Margarita Rosa de Francisco: ¡°Tengo complejo de reina de belleza¡±
La actriz y escritora conversa con EL PA?S sobre su m¨¢s reciente libro ¡®Margarita va sola¡¯. Lo presenta este s¨¢bado en la FILBO
Margarita Rosa de Francisco (Cali, 57 a?os) ha sufrido de belleza. A los 19 a?os fue reina y pronto inici¨® una fulgurante carrera en la televisi¨®n colombiana. Es, quiz¨¢, la actriz m¨¢s reconocida del pa¨ªs gracias a los personajes protag¨®nicos que encarn¨® en numerosas telenovelas desde la d¨¦cada de los 80, que contin¨²an vivos en la memoria de los televidentes y apuntan a la inmortalidad. Sin embargo, tras su colosal ¨¦xito profesional se escond¨ªa una mujer infeliz e insegura: el velo de su belleza nublaba su ser. ¡°No pens¨¦ que hacerme mayor me producir¨ªa tanto alivio¡±, dice. Su belleza era una puerta, pero tambi¨¦n una cadena de la que ha logrado liberarse. Hace unos meses decidi¨® cerrar sus redes sociales, aunque tiene una cuenta an¨®nima en Twitter y conserva su perfil en TikTok, una red m¨¢s amigable.
Margarita recibe a EL PA?S en el apartamento de sus padres, en el norte de Bogot¨¢, ciudad desde donde presenta su segundo libro, Margarita va sola (Penguin Random House). De figura esbelta y voz cautivadora, vive desde hace varios a?os en Miami. La tarde es lluviosa y los truenos estallan precedidos por los flashes de los rel¨¢mpagos. Una gata barcina merodea en la sala de muebles blancos. En la manera como habla, despacio, se nota la influencia de la filosof¨ªa (cursa octavo semestre). No es que responda con circunloquios, pero rechaza de plano, con aire meditabundo, las ideas preexistentes. En el libro, se examina a s¨ª misma en pasajes ¨¢giles y, por momentos, contemplativos. Es un compendio de textos diversos, mezcla de diario, reflexiones y trozos narrativos, tambi¨¦n de ficci¨®n. Su escritura es volc¨¢nica.
Pregunta. Subestima lo que hace. Dice que no se considera una escritora.
Respuesta. Me cuesta trabajo decir que soy escritora porque tengo un complejo de reina de belleza y de modelo, como si tuviera que pedir permiso al gremio de los escritores, al editorial o al de los intelectuales para sentir que puedo llamarme as¨ª.
P. Habla en el libro de ¡°gestionar duelo de la vida, a lo cual todos tenemos derecho¡±.
R. Para m¨ª la vida es un constante duelo, vivo pensando que se va a ir en cualquier momento. Estamos siempre siendo testigos de que la vida se le va a la gente, a los animales, al planeta.
P. Dice que el cuerpo es una gran cicatriz del efecto de vivir, ¡°lo que va quedando mientras uno est¨¢ vivi¨¦ndolo¡±. ?Vivir vendr¨ªa siendo como una herida permanente?
R. Al considerar la vida como un duelo, no considero que la vida sea una herida. Pero s¨ª que hiere la existencia en la medida en que uno est¨¢ viviendo; m¨¢s que un sustantivo, es el movimiento de herir. La herida tiene esa connotaci¨®n horrible de lastimar, pero considero que no es necesariamente solo herir. Cuando digo ¡°cicatriz¡± es tambi¨¦n la marca, en el cuerpo se va marcando el paso de la vida, y uno va viendo el paso del tiempo en su cuerpo como si la vida se fuera cicatrizando a trav¨¦s del cuerpo, va quedando la marca de que pas¨® la vida por ah¨ª.
P. Dice que sus ?yo? como identidad se han ido cayendo: la actriz, la cantante, la bella, la dura del gimnasio. Una vez ca¨ªdos todos los vestidos, ?no debe quedar algo, una especie de ?yo? verdadero?
R. No creo que haya un yo verdadero, uno est¨¢ siempre rehaciendo su subjetivad, ese yo. Creo que no hay manera de pasar por este mundo ¡ªy pasar socialmente por la vida¡ª sin tener ese yo que te haga entrar en relaci¨®n con todo. Inevitablemente este yo es el ¨²nico punto de vista que tengo para ver c¨®mo viven los otros y ver ¡°la realidad¡±.
