La corrupci¨®n elevada a pol¨ªtica de Estado en Guatemala
El ataque insustancial y desmedido contra Iv¨¢n Vel¨¢zquez ha logrado un efecto contrario e inesperado para la alianza gobernante que ven¨ªa cumpliendo su misi¨®n de persecuci¨®n a operadores de justicia nacionales
Guatemala vive un contraataque feroz de los corruptos afectados por las investigaciones de la Comisi¨®n Internacional contra la Corrupci¨®n (CICIG) respalda por Naciones Unidas (ONU) y liderada por el jurista colombiano Iv¨¢n Vel¨¢zquez. Acompa?ado de un equipo de especialistas extranjeros y guatemaltecos, el jurista colombiano devel¨® al menos un centenar de redes mafiosas de pol¨ªticos, empresarios, narcotraficantes, militares y funcionarios saqueadoras del erario guatemalteco.
Esa acci¨®n in¨¦dita en un pa¨ªs donde la justicia nunca toc¨® la puerta de los sectores poderosos origin¨® una fusi¨®n de elites legales e ilegales conocida en el pa¨ªs como ¡°pacto de corruptos¡±, el cual retom¨® y ha concentrado todo el poder del Estado desde la salida de CICIG. El fin de esta amalgama de intereses espurios es borrar los avances y huellas de la experiencia anticorrupci¨®n liderada por la CICG, la cual muri¨® a causa de su ¨¦xito. Por un lado, persiguiendo a los operadores de justicia que presentaron las causas contra las redes criminales, envi¨¢ndolos a prisi¨®n o al exilio. Por otro lado, eliminando los procesos judiciales en contra de los miembros de esas redes mediante la manipulaci¨®n vulgar de los principios m¨¢s elementales del derecho. Adicionalmente han implantado una narrativa que presenta a los corruptos como v¨ªctimas y los reivindica, mientras sataniza a quienes descubrieron sus fechor¨ªas.
En ese af¨¢n se inscribe la reciente acusaci¨®n planteada por la fiscal¨ªa guatemalteca contra los ex funcionarios de CICIG, incluido el actual ministro de Defensa de Colombia. La acusaci¨®n es por haber firmado un convenio de colaboraci¨®n con los personeros de Odebrecht, instrumento rutinario en la persecuci¨®n de grandes casos de corrupci¨®n. El caso Odebrecht, el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de mayor impacto en la historia de Am¨¦rica Latina, alcanz¨® a funcionarios, pol¨ªticos y empresario de 12 pa¨ªses de la regi¨®n. Los convenios de colaboraci¨®n fueron los instrumentos legales que permitieron investigar, acusar y sentenciar por primera vez a las manzanas podridas de las ¨¦lites latinoamericanas, en un continente tristemente conocido por su historia caudillista y por sus brechas socioecon¨®micas.
El convenio firmado por la CICIG buscaba conocer detalles sobre la entrega de un soborno por 18 millones de d¨®lares y un resarcimiento de igual monto para el pa¨ªs. Con esta acusaci¨®n pretenden inculpar a los investigadores del desfalco que signific¨® un contrato por la construcci¨®n de una carretera que no fue concluida y por lo cual el Gobierno de turno nunca accion¨® legalmente pese al evidente desfalco. En cambio, si avanzan en desvanecer los procesos judiciales contra los dos pol¨ªticos implicados en este caso como receptores del millonario soborno, uno de los cuales ya recobr¨® su libertad mientras el otro hace alarde de su inocencia.
Los corruptos viven a sus anchas en Guatemala, est¨¢n empoderados, y ahora la alianza en el poder busca legitimar la corrupci¨®n y blindarse ante cualquier ataque o denuncia que afecte sus intereses, cerrando o cooptando todos los espacios institucionales y ciudadanos. Los tres poderes del Estado y pr¨¢cticamente toda la institucionalidad responde a los dictados y la agenda de negocios del ¡°pacto de corruptos¡±.
La alianza gobernante, que incluye a todo el aparato de justicia sometido a sus ¨®rdenes, est¨¢ acostumbrada a fabricar casos contra los operadores de justicia independientes sin sufrir ning¨²n costo a lo interno del pa¨ªs dada la cooptaci¨®n de toda la institucionalidad. Por esa raz¨®n subestim¨® el efecto que provocar¨ªa la acusaci¨®n contra Vel¨¢zquez, quien dicho sea de paso, tambi¨¦n sufri¨® fuertes ataques de sus enemigos en Colombia que hac¨ªan gobierno cuando se desempe?¨® como comisionado de CICIG en Guatemala.
Los p¨¦ndulos de poder han cambiado en ambos pa¨ªses, la derecha colombiana en la oposici¨®n y los corruptos guatemaltecos al mando del Estado centroamericano. No extra?a entonces que la acusaci¨®n contra Vel¨¢zquez haya sido tan celebrada por la oposici¨®n andina, y casi al un¨ªsono, pidan la separaci¨®n del ministro de la cartera, dando por legitimas las acusaciones provenientes de sus pares ideol¨®gicos en Guatemala.
La tensi¨®n entre ambos Gobiernos afectar¨¢ sin duda la buena relaci¨®n comercial y la inversi¨®n en cada uno de los pa¨ªses. Colombia es el pa¨ªs latinoamericano con mayor inversi¨®n directa en la ¨²ltima d¨¦cada en Guatemala, mientras los empresarios guatemaltecos ven al pa¨ªs andino como una puerta de entrada al cono sur aumentando sus inversiones.
La corrupci¨®n una vez m¨¢s se convierte en un obst¨¢culo para el desarrollo econ¨®mico, lo cual reduce las oportunidades y aumenta la desigualdad, estimulando fen¨®menos como la migraci¨®n irregular y forzada. La corrupci¨®n estimula y facilita tambi¨¦n la cooptaci¨®n de los Estados por redes criminales, creando espacios donde prolifera y desde donde opera el crimen transnacional. De esa manera, la corrupci¨®n en Guatemala resuena en otros pa¨ªses en forma de crisis migratoria o como una amenaza para la seguridad global.
El ataque insustancial y desmedido contra Vel¨¢zquez ha logrado un efecto contrario e inesperado para la alianza gobernante en Guatemala que ven¨ªa cumpliendo su misi¨®n de persecuci¨®n y ataques a operadores de justicia nacionales sin sufrir mayor costo dada la escasa atenci¨®n internacional sobre lo que ocurre en el pa¨ªs. La sombra de Vel¨¢zquez, que tantas horas de sue?o y pesadillas caus¨® a las mafias incrustadas en el Estado guatemalteco durante su desempe?o en CICIG, los vuelve a perseguir y golpear internacionalmente.
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