Colombia ha pedido con insistencia m¨¢s cooperaci¨®n internacional.
R. Creo que vamos a seguir esa l¨ªnea porque es evidente. Las cifras as¨ª lo dicen. Cuando usted compara cu¨¢nta ayuda se ha canalizado a migrantes sirios o incluso ucranianos, y lo compara con el flujo de recursos para migrantes venezolanos la diferencia es ampl¨ªsima. Se necesita cerrar esa brecha para que esta poblaci¨®n pueda estar en buenas condiciones aqu¨ª. Tenemos objetivos comunes para que realmente pueda tener garant¨ªas. Pero de fondo tambi¨¦n est¨¢ c¨®mo el nuevo gobierno puede contribuir a una soluci¨®n negociada, pac¨ªfica, para una salida democr¨¢tica en Venezuela.
P. ?C¨®mo recibe Estados Unidos que Colombia reabra su frontera con Venezuela y se encamine a normalizar relaciones con el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro?
R. Es una decisi¨®n que toma el nuevo gobierno dentro de su fuero, de su soberan¨ªa. El mensaje que hemos recibido del gobierno de Estados Unidos es que obviamente respeta las decisiones soberanas del pa¨ªs.
P. El acuerdo de paz de Colombia es el ¨²nico con un cap¨ªtulo ¨¦tnico. ?Implementarlo ser¨¢ una prioridad?
R. S¨ª, se trat¨® tambi¨¦n en esa conversaci¨®n, tanto por parte del presidente electo como de la vicepresidenta Francia M¨¢rquez. El cap¨ªtulo, que es novedoso, es de los componentes m¨¢s retrasados de la implementaci¨®n del acuerdo de paz. Hay propuestas bien interesantes. Una de ellas es que casi todos los componentes y cap¨ªtulos tienen un una especie de acompa?ante internacional, que ayuda, pone recursos, garantiza que avance con m¨¢s rapidez, le da visibilidad. El ¨²nico que no lo tiene es el cap¨ªtulo ¨¦tnico. Bueno, ya hay una voluntad del nuevo gobierno, y tambi¨¦n del gobierno de los Estados Unidos, que ha sido muy receptivo, a que sean ellos quienes asuman ese acompa?amiento. Ojal¨¢ otros gobiernos se animen tambi¨¦n para poder avanzar r¨¢pidamente, nivelar el grado de implementaci¨®n del cap¨ªtulo ¨¦tnico.
P. ?El acuerdo de paz habr¨ªa resistido estos cuatro a?os sin el decidido apoyo de la comunidad internacional?
R. Realmente fue definitivo, la comunidad internacional jug¨® un papel determinante en que se mantuviesen al menos ciertos niveles de implementaci¨®n. Sabemos que fue un acuerdo que no le gust¨® al gobierno saliente, y eso tuvo un impacto muy negativo en la celeridad y el sentido de urgencia de la implementaci¨®n en las regiones. Hay una relaci¨®n muy estrecha entre la implementaci¨®n, circuitos de construcci¨®n de paz y seguridad en las regiones. Y hoy la situaci¨®n de seguridad es cr¨ªtica en la otra Colombia, la Colombia profunda.
P. ?Estados Unidos apoya la b¨²squeda de la ¡°paz total¡± que se propone el pr¨®ximo Gobierno?
R. Este primer acercamiento del m¨¢s alto nivel fue muy positivo, hay mucho inter¨¦s en acompa?ar al pa¨ªs en este nuevo momento de cambio. Se entiende que tiene que avanzar hacia realmente lograr la paz, porque Colombia juega un papel muy importante en la regi¨®n. Va a ser central no solamente en lo ambiental, en lo econ¨®mico, en lo social, sino tambi¨¦n en poder liderar circuitos de bienestar en toda la regi¨®n. Para eso se requiere que se avance en una agenda de paz, de paz completa. Percibimos un gobierno de Estados Unidos muy receptivo a lo que se viene. Obviamente este fue un primer acercamiento, ya vendr¨¢n otros di¨¢logos.