P. ?Ha contemplado la posibilidad de que tengamos un ?yo? que va cambiando, como nuestro cuerpo?
R. Esas son de las cosas que me gustar¨ªa pensar con m¨¢s tiempo. Porque f¨ªjate que lo que expreso mucho en el libro, y que me ha hecho mucho mal, es ese binarismo de alma y cuerpo; eso ha sembrado en m¨ª una divisi¨®n por la que siento que el cuerpo va por un lado y la supuesta alma ¡ªque ya no s¨¦ qu¨¦ es¡ª por otro. Entonces, ?qu¨¦ es ese yo? ?El yo no es el cuerpo? ?No es suficiente yo el cuerpo, que es el que piensa? Porque si las neuronas se da?an, ¨¦l no puede pensar, ni el alma ni nada. Me parece complej¨ªsimo, porque si yo me veo como cuerpo y digo ¡°el yo es el cuerpo¡±, entonces estoy pensando f¨ªsicamente. O sea que no existe el yo.
P. ?Considera que ha sido feliz?
R. Creo que he sido muy infeliz la mayor¨ªa del tiempo, cuando estaba joven. Desde que empec¨¦ a sentirme mayor siento mucha paz, me levanto contenta.
P. Dice en el libro que despertar en la ma?ana le parece un milagro, que lo disfruta.
R. Para m¨ª es un motivo de asombro permanente, desde chiquita hasta el d¨ªa de hoy, todos los d¨ªas me despierto y digo ¡°?Wow!¡± Incre¨ªble que nos haya ocurrido la vida, me ocurri¨® lo imposible, ese estar uno vivo, consciente de s¨ª mismo. Antes me angustiaba mucho eso, por eso tuve que ir tanto a terapias, y hoy en d¨ªa siento el mismo asombro, pero ya se me cans¨® la angustia.
P. Sufr¨ªa ataques de p¨¢nico.
R. Muy severos.
P. ?Han cesado?
R. Tengo muchos menos, porque un ataque de p¨¢nico es como un asalto: viene de pronto y no tiene pies ni cabeza, ni uno sabe exactamente qu¨¦ lo dispara. Pero las veces que me ha pasado ya no act¨²o como antes, sino que lo siento y dejo que esa energ¨ªa o esa vibraci¨®n ¡ªlo que sea que se llame¡ª pase por mi cuerpo y se vaya.
P. ?Esa angustia que sent¨ªa ten¨ªa que ver con ser joven o con la presi¨®n del ¨¦xito?
R. Con todo eso, con la presi¨®n de valer. Siempre he dudado de mi inteligencia, siempre me he sentido bruta. Con respecto a los hombres siempre me sent¨ª menos inteligente por default.
P. Cuando actuaba, ?tambi¨¦n le pasaba?
R. S¨ª, siempre, y m¨¢s si ten¨ªa que actuar con alguien que yo admirara mucho, especialmente hombres. Me sent¨ªa menos valiosa como mujer y como profesional, ten¨ªa que estar en una carrera de demostrar. Si estaba estudiando algo, que s¨ª era inteligente; si compet¨ªa en un concurso de belleza, que s¨ª era bella; que pod¨ªa ser la m¨¢s berraca haciendo ejercicio, como si tuviera que ganarme una medalla por cualquier empresa que decidiera iniciar.
P. ?Todav¨ªa va a terapia?
R. No, ya no voy m¨¢s, me qued¨¦ con mis males as¨ª (risas). Uno nunca se cura del todo. A mi psicoanalista infantil le toc¨® hacer maravillas para que yo pudiera hablar. A m¨ª el psicoan¨¢lisis me ha ayudado mucho a saber pensar, a respetar el pensamiento, porque ellos no te ponen trabas, puedes asociar las ideas m¨¢s absurdas. Es un ejercicio literario por su relaci¨®n con las palabras, porque el lenguaje importa much¨ªsimo, ninguna palabra se pierde, as¨ª des un traspi¨¦s ese lapsus tiene valor.
P. Estuvo durante mucho tiempo en un mundo bastante superficial, muy interesado en el culto a la imagen. ?Cu¨¢ndo naci¨® su inter¨¦s por la filosof¨ªa?
R. He tenido una actitud filos¨®fica desde siempre. Me he preguntado por las cosas m¨¢s obvias: ?Por qu¨¦ est¨¢ uno vivo? ?Por qu¨¦ estamos todos ac¨¢? ?Por qu¨¦ yo soy yo y no soy t¨²? Son cosas que preguntan los ni?os. Los fil¨®sofos se hacen esas mismas preguntas para sacarles todo el jugo, porque no tienen respuesta. Me interesa en ese sentido la filosof¨ªa, me parece un viaje bell¨ªsimo.
P. ?Qu¨¦ fue lo que m¨¢s le hasti¨® de las redes sociales?
R. Mi propia participaci¨®n, el no tener a veces control sobre lo que escrib¨ªa, porque lo hac¨ªa en caliente y luego me arrepent¨ªa; el hecho de que es un espacio reactivo donde no se puede debatir realmente sobre nada. Uno no se puede detener en el pensamiento de alguien y rumiarlo un poquito y luego s¨ª responder. Me cans¨¦ de mi propia personalidad tuitera.
