John Makario Londo?o: ¡°El Nevado del Ruiz tiene suficiente glaciar para generar flujos de lodo m¨¢s grandes que los que hubo en Armero¡±
El director t¨¦cnico de geoamenazas del Servicio Geol¨®gico Colombiano insiste en que el volc¨¢n tiene posibilidades reales de entrar en erupci¨®n, pero conf¨ªa en que, si ocurre, no habr¨¢ un desastre
La noche del 13 de noviembre de 1985 ocurri¨® un episodio que se destaca en la lista de las tragedias por las que ha pasado Colombia a lo largo de su historia. Al final de aquel d¨ªa, una avalancha desencadenada por la erupci¨®n del volc¨¢n Nevado del Ruiz borr¨® del mapa al municipio tolimense de Armero. El lugar que ocupaba se convirti¨®, en la confusi¨®n de la noche, en la tumba de cerca de 25.000 de sus habitantes. Esa fecha, sin embargo, tambi¨¦n marc¨® la historia de otra manera: la vigilancia de los volcanes en el pa¨ªs dej¨® de ser primitiva para tomar el camino de la ciencia y del rigor.
El 30 de marzo pasado, el Servicio Geol¨®gico Colombiano (SGC) anunci¨® que el nivel de actividad del Nevado del Ruiz hab¨ªa pasado a naranja, el tercero de cuatro en la escala de las alertas ¨Dy que indica la posibilidad de erupci¨®n en cuesti¨®n de d¨ªas o semanas¨D. Es la tercera vez que llega a ese nivel desde la tragedia de Armero: ya lo hab¨ªa estado en 1989 (cuando hubo otra erupci¨®n considerable, sin ocasionar desastres) y en 2012, a?o en el que hubo dos erupciones. Un mes despu¨¦s de llegar a la alerta naranja, el director t¨¦cnico de geoestrategias del SGC, el ge¨®logo y geof¨ªsico John Makario Londo?o, habla en una entrevista telef¨®nica sobre los riesgos del volc¨¢n en su estado actual, la evoluci¨®n de su monitoreo y la importancia de alejarse de la sensaci¨®n de monoton¨ªa, porque el Ruiz est¨¢ ¡°muy despierto¡±.
Pregunta. Las descripciones de la actividad del Nevado del Ruiz ahora coinciden en muchas cosas con las de 1985. ?Eso es una se?al de alarma?
Respuesta. La similitud es porque los volcanes no van a cambiar su forma de manifestarse de una erupci¨®n a otra, en t¨¦rminos generales. Es como cuando uno se empieza a enfermar. Si es una gripa, le empieza a doler la cabeza, tiene congesti¨®n nasal, le da tos. En ese sentido, es muy similar el comportamiento del volc¨¢n en el 85 y el de ahora.
P. ?Esta es la mayor actividad que ha tenido desde 1985?
R. En t¨¦rminos de n¨²meros de sismos, s¨ª, porque no ocurr¨ªan tantos en un solo d¨ªa como ha ocurrido en esta ¨¦poca. En t¨¦rminos de energ¨ªa liberada por esos sismos, no; ha habido momentos en los que ha liberado mucha m¨¢s. Lo que pasa es que las condiciones son diferentes: desde 2015 el volc¨¢n tiene un tap¨®n en el cr¨¢ter, un domo de lava que toma un tiempo para enfriarse, haciendo una especie de cascar¨®n. Hasta ahora, por fortuna, no se ha sellado totalmente. Eso permite la salida de gases y cenizas en los bordes.
P. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si lo tapona totalmente?
R. Muy probablemente se destruya. Tambi¨¦n es posible que haya una erupci¨®n explosiva en la que ese tap¨®n vuele como el corcho de una botella de champa?a. Se podr¨ªa esperar la destrucci¨®n de ese domo, que b¨¢sicamente se traduce en una explosi¨®n eruptiva violenta.
P. Los reportes del SGC mencionan una columna de humo que suele cambiar de altura. ?Eso indica un mayor riesgo, o es normal?
