El corredor del jaguar: la apuesta para asegurar la supervivencia del mayor felino de Am¨¦rica
Firmantes de paz en Colombia, campesinos, organizaciones ambientales y el Estado se suman para proteger 100 mil hect¨¢reas en el Guaviare
La captura de 10 hombres por tr¨¢fico de animales salvajes en C¨®rdoba, en la costa caribe colombiana, y una iniciativa de conservaci¨®n en el departamento del Guaviare, en la Amazon¨ªa, tienen como denominador com¨²n la protecci¨®n del jaguar. El futuro del mayor depredador de Am¨¦rica Latina, que las autoridades ambientales han advertido que es vulnerable a la extinci¨®n, depende de proteger un pasillo ecol¨®gico que va del norte de M¨¦xico al sur de Argentina. Se trata de lo que varias organizaciones y comunidades campesinas denominan el corredor del jaguar.
Con manchas en la piel y mand¨ªbula tan fuerte como el caparaz¨®n de una tortuga, el ¡°guardi¨¢n del conocimiento¡± para los ind¨ªgenas arhuacos vive en un territorio de m¨¢s de seis millones de kil¨®metros cuadrados de 18 pa¨ªses. La bi¨®loga e investigadora de la fundaci¨®n Panthera Colombia, Diana Stasiukynas, explica que la supervivencia del animal depende de su capacidad de moverse: cada Kotokwa, como lo llama el pueblo ind¨ªgena U¡¯wa, necesita m¨ªnimo 100 kil¨®metros cuadrados para sobrevivir.
Colombia, como pa¨ªs que conecta Centro y Sudam¨¦rica y as¨ª asegura que el corredor se mantenga, es fundamental en el futuro del felino, como lo refleja la novela Jaguar, del periodista Santiago Wills. En los ¨²ltimos 30 a?os su poblaci¨®n en el pa¨ªs ha ca¨ªdo en alrededor de un 25% hasta llegar a unos 20.000 o 25.000 animales, seg¨²n el arque¨®logo Carlos Casta?o Uribe. La ca¨ªda se debe a la p¨¦rdida de su h¨¢bitat natural, como ocurre en otros Estados de la regi¨®n como M¨¦xico, donde hay unos 4.00 jaguares. Desde los proyectos de agricultura o de miner¨ªa hasta la tala comercial de ¨¢rboles o la ganader¨ªa extensiva, la deforestaci¨®n ha transformado muchas de las zonas frecuentadas por el animal, lo que lo lleva a cazar en ¨¢reas por fuera de sus corredores originales, atacando por ejemplo a vacas de ganader¨ªa. Ang¨¦lica Paola D¨ªaz, investigadora del programa de Evaluaci¨®n y Monitoreo del Instituto Humboldt, explica que eso produce una retaliaci¨®n de los campesinos o finqueros, que a su vez cazan a los felinos, sum¨¢ndose a quienes los matan por sus pieles o colmillos.
Para reducir ese impacto en la biodiversidad, el Ministerio de Ambiente encabeza un proyecto que busca consolidar un corredor desde la Sierra de la Macarena hasta la Zona de Reserva Forestal Serran¨ªa de La Lindosa, llamado corredor del jaguar, en el departamento amaz¨®nico del Guaviare. La iniciativa hace parte del proyecto Amazonia Sostenible Para la Paz, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente. En ¨¦l participan tambi¨¦n la organizaci¨®n ambientalista mundial World Wildlife Fund (WWF), la Cooperativa multiactiva de j¨®venes del Guaviare (Comguaviare), la cooperativa de firmantes de paz Campoguaviare y comunidades campesinas de las organizaciones Fantas¨ªas de Cerro Azul. Todos ellos trabajan para que 100.000 hect¨¢reas mantengan las condiciones ideales para la existencia del jaguar.
Entre sus primeros objetivos est¨¢ confirmar la presencia de m¨¢s de treinta jaguares adultos y con capacidad reproductiva en la zona, como un m¨ªnimo para asegurar que la especie se mantenga. Tambi¨¦n est¨¢ garantizar que el territorio ofrezca las condiciones ideales para que sobrevivan, as¨ª como reducir el conflicto con humanos y la cacer¨ªa por retaliaci¨®n. Para eso han instalado cercas el¨¦ctricas que protejan al ganado de ataques de jaguares.
Con la ayuda de un equipo t¨¦cnico y la plataforma Wildlife Insights, una aplicaci¨®n que identifica las im¨¢genes de la fauna silvestre y administra la informaci¨®n recogida, han logrado establecido que en la zona hay 12 especies animales que suelen ser presas del jaguar, lo que les asegura su alimentaci¨®n natural. Las 55 c¨¢maras instaladas, tambi¨¦n reconocieron la presencia de otros felinos en el corredor: el puma (Puma concolor), el jaguarund¨ª (Herpailurus yagouaroundi), el tigrillo (Leopardus pardalis). Eso refuerza la importancia del corredor del jaguar propuesto, porque ayudar¨ªa a una diversidad todav¨ªa mayor.
Tambi¨¦n han empezado a desarrollar actividades de ecoturismo que giran alrededor del avistamiento de jaguares. Lo hacen con grupos de monitoreo conformados por personas de la comunidad, como manera de asegurar ingresos y a la vez darle mayor relevancia social a la protecci¨®n del corredor.
Ese proyecto se alimenta de otros, como Conexi¨®n Jaguar, de la empresa de transmisi¨®n energ¨¦tica ISA. El programa naci¨® a finales del 2016 y brinda apoyo t¨¦cnico y financiero a las iniciativas forestales que buscan vender bonos de carbono certificados. Se trata de una alternativa creada para dar ingresos estables a las comunidades que conservan los ecosistemas. La vicepresidenta de relaciones interinstitucionales de ISA, Juliana Suso, le cuenta a EL PA?S que ya han apoyado a nueve proyectos forestales. Suman un potencial de reducci¨®n de m¨¢s de 6 millones de toneladas de di¨®xido de carbono, la recuperaci¨®n de 2.600 hect¨¢reas degradadas por ganader¨ªa y la protecci¨®n de al menos 200 jaguares.
La empresa tambi¨¦n ha sido parte de programas como el Plan Jaguar Arhuaco, una apuesta para proteger el ecosistema de la Sierra Nevada. Hacerlo en una zona diferente del pa¨ªs recuerda que el felino tiene presencia tradicional en casi todo el territorio, y que estos esfuerzos puntuales eventualmente requieren interconexiones para proteger todo el h¨¢bitat. En la Sierra Nevada m¨¢s de 420 ind¨ªgenas se unieron para desarrollar un plan de trabajo que asegura la circulaci¨®n del jaguar, al que consideran una manifestaci¨®n de lo sagrado, as¨ª como su conexi¨®n con la regi¨®n circundante.
Esa relaci¨®n con otras ¨¢reas es fundamental porque todo el trabajo alrededor del jaguar tiene objetivos que van m¨¢s all¨¢ de proteger y conservar al depredador. Sin esos felinos, se corre el riesgo de ¡°perder servicios ecosist¨¦micos irremplazables como lo es el agua¡±, cuenta Diana Stasiukynas. Eso porque ellos hacen parte de procesos complejos que logran la purificaci¨®n del aire o la conservaci¨®n de los suelos. La meta del proyecto en el Guaviare, es consolidar los programas de protecci¨®n de los jaguares y sus h¨¢bitats sumando diferentes actores interesados, e incluyendo, de forma crucial, a las comunidades locales.
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