P. Primero se ha liberado de los est¨¢ndares de belleza y luego de las redes sociales. ?Cree que ambas cosas tienen que ver con una misma idea, la proyecci¨®n hacia los otros?
R. S¨ª, he vivido esa gran tensi¨®n entre querer exhibirme ¡ªporque tengo como parte de mi personalidad ese af¨¢n de llamar la atenci¨®n¡ª y lo que me jala a la privacidad de mi vida ¡ªque es algo que aprecio mucho¡ª, el silencio. Entonces, s¨ª tiene que ver con esa proyecci¨®n, porque mi vida ha sido una constante exposici¨®n p¨²blica, y he hecho de mi vida un espect¨¢culo muchas veces.
P. Desde ni?a vivi¨® en funci¨®n de la belleza, una belleza que era para los otros. Sent¨ªa que los personajes que interpretaba eran tan reales como usted. Con el tiempo le gust¨® que deformaran su belleza para interpretar un personaje de la pel¨ªcula Para¨ªso travel, y despu¨¦s de eso invent¨® La Ranga. ?Sent¨ªa que su belleza y los personajes eran como caretas de algo monstruoso en usted, como si fuera a la vez la bella y la bestia, pero la bestia deb¨ªa permanecer oculta?
R. Yo no lo veo tanto como una dualidad. Cuando act¨²o en La Ranga siento que soy yo, entonces me pregunto ?qui¨¦n ser¨¦ yo? Me ha pasado con los personajes que he podido comprender mejor desde m¨ª misma. Con Gaviota me pasaba, por ejemplo, que dec¨ªa: ¡°Yo no estoy haciendo a Gaviota, yo soy ella¡±, siento que me expreso a trav¨¦s de ella. He estado viviendo a la par que mis personajes, tambi¨¦n un poco conflictuada con eso, con que soy a la vez lo que interpreto, y cuando quiero ser yo misma no me hallaba, estaba mejor haciendo el personaje que siendo Margarita. He sido de esas mujeres que no sabe c¨®mo ser ella, me pas¨® por mucho tiempo.
P. Y eso tiene relaci¨®n con lo que los otros esperaban de usted.
R. S¨ª. Cuando ten¨ªa un novio, me hac¨ªa una idea de qu¨¦ era lo que ¨¦l quer¨ªa y trataba de actuar. Claro que nunca ten¨ªa ¨¦xito mi actuaci¨®n. Curiosamente, cuando la cosa es muy p¨²blica, cuando veo que la gente espera algo de m¨ª, trato de hacer lo contrario, o algo escandaloso que los defraude.
P. ?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que quer¨ªa vivir ¡°el espect¨¢culo de su envejecimiento¡±?
R. La pandemia tuvo mucho que ver, porque todos vimos que la muerte estaba muy cerca, sent¨ª que algo catastr¨®fico iba a pasar. Ah¨ª empec¨¦ a ver que la vida era ese momentico, entonces cambi¨® mi actitud hacia mi propio cuerpo, hacia el envejecimiento.
P. ?Considera que puede haber belleza en la vejez? ?No ser¨¢ que a cierta edad ya no importa tanto la belleza, sino otras cosas?
R. Para m¨ª la belleza no es un concepto, es m¨¢s una epifan¨ªa. La belleza sorprende, asalta; a veces uno se sobrecoge por cosas que no son supuestamente bellas. Aunque a veces me miro al espejo y no me guste, y me comparo con c¨®mo era antes, empiezo a encontrar una belleza en ese proceso, en ese duelo, en ese drama que toda belleza tiene.
P. En el t¨ªtulo del libro se ve a s¨ª misma sola, en tercera persona. Escribir es solitario, comparado con la actuaci¨®n ?Es liberadora esa soledad de la escritura?
R. S¨ª, es liberadora, mucho m¨¢s que la actuaci¨®n. ?ltimamente estoy muy peleada con mi profesi¨®n de actriz porque no la disfruto.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque no gozo todo lo que es accesorio: el maquillaje, la espera, estar todo el d¨ªa en el set, luego estar tratando de recrear los sentimientos. Por la t¨¦cnica que uso me toca escarbar mucho y me estresa, peleo conmigo misma. Con la escritura, aunque tambi¨¦n se trata de rasgu?ar, soy responsable de todo; en la actuaci¨®n, no, uno depende de mucha gente y me produce cierta claustrofobia no poder salir corriendo de mi trabajo; en cambio, si no quiero escribir por d¨ªas, no escribo, pero cuando vuelvo me recibe, y esa autonom¨ªa que me da la escritura creo que es lo m¨¢s valioso.
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