R. Est¨¢ dentro de los par¨¢metros de un volc¨¢n en nivel naranja. Normalmente hacen emisiones de ceniza o erupciones peque?as, que tienen la suficiente fuerza para arrastrar material particular, toda esa ceniza, y a veces alcanzan alturas de m¨¢s de tres kil¨®metros, como ha ocurrido ahora. Eso tambi¨¦n depende de la velocidad del viento y otras condiciones. Pero en general esas variaciones est¨¢n dentro de los par¨¢metros de un volc¨¢n en este nivel de actividad naranja.
P. Con las condiciones externas del volc¨¢n de la actualidad, ?c¨®mo ser¨ªa una erupci¨®n?
R. En general las erupciones, en este caso del Ruiz, tienen unas caracter¨ªsticas muy similares. Uno esperar¨ªa que, si son como en 1985, se generen los mismos flujos de lodo por los mismos r¨ªos que nacen en el volc¨¢n. Las columnas de ceniza, vapor y gases, podr¨ªan llegar de nuevo a los 20 kil¨®metros de altura y viajar miles de kil¨®metros, como en 1985. Las condiciones del entorno y locales no afectar¨¢n de manera importante c¨®mo se desarrolle una erupci¨®n que fuera similar a la de 1985. Los fen¨®menos ser¨ªan pr¨¢cticamente los mismos.
P. ?Al haberse reducido el glaciar del volc¨¢n, el impacto podr¨ªa ser un poco menor?
R. En realidad eso est¨¢ reevaluado. El Ruiz tiene suficiente glaciar para generar flujos de lodo incluso m¨¢s grandes que los que hubo en Armero. Internamente tiene mucha agua. En el momento en el que salga ese material pulverizado, que empiece a arrastrar todo lo que encuentre por los cauces de los r¨ªos, m¨¢s el agua del mismo r¨ªo, se pueden formar sin problema flujos de lodo, haya o no glaciar. El glaciar es otro aporte de agua, pero el deshielo que produjo la erupci¨®n de 1985 fue m¨ªnimo, menos del 5%.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el margen de reacci¨®n en caso de que el volc¨¢n entre en erupci¨®n?
R. Depende del tama?o de la erupci¨®n y de las condiciones meteorol¨®gicas. El escenario m¨¢s complejo es por la noche, lloviendo, cuando no se ve nada del volc¨¢n y solo tenemos unas se?ales s¨ªsmicas que detectan el momento exacto en el que comienza una erupci¨®n. Tenemos que tomar un tiempo para ver qu¨¦ tan grande es esa se?al y determinar el tama?o. En unos 15 minutos estar¨ªamos diciendo que hay una erupci¨®n importante en el Ruiz y cambiar¨ªamos a alerta roja. Muy distinto ser¨ªa de d¨ªa, despejado, y si vi¨¦ramos la columna salir y empezar a crecer. Casi que en un par de minutos se puede decir que es una erupci¨®n m¨¢s grande y as¨ª actuar r¨¢pido. Depende de las circunstancias. Es muy complejo decir c¨®mo podr¨ªan ocurrir las cosas, pero hay un tiempo margen con el que seguramente las autoridades no van contar para tomar las decisiones que deban tomar.
P. ?C¨®mo ha cambiado el monitoreo del volc¨¢n desde 1985?
R. Ha habido un gran salto, porque en ese entonces, por ejemplo, no ten¨ªamos transmisi¨®n en tiempo real. Hab¨ªa apenas cuatro o cinco estaciones s¨ªsmicas, hab¨ªa que ir al campo a tomar los datos, traerlos y analizarlos en la oficina. Ahora esa informaci¨®n llega inmediatamente al observatorio vulcanol¨®gico. La tecnolog¨ªa ha aumentado de manera considerable, al igual que las opciones de monitorear de manera permanente el volc¨¢n. Adicionalmente hay nuevas metodolog¨ªas y t¨¦cnicas como la observaci¨®n satelital cuando las condiciones clim¨¢ticas lo permiten o el monitoreo continuo de la emisi¨®n de gases. Eso permite hacer un diagn¨®stico integral de c¨®mo est¨¢ el volc¨¢n.
