Uribe sale en defensa de Petro: ¡°En mi presencia, ning¨²n insulto al presidente de la Rep¨²blica¡±

Fueron enemigos encarnizados en el pasado, pero en el ¨²ltimo medio a?o no han parado de enviarse se?ales de reconciliaci¨®n. Este s¨¢bado se ha vivido un nuevo episodio. ?lvaro Uribe ha interrumpido en un acto de su partido a un hombre que acusaba de guerrillero a Gustavo Petro. ¡°En mi presencia, ning¨²n insulto al presidente de la Rep¨²blica. Todo lo que se quiera decir de oposici¨®n con argumentos, pero ning¨²n insulto¡±, ha dicho Uribe, en un momento que ha quedado registrado en v¨ªdeo y ha sido difundido por ¨¦l mismo en redes sociales.

El presidente de Colombia entre 2002 y 2010 ha razonado su postura: ¡°Nosotros tenemos un deber con este pa¨ªs y yo, a los 70 a?os, lo quiero cumplir¡±. El se?or que ha sido apercibido ha contestado con un lac¨®nico ¡°ok¡±. Petro y Uribe se han reunido tres veces desde que el primero gan¨® las elecciones, la ¨²ltima vez el 3 de febrero. En esa ocasi¨®n hablaron de las reformas que est¨¢ llevando a cabo el Gobierno de Petro, las de salud, la de las pensiones y la laboral. Uribe, despu¨¦s de esos encuentros, asegur¨® que har¨ªa una oposici¨®n razonable, y por el momento ha cumplido.

Cuando gan¨® por un estrecho margen a Rodolfo Hern¨¢ndez, Petro dijo que quer¨ªa formar un Gobierno de consenso que aplicara las reformas necesarias al pa¨ªs y trabajase por la paz, despu¨¦s de cuatro a?os en los que un delf¨ªn de Uribe, Iv¨¢n Duque, paralizara el trabajo que hab¨ªa hecho su predecesor, Juan Manuel Santos, que desmoviliz¨® a las FARC con un acuerdo hist¨®rico y sent¨® las bases para negociar con el ELN. El actual presidente lo ha apostado todo a negociar con el ELN y ampliar el foco para buscar lo que ¨¦l llama la paz total, es decir, que el mayor n¨²mero de grupos armados del pa¨ªs se comprometan a dejar las armas. En el equipo de negociaci¨®n con la guerrilla se encuentra Jos¨¦ F¨¦lix Lafaurie, muy cercano a Uribe. Cuando fue nombrado se interpret¨® como otro gesto m¨¢s de Petro hacia su mayor contendiente hist¨®rico.

Petro era consciente de que necesitaba a Uribe de su lado si quer¨ªa realizar una transformaci¨®n tan profunda del pa¨ªs. A los pocos d¨ªas de su victoria electoral, se sent¨® con ¨¦l y ambos acordaron no enfrentarse p¨²blicamente con insultos ni torpedear los proyectos del Gobierno. En esa reuni¨®n tambi¨¦n se habl¨® de Iv¨¢n Cepeda, senador y mano derecha de Petro, que ha librado una larga batalla judicial que tiene a Uribe imputado por un caso de compra de testigos. El asunto est¨¢ en manos de la justicia, pero a nadie se le escapa que cierta indulgencia desde la presidencia podr¨ªa beneficiar a Uribe.

Petro, como senador, fue uno de los grandes azotes del expresidente. El exguerrillero del M-19, un grupo urbano muy popular en los ochenta, acusaba al entonces presidente de tener tratos con el paramilitarismo. Petro tuvo que exiliarse en B¨¦lgica tras recibir amenazas. Uribe, tanto a Petro como a Cepeda, los ha tachado, como poco, de amigos de las guerrillas, pero todo eso parece haber quedado atr¨¢s. Hoy ha quedado claro que, en su presencia, nadie puede insultar a Petro.

El presidente entr¨® en la guerrilla de adolescente, pero nunca fue un verdadero hombre de armas. Particip¨® m¨¢s como activista y apoy¨® el proceso de paz de ese grupo armado que se desmoviliz¨® en 1990, dando paso a la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n, la m¨¢s progresista de la historia de Colombia.

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