Se nos olvid¨®
Se nos olvid¨® que para construir un pa¨ªs hay que escuchar, negociar, acordar y entre todos avanzar
Casi siete meses despu¨¦s del arranque del Gobierno de Gustavo Petro muchas cosas han cambiado en Colombia. No sabe uno si para bien o para mal, pero sin duda han cambiado. Por ejemplo, al anterior Gobierno le recriminaban cada vez que ocurr¨ªa una masacre o el asesinato de un l¨ªder social. Desde muy diversas orillas las voces se alzaban para clamar justicia y un cese a la violencia. Hoy eso ya no pasa, aunque las masacres siguen y ...
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Casi siete meses despu¨¦s del arranque del Gobierno de Gustavo Petro muchas cosas han cambiado en Colombia. No sabe uno si para bien o para mal, pero sin duda han cambiado. Por ejemplo, al anterior Gobierno le recriminaban cada vez que ocurr¨ªa una masacre o el asesinato de un l¨ªder social. Desde muy diversas orillas las voces se alzaban para clamar justicia y un cese a la violencia. Hoy eso ya no pasa, aunque las masacres siguen y los asesinatos selectivos siguen. ?Qu¨¦ pas¨®?
Lleg¨® Petro y se nos olvid¨®, tal vez a nombre de la llamada paz total, que hay regiones del pa¨ªs que exigen un control permanente por parte de las Fuerza Militares. Crece y crece el miedo y la angustia en los habitantes de los Montes de Mar¨ªa y el sur de Bol¨ªvar, donde poco a poco se vuelve a sentir la presi¨®n de las armas sobre los habitantes de esos territorios. La poblaci¨®n pide con urgencia reactivar la Mesa de Paz de esa regi¨®n del pa¨ªs para contener la oleada violenta, pero el Gobierno parece sordo ante este llamado.
Se nos olvid¨® el Caquet¨¢, tierra donde anida una de las disidencias de las FARC que amenaza a alcaldes y ciudadanos por igual. El Ej¨¦rcito en esas zonas del pa¨ªs permanece casi congelado, inm¨®vil, a pesar de la angustia que ya llev¨® a un alcalde a desplazarse y a los asesinatos que cada tanto hay que registrar en esa regi¨®n del pa¨ªs.
Se nos olvid¨® que no son las EPS sino los Gobiernos locales los que deben garantizar el funcionamiento y dotaci¨®n de los hospitales y centros de salud en zonas urbanas y rurales. Son Gobernaciones y alcaldes quienes deben poner la cara y responderle al pa¨ªs por el grav¨ªsimo atraso que tenemos en la red de atenci¨®n en salud.
Se nos olvid¨® que fue precisamente por cuenta de una Gobernaci¨®n, la de Alejandro Lyons en C¨®rdoba, que se dieron grav¨ªsimos desfalcos a los recursos de la salud a trav¨¦s de la figura de carteles de pacientes falsos que permit¨ªan cobros multimillonarios de tratamientos que nunca se daban, pero cuyos dineros se desviaban a los bolsillos de los pol¨ªticos.
Se nos olvid¨® alzar la voz m¨¢s y m¨¢s alto para condenar los nombramientos de amigos y pol¨ªticos en cargos diplom¨¢ticos. Se nos olvid¨®, aunque con anteriores Gobiernos esas cr¨ªticas eran implacables, ahora parece que si los hace el presidente Petro resultan aceptables. Nada m¨¢s falso. Todos se ven mal. Es un p¨¦simo reflejo de nuestro servicio exterior que parece creado para servir a los cercanos al presidente de turno y no a los colombianos en general.
Se nos olvid¨® que para construir un pa¨ªs hay que escuchar, negociar, acordar y entre todos avanzar. Y queda en evidencia que eso se nos olvid¨® cuando se conoce un documento realizado por cuatro brillantes ministros del gabinete Petro con serios reparos a la reforma a la salud y la reacci¨®n del presidente y su ministra de Salud es engavetar las necesarias reflexiones.
Se nos olvid¨® que a anteriores Gobiernos les ped¨ªamos di¨¢logo y consenso, pero este Gobierno est¨¢ haciendo exactamente lo mismo que los anteriores, es decir, lo que se le da la gana, sin pensar en recibir con respeto las ideas de los dem¨¢s.
Es triste que con el tiempo todo, todo se nos olvide.
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