Los migrantes que cruzan el Dari¨¦n necesitan asistencia humanitaria urgente
Cerca de 69.000 ciudadanos venezolanos han cruzado la frontera selv¨¢tica de Colombia y Panam¨¢ entre enero y agosto de este a?o, un n¨²mero 60 veces mayor al del a?o pasado
Una mujer haitiana de 37 a?os yac¨ªa sobre una mesa de madera del lado paname?o del Tap¨®n del Dari¨¦n, una peligrosa selva en la frontera con Colombia. Su hijo de tres a?os temblaba a su lado. Un grupo de m¨¦dicos cubanos, que tambi¨¦n estaban cruzando la frontera, la ayudaron a dar a luz con insumos m¨¦dicos improvisados, mientras que fiscales y agentes de la patrulla fronteriza observaban desde lejos. No hab¨ªa int¨¦rpretes de franc¨¦s, por lo que una de mis colegas de Human Rights Watch se ofreci¨® a ayudar.
Luego de atravesar a pie el Tap¨®n del Dari¨¦n durante d¨ªas, la mujer hab¨ªa llegado a la comunidad ind¨ªgena de Cana¨¢n Membrillo, donde las personas que cruzan la frontera se encuentran por primera vez con autoridades de migraci¨®n paname?as. Su vida corr¨ªa peligro. Los m¨¦dicos tuvieron que usar el el¨¢stico de las mascarillas contra el Covid-19 para cortar el cord¨®n umbilical. La mujer sobrevivi¨®, pero los m¨¦dicos le informaron que el feto estaba sin vida desde hac¨ªa d¨ªas. Ante la insistencia de los m¨¦dicos, los agentes de la patrulla fronteriza la trasladaron al hospital m¨¢s cercano, un viaje de cinco horas en canoa, en medio de la noche.
Ella fue una de las m¨¢s de 100.000 personas que cruzaron el Tap¨®n del Dari¨¦n entre enero y agosto de este a?o, la cifra m¨¢s alta jam¨¢s registrada en esos meses. Cuando visitamos esta frontera en mayo, pudimos ver a cientos de personas, incluidos ni?os, ni?as y mujeres embarazadas, que necesitaban atenci¨®n m¨¦dica. Tras caminar varios d¨ªas, muchos llegan deshidratados, con heridas, picaduras graves de mosquitos y tobillos hinchados. Muchas personas son atacadas por criminales, quienes los roban, amenazan y, en decenas de casos, abusan sexualmente.
Sin embargo, al momento de nuestra visita, no hab¨ªa m¨¦dicos estatales para atender a estas personas a su llegada a Panam¨¢. Los agentes de la patrulla fronteriza paname?a, conocida como Senafront, le ped¨ªan ayuda a otros migrantes con formaci¨®n m¨¦dica, en su mayor¨ªa cubanos. En Cana¨¢n Membrillo hay un puesto de salud p¨²blico que se reacondicion¨® recientemente. Sin embargo, no contaba con personal ni insumos m¨¦dicos.
Despu¨¦s de cruzar la frontera, la patrulla fronteriza lleva a las personas a San Vicente, un centro de detenci¨®n del que no pueden salir salvo cuando las autoridades los trasladan hacia la frontera con Costa Rica. En San Vicente, reciben atenci¨®n m¨¦dica de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) y de la Cruz Roja Paname?a, pero estas organizaciones no dan abasto con semejante desaf¨ªo. Entre abril de 2021 y mayo de 2022, MSF brind¨® asistencia m¨¦dica y psicol¨®gica a 417 personas que hab¨ªan sido abusadas sexualmente en el Tap¨®n del Dari¨¦n.
Cuando visitamos San Vicente, nos encontramos con carpas sucias y condiciones precarias. Las personas dorm¨ªan en el suelo. Los ba?os se encontraban en condiciones insalubres y no estaban correctamente separados por sexo. La capacidad de evaluar a las personas para determinar si reun¨ªan los requisitos para asilo era muy limitada.