P. ?Depende del ser humano evitar una tragedia?
R. Depende de la actitud de las personas. Si hay desinformaci¨®n, puede volverse a generar un caos. De la manera en que se transmita la informaci¨®n depende que las personas que viven en los alrededores y en las zonas amenazadas puedan actuar apropiadamente. Las redes sociales tienen ese doble filo: por un lado, puede llegar la informaci¨®n muy r¨¢pida, pero por otro, ?qu¨¦ tipo de informaci¨®n? Podemos caer en el mismo problema de Armero, pero teniendo ahora toda la informaci¨®n a disponibilidad.
P. ?Hay alg¨²n error cometido en Armero que quiz¨¢ hoy pueda repetirse?
R. El primer error humano que siempre va a existir en estos casos es la incredulidad, normalizar lo que no es normal. El volc¨¢n no est¨¢ dormido, est¨¢ muy despierto. Tiene una probabilidad de hacer una erupci¨®n real y hay que ponerle mucho cuidado. La gesti¨®n de riesgo, que se hace desde la parte gubernamental hasta la individual, es imperativa. Una persona debe saber ad¨®nde evacuar, a qu¨¦ riesgos se enfrenta, cu¨¢l es el kit que debe tener. La incredulidad hace minimizar los efectos que puede tener un fen¨®meno natural como una erupci¨®n del Ruiz. Confiemos que no lo haga, que se calme, pero estar preparados es lo m¨¢s importante en este momento.
P. ?De uno a 10, qu¨¦ tan preparada est¨¢ Colombia para una erupci¨®n?
R. Es muy dif¨ªcil dar una escala. Lo que puedo decir que es que estamos mucho m¨¢s preparados como Estado para enfrentar una erupci¨®n que lo que estuvimos en 1985. Por supuesto, siempre habr¨¢ cosas por mejorar, por seguir puliendo. Tal vez no ocurra un desastre como tal, sino la emergencia. Podemos evitar cualquier tragedia en este momento.
P. Eso desde el Estado. Pero ?las personas est¨¢n m¨¢s pendientes, atienden m¨¢s a los expertos?
R. En 1985 en realidad no hab¨ªa vulcan¨®logos en Colombia. As¨ª estuvieran advirtiendo que pod¨ªa haber una erupci¨®n, el conocimiento no era el suficiente como para dar una informaci¨®n precisa. Ahora contamos con observatorios vulcanol¨®gicos y personas expertas. Por esa mayor preparaci¨®n t¨¦cnica creo que hay mayor credibilidad en lo que se dice t¨¦cnicamente sobre la actividad de los volcanes. Aunque siempre habr¨¢ gente que dude.
P. ?C¨®mo enfrentar la monoton¨ªa de la alerta naranja, en la que no hay una emergencia pero hay que estar atentos?
R. Es una situaci¨®n compleja. El hecho de que un volc¨¢n est¨¦ activo y haciendo manifestaciones por encima de lo normal, deber¨ªa ponerlo a uno en alerta. El problema a veces del ser humano es que empieza a normalizar situaciones que no son normales, que se pueden prolongar. Nadie tiene comprada a la naturaleza ni sabe con certeza qu¨¦ va a pasar, y por lo tanto la ¨²nica cosa que queda es estar atentos. Estos fen¨®menos naturales no empiezan de un d¨ªa para otro y tampoco terminan as¨ª. No sabemos exactamente qu¨¦ d¨ªa, en qu¨¦ momento puede ocurrir, o si va a volver a bajar a amarillo. Eso toma tiempo; esta actividad del volc¨¢n no empez¨® en marzo. Lleva a?os as¨ª. S¨®lo que se intensific¨®, se aceler¨® y por eso cambiamos el nivel. Entiendo la dificultad de las personas a las que les toca evacuar de manera preventiva, pero hay que pensar que Armero es una tragedia que nunca se debe repetir.
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