Colombia crea sanciones especiales por la violencia contra las mujeres en la pol¨ªtica

Mientras Colombia celebraba la llegada del a?o nuevo 2023, Heidy Cerquera estaba en un hospital tras sufrir una crisis nerviosa. Todo comenz¨® un par de meses antes en el Concejo Municipal de Florencia, capital del departamento de Caquet¨¢. Cerquera, concejal por el Partido Liberal desde hace dos a?os y psic¨®loga de formaci¨®n, fue v¨ªctima de diferentes tipos de violencia por parte de varios cabildantes. Con el tiempo los ataques se agudizaron, hasta que el concejal por el Partido Verde Jovanny V¨¢squez Guti¨¦rrez la acus¨® de abusar de sustancias il¨ªcitas, la llam¨® ¡°loca¡± e insinu¨® que estaba enamorada de ¨¦l. La concejal cay¨® en un estado grave de depresi¨®n.

Su historia no es nueva para muchas mujeres en el ¨¢mbito pol¨ªtico en Colombia. Este lunes se hizo viral un video en Cali, Valle del Cauca, en el que la candidata a la Alcald¨ªa Catalina Ortiz es increpada por un hombre que va en un carro. Entre otras cosas, le dice: ¡°La mujer tiene que estar en la casa, necesita mano fuerte para que la gobiernen¡±. Para atajar esta forma de violencia que ataca a las mujeres que rompen barreras y entran en el ejercicio de la pol¨ªtica, el Congreso aprob¨® el pasado 24 de mayo un proyecto de ley estatutaria para promover la inclusi¨®n efectiva de las mujeres en la pol¨ªtica y sancionar los comportamientos de violencia en su contra, sea cuando est¨¦n en cargos de elecci¨®n popular, cuando participen en procesos de participaci¨®n democr¨¢tica o cuando ejerzan funciones en cualquiera de las ramas del poder p¨²blico.

El proyecto fue impulsado por la bancada de mujeres, que componen congresistas de todo el espectro pol¨ªtico. Lo lideraron especialmente la senadora Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro del gobiernista Pacto Hist¨®rico, la representante Delcy Isaza del opositor Partido Conservador y su colega del Partido Verde Catherine Juvinao.

El proyecto incorpora de manera novedosa en el ordenamiento juri?dico el concepto de violencia hacia las mujeres en la poli?tica. Para la concejal caquete?a, su ausencia ha sido un impedimento para avanzar en el proceso contra sus agresores. ¡°Eso puede frenar las acciones de esas personas que consideran que las mujeres no tenemos ni la capacidad ni el derecho a ser parte de los cargos de elecci¨®n popular porque ya se fija un precedente¡±, sostiene Cerquera.

El proyecto, al que solo le falta la revisi¨®n de la Corte Constitucional y la firma del presidente Gustavo Petro para ser ley, describe los varios tipos de violencia que pueden sufrir las mujeres, como son la psicol¨®gica, la simb¨®lica, la moral y la digital. Y establece obligaciones para varias entidades p¨²blicas, que deben encargarse de que se respete la ley. Por ejemplo, la Procuradur¨ªa General de la Naci¨®n, las personer¨ªas locales y la Defensor¨ªa del Pueblo deber¨¢n prestar asesor¨ªa legal a las v¨ªctimas de este tipo de violencia, impulsando garanti?as plenas de proteccio?n y reparacio?n, y el Gobierno deber¨¢ dise?ar poli?ticas para promover la participaci¨®n de las mujeres en la vida pu?blica en condiciones de igualdad.

Para los expertos consultados, sin embargo, lo m¨¢s relevante es que los partidos poli?ticos deber¨¢n reformar sus estatutos y co?digos de e?tica para incentivar medidas de atencio?n y sancio?n en caso de presentarse violencia pol¨ªtica de g¨¦nero en su interior, y que las corporaciones pu?blicas de eleccio?n popular ¨Dlas Asambleas, los Concejos y las Juntas Administradoras Locales (JAL)¨D tendr¨¢n que construir canales de atenci¨®n para las mujeres v¨ªctimas y crear reglas para que se respete la nueva ley.

Juan Diego Duque, candidato a doctorado de la Universidad de Uppsala (Suecia), y quien lider¨® la encuesta de la Misi¨®n de Observaci¨®n Electoral (MOE) llamada Experiencias de campa?a y violencia pol¨ªtica a candidaturas al Congreso 2022 lo explica: ¡°El apartado de partidos pol¨ªticos es de resaltar, porque son ellos los que tienen m¨¢s responsabilidad en la prevenci¨®n y mitigaci¨®n del fen¨®meno. En el estudio que hicimos encontramos que 60% de los entrevistados afirm¨® que la violencia ven¨ªa de miembros de sus propias organizaciones o de contrincantes de otros partidos. Un porcentaje mayor que los ataques de actores armados¡±.

El testimonio de Cerquera respalda la afirmaci¨®n del experto. ¡°Al Partido Verde en el Caquet¨¢ le envi¨¦ dos comunicaciones, nunca me respondieron. Despu¨¦s de una tutela lo hicieron, diciendo que ellos no iban actuar porque no pod¨ªan da?ar la armon¨ªa entre los militantes del pa¨ªs. Luego le dieron a mi agresor la amonestaci¨®n m¨¢s bajita, que el concejal no ha cumplido. Mi colectividad tampoco me respald¨®. No se hizo ning¨²n pronunciamiento, ni siquiera de la presidente del Concejo, que en ese momento era liberal¡±.

Aunque la implementaci¨®n en las colectividades, seg¨²n Duque y Cerquera, implica un reto enorme, coinciden en que la ley es un gran paso. ¡°Con la ley se contin¨²a en un avance regional para combatir la violencia hacia la mujer en la pol¨ªtica. Es una ola que apenas tiene antecedentes en Latinoam¨¦rica. Esto no es muy com¨²n en otros continentes, sea Asia, ?frica o Europa. A su vez, que la ley tenga una amplia definici¨®n es valioso porque toma en cuenta manifestaciones que son menos obvias como la violencia simb¨®lica o moral¡±, afirma el investigador.

La normativa llega a menos de cinco meses de las elecciones regionales de octubre, cuando las cifras de agresiones pol¨ªticas basadas en g¨¦nero son alarmantes. Seg¨²n datos de la MOE, entre el 29 de octubre de 2022 y el 29 de abril de 2023 se registraron 65 hechos de violencia contra lideresas pol¨ªticas, sociales y comunales: 49 amenazas, 6 atentados y 6 asesinatos.

Si bien la ley no ser¨¢ retroactiva, es decir, solo empezar¨¢ a aplicarse desde el momento en que el presidente la firme, y no cobija los ataques que sufri¨® Cerquera, la concejal tiene esperanzas en que esta fije precedentes. Mientras su agresor aspira a ser alcalde de Florencia, ella se niega a ceder ante el machismo, y sigue trabajando por la agenda animalista y de g¨¦nero desde su casa mientras se recupera: ¡°En medio de mi crisis, yo enviaba mensajes para motivar a otras mujeres. Para m¨ª renunciar nunca ha sido una opci¨®n, aunque el costo ha sido muy alto¡±.

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