Desde San Vicente, las autoridades paname?as env¨ªan a los migrantes en autobuses en direcci¨®n norte, al centro de recepci¨®n de Planes de Gualaca, que se encuentra en la frontera con Costa Rica. All¨ª duermen en colchones sucios dentro de caba?as de madera deterioradas y sin electricidad. No reciben atenci¨®n m¨¦dica y, durante nuestra visita, tampoco vimos funcionarios gubernamentales que evaluaran a solicitantes de asilo.
Luego de la visita al Dari¨¦n, planteamos nuestra preocupaci¨®n a las autoridades en Ciudad de Panam¨¢, incluyendo a la viceministra de salud, por la falta de atenci¨®n m¨¦dica. Poco despu¨¦s, el Ministerio de Salud envi¨® a Cana¨¢n Membrillo a un m¨¦dico, un enfermero y un t¨¦cnico de enfermer¨ªa, tal como lo ven¨ªa solicitando desde hac¨ªa tiempo la Defensor¨ªa del Pueblo.
No cabe duda de que esto representa un paso en la direcci¨®n correcta que ser¨¢ de ayuda para muchas personas. Sin embargo, es apenas uno de muchos pasos que deben dar las autoridades colombianas y paname?as y otros gobiernos de la regi¨®n, incluido el de Joe Biden en los Estados Unidos.
Varios pa¨ªses de la regi¨®n, incluyendo M¨¦xico, han impuesto recientemente requisitos de visados que han causado un marcado incremento en el n¨²mero de personas venezolanas y de otras nacionalidades que cruzan el Tap¨®n del Dari¨¦n. Debido a estas restricciones, estos migrantes no pueden viajar al norte en avi¨®n y ven al Dari¨¦n como la ¨²nica opci¨®n para intentar buscar asilo en los Estados Unidos. Algunos gobiernos habr¨ªan impuesto estas nuevas restricciones en respuesta a presiones por parte de Estados Unidos.
Cerca de 69.000 ciudadanos venezolanos han cruzado el Tap¨®n entre enero y agosto de este a?o, un n¨²mero 60 veces mayor al del a?o pasado. Superaron a los cubanos y haitianos y se posicionaron como la principal nacionalidad que intenta cruzar esta peligrosa selva.
Los gobiernos de la regi¨®n deben revertir urgentemente las medidas que impiden el acceso efectivo al asilo y obligan a las personas a utilizar caminos peligrosos en los cuales se exponen a graves abusos.
Pero mientras ello ocurre, las autoridades paname?as deben hacer m¨¢s para que los migrantes y las comunidades que los reciben obtengan asistencia adecuada, incluyendo atenci¨®n m¨¦dica.
Las autoridades de Panam¨¢ deben asegurar que el nuevo equipo m¨¦dico que se envi¨® a la zona, y que solo trabaja de lunes a viernes, ampl¨ªe la cobertura que brinda y cuente con medicamentos e insumos suficientes para prestar atenci¨®n en salud de calidad a migrantes y a la poblaci¨®n local. Tambi¨¦n deber¨ªan trabajar con MSF, la Cruz Roja Paname?a y otras organizaciones no gubernamentales para que estas puedan ampliar su cobertura y trabajar en Cana¨¢n Membrillo. La atenci¨®n m¨¦dica oportuna, sobre todo para quienes hayan sufrido abuso sexual, es fundamental para proteger la vida y la salud de estas personas.
Tambi¨¦n es importante que el gobierno paname?o mejore las condiciones en los centros de San Vicente y Planes de Gualaca. Para ello debe tener en cuenta las recomendaciones de las organizaciones humanitarias que trabajan en la zona, mejorar las instalaciones y brindar asistencia permanente por parte de m¨¦dicos, funcionarios que atiendan solicitudes de asilo y organismos que velen por los derechos de ni?os, ni?as y adolescentes.
Tristemente, decenas de miles de migrantes hoy usan el Tap¨®n del Dari¨¦n para huir de las crisis de derechos humanos en Am¨¦rica Latina. Merecen que exista una manera segura, ordenada y digna de buscar protecci¨®n internacional.
*Juan Pappier es investigador s¨¦nior de la Divisi¨®n de las Am¨¦ricas de Human Rights Watch.
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