Relato de un n¨¢ufrago
El presidente Gustavo Petro revela qui¨¦n es uno de los principales responsables de que la opini¨®n p¨²blica malinterprete su gesti¨®n
La opini¨®n p¨²blica diseccion¨® las respuestas del presidente Gustavo Petro a los periodistas de la revista Cambio. Y lo hizo, cortando aqu¨ª y all¨¢, para intentar revelar el estado de los tejidos que unen al presidente con su hijo Nicol¨¢s, quien pas¨® de ser la esperanza del progresismo en el Caribe al l¨¢nguido sobreviviente de su propio naufragio.
La fuerza de los reflectores, enfocados en las frases relativas a la vida familiar de los Petro, con sus falencias de crianza, hizo que descuid¨¢ramos una muy diciente l¨ªnea que se repite en la entrevista, y que se entiende mejor con ejemplos concretos.
Daniel Coronell y Federico G¨®mez preguntan sobre el abogado Pedro Ni?o, del que algunos sostienen, aprovechando su cercan¨ªa con el hermano del presidente y con el alto comisionado, Danilo Rueda, habr¨ªa tratado de ganar dinero busc¨¢ndoles cupo a criminales en la paz total. El presidente responde que ¡°el informe period¨ªstico termin¨® cambiando la historia¡± y que ¡°el relato period¨ªstico vincula incluso eso con unas visitas de Piedad C¨®rdoba, que eran a su hermano extraditable, y junta todo¡±.
Ahondando sobre la relaci¨®n de la primera dama, Ver¨®nica Alcocer, y quien fuera directora ef¨ªmera del ICBF, Concha Baracaldo, Petro sostiene que la prensa va ¡°hilando un relato con la intenci¨®n de, en cierta forma, desprestigiar al Gobierno¡±. Baracaldo, explica, aparece en sus vidas porque su hermano mayor era el cura de la Escuela Normal Departamental de Varones de Zipaquir¨¢, donde trabajaba el pap¨¢ del presidente. Y, molesto, se pregunta: ¡°?c¨®mo es que el relator period¨ªstico no liga eso con que yo me crie en Zipaquir¨¢?¡±.
Cuando se le plantea que la defenestrada ministra de Cultura, Patricia Ariza, piensa que siempre fue mal vista por la primera dama, y que ten¨ªa una afinidad con el viceministro Jorge Zorro, Petro exige: ¡°Entonces, pongan el relato como es, al derecho. El maestro Zorro trabaj¨® conmigo en Bogot¨¢ Humana. Muchos de mis funcionarios son de Bogot¨¢ Humana, porque adem¨¢s es lo l¨®gico, son gente con experiencia¡±.
La conversaci¨®n llega al punto de contemplar la posibilidad de que, como sucedi¨® en Argentina con los Kirchner, el marido presidente sea trampol¨ªn para su esposa. Petro asegura que no, porque ¡°eso no est¨¢ ni planificado, ni pensado, ni hablado; es un relato period¨ªstico¡±.
A prop¨®sito de Roy Barreras, presidente del Senado a quien los entrevistadores ven distante, el presidente reacciona con la misma munici¨®n: el supuesto rompimiento, dice, ¡°es un relato period¨ªstico¡±.
Avanza la charla hasta recordar otra entrevista en donde Cielo Rusinque, directora del Departamento Nacional de Prosperidad, reconoci¨® haber recibido en su despacho a Mario Fern¨¢ndez Alcocer ¡°porque ella entend¨ªa que era asesor de la primera dama¡±. Aunque se le advierte al presidente que el error sobre la relaci¨®n de Alcocer con su esposa es de Rusinque, y no de los periodistas, sentencia: ¡°es primo, pero eso lo pueden cambiar en el relato period¨ªstico¡±.
Se le sugiere que la gente considera una humillaci¨®n lo que pas¨® con m¨¢s de setenta polic¨ªas en Caquet¨¢, cuando fueron privados de la libertad e insultados por los campesinos, y de c¨®mo uno de ellos fue asesinado. Petro explica: ¡°ese es un conflicto social, en primer¨ªsimo lugar. Y, entonces, el relato period¨ªstico debe mostrar el contexto¡±.
M¨¢s adelante, los entrevistadores buscan establecer si un abogado cercano al presidente, H¨¦ctor Carvajal (art¨ªfice de los encuentros de Petro con ?lvaro Uribe V¨¦lez) ser¨ªa ternado para fiscal. ¡°Cuando llegue el momento ya hablamos¡±, responde. Los colegas de Cambio quieren saber si tiene sind¨¦resis ¡°que usted diga ¡®vamos a tener un fiscal independiente¡¯ y nombre a su abogado en la terna¡±. ¡°Ojo con H¨¦ctor Carvajal¡±, replica Petro, ¡°porque tambi¨¦n hay relatos period¨ªsticos¡±.
Se trae luego a colaci¨®n la ¨¦poca en que Petro ped¨ªa la renuncia de la entonces vicepresidenta Marta Luc¨ªa Ram¨ªrez, luego de haber pagado una fianza de su hermano, condenado por narcotr¨¢fico. ¡°Si la justicia llegase a determinar alguna relaci¨®n de su hermano con unos dineros del narcotr¨¢fico¡±, preguntan, ¡°?usted encontrar¨ªa sentido que pidieran ahora la suya?¡±. El presidente contraataca: ¡°El relato period¨ªstico que acabas de hacer tiene un peque?o desliz¡±.
Saltando entre relatos se llega al episodio del comunicado en que el presidente pidi¨® a la Fiscal¨ªa investigar a su hijo y a su hermano. De nuevo, ¡°relatismo¡±: ¡°Ciertos personajes de la oposici¨®n, sacando el relato que se ha creado sobre mi hijo, que tampoco tiene¡ entonces m¨¢s o menos hacen esta construcci¨®n: los dineros recibidos por ¨¦l son de narcotraficantes, la se?ora Day no dijo eso, y fueron a parar a la campa?a de Petro. Luego, Petro debe ser juzgado. ?Cierto? Es lo que han hecho, m¨¢s o menos es su relato, ?no?¡±.
Los entrevistadores, a quienes hace rato eso del ¡°relato¡± ya les resulta risible, piden al presidente un ¨¢pice de autocr¨ªtica para evaluar la forma descort¨¦s en que despach¨® a Patricia Ariza del ministerio de Cultura, sin siquiera dec¨ªrselo personalmente. ¡°Ah¨ª empez¨® otro relato period¨ªstico¡±, cuenta el presidente, ¡°porque coincidi¨® ese d¨ªa con una reuni¨®n con C¨¦sar Gaviria y otros presidentes¡±.
No hay que haber sido criado en medio de profundas lecturas paternas para concluir que, seg¨²n Gustavo Petro, no es el Gobierno quien comete errores: la culpa es del relato period¨ªstico, efectivo criminal que se agazapa en las redacciones para atentar contra el cambio que pregona el entrevistado por Cambio.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.