P. El ELN todav¨ªa es considerado una organizaci¨®n terrorista por Estados Unidos, ?eso podr¨ªa ser un obst¨¢culo en una negociaci¨®n?
R. Son temas que hay que revisar. Ya hay experiencias similares, ah¨ª est¨¢ de la negociaci¨®n que se dio con las FARC.
P. ?La figura de la extradici¨®n ha sido parte de esas conversaciones?
R. Es un mecanismo que ha venido funcionando. Hay distintas interpretaciones, algunos lo eval¨²an de distinta manera. El gobierno colombiano tiene mucho margen de maniobra en la aplicaci¨®n de la extradici¨®n y ha sido uno de los elementos de cooperaci¨®n judicial m¨¢s importantes en la relaci¨®n. Puede ser parte del di¨¢logo hacia futuro, pero no ha sido un tema prioritario a tratar en este acercamiento inicial.
P. La guerra contra las drogas ha fracasado. ?Estados Unidos es receptivo a abrir la conversaci¨®n en torno a la despenalizaci¨®n?
R. Hay una discusi¨®n global, en la que est¨¢ Colombia, que se orienta a la despenalizaci¨®n. Pero esas discusiones en el marco de la relaci¨®n entre Colombia y Estados Unidos tienen una din¨¢mica distinta. Del lado de Estados Unidos inclusive hay un informe muy interesante del a?o 2020 de una comisi¨®n bipartidista del Congreso que lleg¨® a la conclusi¨®n de que la pol¨ªtica antinarc¨®ticos en la manera en que se ha implementado no ha funcionado, que requiere ajustes de fondo. Ah¨ª hay una coincidencia con el nuevo gobierno en que hay que revisar cu¨¢les son esos ajustes.
P. ?La coincidencia de gobiernos progresistas en Colombia, Bolivia y Per¨², los principales productores de hoja de coca, puede impulsar un cambio en las pol¨ªticas prohibicionistas?
R. Yo creo que se va a dar un di¨¢logo bastante din¨¢mico, de pronto con nuevos ¨¦nfasis. Hay que estar muy atentos a ese di¨¢logo que va a iniciar la regi¨®n, all¨ª Colombia tiene un papel muy importante que jugar.
P. Para ser embajador en EE UU tuvo que renunciar a la nacionalidad estadounidense. ?Cu¨¢l fue la reflexi¨®n que lo llev¨® a aceptar el cargo?
R. Estados Unidos nos acogi¨® cuando tuvimos que salir del pa¨ªs porque fui v¨ªctima de un secuestro con fines pol¨ªticos. Pudimos estar tranquilos, seguros y avanzar en ese pa¨ªs, estabilizar nuestras vidas. Nos sentimos como familia muy orgullosos de haber transitado ese camino. Fue una decisi¨®n familiar muy dif¨ªcil. Nos tom¨® mucho tiempo, y el presidente muy generosamente esper¨®. Lo que nos llev¨® a aceptar fue el hecho de que el pa¨ªs est¨¢ atravesando por un momento de cambio muy interesante, de mayor inclusi¨®n de las poblaciones de la Colombia profunda, tanto en las ciudades como en el campo, y requiere de que todos podamos contribuir. Hay mucha gente que le est¨¢ contribuyendo al pa¨ªs desde condiciones mucho m¨¢s adversas. Tambi¨¦n nos conmovi¨® mucho, para la segunda vuelta, la amplia participaci¨®n de comunidades afrodescendientes que usted ve¨ªa en las canoas, casi arriesgando sus vidas para ir a votar y expresar all¨ª su poder en democracia. Yo lo vi, yo estaba en la regi¨®n. Esa reflexi¨®n nos llev¨® a decir: tenemos que hacerlo, es un sacrificio m¨ªnimo comparado con el sacrificio que hace una gran mayor¨ªa de colombianos y colombianas.
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