Colombia exporta la f¨®rmula para despenalizar el aborto

La despenalizaci¨®n del aborto avanza en Am¨¦rica Latina. Esta semana, m¨¢s de 70 activistas de la regi¨®n se reunieron en Bogot¨¢ para compartir y crear estrategias para seguir conquistando derechos. Movimientos feministas en pa¨ªses como Argentina, Colombia y M¨¦xico han despejado el camino para que las mujeres puedan acceder a la interrupci¨®n del embarazo; sin embargo, la lucha continua para sus compa?eras de pa¨ªses como El Salvador o Rep¨²blica Dominicana, ...

La despenalizaci¨®n del aborto avanza en Am¨¦rica Latina. Esta semana, m¨¢s de 70 activistas de la regi¨®n se reunieron en Bogot¨¢ para compartir y crear estrategias para seguir conquistando derechos. Movimientos feministas en pa¨ªses como Argentina, Colombia y M¨¦xico han despejado el camino para que las mujeres puedan acceder a la interrupci¨®n del embarazo; sin embargo, la lucha continua para sus compa?eras de pa¨ªses como El Salvador o Rep¨²blica Dominicana, donde el aborto est¨¢ penalizado con c¨¢rcel, o para las de Brasil, donde ya no sienten suficiente que el acceso al aborto sea legal en causales espec¨ªficas. Los obst¨¢culos para tener un aborto seguro y a tiempo siguen suponiendo un reto para la regi¨®n.

Las l¨ªderes y activistas reunidas en Bogot¨¢ coinciden, despu¨¦s de dos d¨ªas de compartir sus experiencias, que se van a sus pa¨ªses llenas de nuevas ideas y con mucha fuerza para seguir luchando. Una de las inspiraciones para continuar es el movimiento Causa Justa, que estuvo detr¨¢s de la demanda ante la Corte Constitucional por la que el pasado 21 de febrero el tribunal pronunci¨® un fallo hist¨®rico, la sentencia C-055, que despenaliz¨® el aborto hasta semana 24, convirtiendo a Colombia en un ejemplo y referente en la materia, por tener una de las regulaciones m¨¢s progresistas en la regi¨®n y el mundo.

A pesar de que en el papel las normas las protegen, en la pr¨¢ctica las mujeres se siguen tropezando con barreras que les impiden ejercer sus derechos. Es por eso que Ana Cristina Gonz¨¢lez, feminista y activista del movimiento Causa Justa, afirma que ahora est¨¢ en manos del Gobierno de Gustavo Petro marcar una hoja de ruta para que todos los centros de salud cumplan con la sentencia y practiquen abortos sin excusas ni preguntas.

¡°Conf¨ªo en la promesa de campa?a hecha por Francia [M¨¢rquez] y Petro. Entendemos que ser¨¢ un tema para los primeros 100 d¨ªas del Gobierno¡±, asegura Gonz¨¢lez, que reconoce que queda mucho camino por delante.

La sentencia colombiana ha marcado el camino para las mujeres de El Salvador, en cuyas c¨¢rceles se hacinan cientos de mujeres inocentes, acusadas de homicidio por haber un sufrido un accidente obst¨¦trico o haber abortado. La activista Sara Garc¨ªa, de 31 a?os, hace parte de la Agrupaci¨®n Ciudadana para la Despenalizaci¨®n del Aborto en el Salvador. Afirma que su pa¨ªs y Colombia comparten una historia de d¨¦cadas de conflicto armado que, explica, han sido devastadoras para los derechos de las mujeres. ¡°El cambio de paradigma que proponen las compa?eras de Causa Justa es totalmente revolucionario¡±, afirma.

¡°Se puede cambiar la forma de tratar el aborto. Ahora vamos a hablar desde los derechos humanos, y creo que ese cambio de paradigma que sugieren las compa?eras para sacarlo del C¨®digo Penal y dejar de tener una mirada de criminalizaci¨®n de la mujer conecta un mont¨®n con la realidad de El Salvador¡±, dice Garc¨ªa.

Con Garc¨ªa coincide la lideresa de Rep¨²blica Dominicana, Sergia Galv¨¢n (67 a?os), que lleva cuatro d¨¦cadas luchando por los derechos de las mujeres. Galv¨¢n representa a la Coalici¨®n por la Vida, una organizaci¨®n que pelea para que en el pa¨ªs caribe?o se apruebe al menos una ley de despenalizaci¨®n condicional: actualmente, el aborto est¨¢ completamente prohibido bajo cualquier circunstancia.

Para Galv¨¢n, cuando un pa¨ªs avanza en una causa, ayuda a que avancen los otros pa¨ªses. Pero cuando uno retrocede tambi¨¦n tiene un impacto. ¡°Lo que ha pasado en Colombia tiene un impacto en Rep¨²blica Dominicana porque nos da mayores herramientas de argumentaci¨®n¡±, explica.

La activista quiere importar las estrategias de movilizaci¨®n que se utilizaron en Colombia, porque considera que parte del ¨¦xito fue generar di¨¢logos con evidencias y herramientas de comunicaci¨®n desde las calles.

Algo parecido piensa Morena Salvador Arqueta, presidenta de la Agrupaci¨®n Ciudadana por la Despenalizaci¨®n del Aborto y parte de la Organizaci¨®n Centroamericana La Sombrilla.

Argueta fue guerrillera en El Salvador y dej¨® las armas para luchar por los derechos humanos de las mujeres, con las palabras y no con un arma debajo del brazo. ¡°La salida del aborto en el C¨®digo Penal es una propuesta audaz porque pone sobre la mesa la discusi¨®n sobre lo que las mujeres somos en la sociedad. Nuestras libertades y derechos¡±, asegura Salvador.

En Brasil, aunque el aborto est¨¢ aceptado en tres causales, el Gobierno de derechas de Jair Bolsonaro ha puesto trabas a las mujeres a la hora de ejercer su derecho. La abogada y activista Gabriela Rond¨®n, de 31 a?os, es codirectora del Instituto de Bio¨¦tica en Brasil y lleg¨® a Colombia a aprender y compartir su experiencia con sus compa?eras. A Rond¨®n le emociona lo que pas¨® en Colombia porque en su pa¨ªs tienen un caso en la Corte Suprema desde 2017 en el que se pide la despenalizaci¨®n del aborto hasta la semana 12 y espera que el caso colombiano ejerza una influencia positiva.

¡°Discutir el aborto en t¨¦rminos de derechos fundamentales y por ende pedir que se saque del C¨®digo Penal es cambio de mirada revolucionario¡±, afirma Rond¨®n.

Esos casos de Rep¨²blica Dominicana, El Salvador o Brasil muestran lo novedoso de la experiencia colombiana. Lo clave, seg¨²n Gonz¨¢lez, fue promover acciones colectivas que ayudaron a fomentar una mirada cr¨ªtica a algo que parec¨ªa ser normal: usar el derecho penal para regular un servicio de salud como el aborto. Eso recordando que tiene un costo alto para las mujeres que pierden la libertad y sus familias, y es poco eficaz pues el aborto como fen¨®meno no se reduce.

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