Jennifer Pedraza, la congresista m¨¢s joven de Colombia: ¡°El que no participa en pol¨ªtica, la padece¡±

Como representante a la C¨¢mara, Jennifer Pedraza, de 27 a?os, encabez¨® la rueda de prensa que reuni¨® a distintas generaciones de mujeres feministas hace dos semanas en el nuevo edificio del Congreso, en el coraz¨®n de Bogot¨¢. Era una suerte de anfitriona. Junto a Sara Tufano, Mar¨ªa Antonia Garc¨ªa de la Torre, Juana Afanador, M¨®nica Godoy y ?ngela Mar¨ªa Robledo ¨Cla excongresista que la inspir¨® a participar en pol¨ªtica¨C, denunciaron, por en¨¦sima ocasi¨®n, la difusi¨®n de un discurso de odio contra las feministas, acompa?ado de ciberacoso, desde la misma izquierda. Y m¨¢s concretamente, las amenazas de un militante de Colombia Humana, el movimiento pol¨ªtico del presidente Gustavo Petro, que en las redes sociales se hace llamar ¡®Drag¨®n Negro¡¯. ¡°Afilar¨¦ mi catana¡±, les dec¨ªa en un mensaje el mes pasado. ¡°Esto no es una met¨¢fora en un pa¨ªs donde descuartizan mujeres¡±, denunci¨® Pedraza con firmeza ante las c¨¢maras.

Economista y ¡®madre¡¯ de tres perros, Pedraza es la congresista m¨¢s joven de Colombia. Hace ocho meses aterriz¨® en el Capitolio y ya es tambi¨¦n una de las voces m¨¢s visibles entre los legisladores que se declararon en independencia frente al Gobierno. Abandera las causas feministas y los temas relacionados con el movimiento estudiantil, la escuela pol¨ªtica en la que se forj¨® durante las protestas de los ¨²ltimos a?os. Su principal proyecto legislativo es sobre financiaci¨®n de la educaci¨®n superior, y ese es tambi¨¦n el tema de su tesis de maestr¨ªa.

Sus reclamos de los ¨²ltimos meses al Ejecutivo han incluido pedir la salida de Henry Sanabria, el hom¨®fobo y ultra religioso jefe de la Polic¨ªa al que Petro destituy¨® este mi¨¦rcoles, o denunciar el acoso sexual de un acad¨¦mico que iba a ser embajador, V¨ªctor de Currea-Lugo. Ese episodio le vali¨® los ataques de Germ¨¢n Navas Talero, un veterano exrepresentante del Polo Democr¨¢tico Alternativo, un partido de izquierda al que ella tambi¨¦n perteneci¨®. ¡°Es una profunda decepci¨®n. Pero lejos de intimidarnos, lo que eso hace es darnos m¨¢s herramientas para mostrar lo necesaria que es nuestra voz en pol¨ªtica¡±, reflexiona.

¡°Vot¨¦ por el presidente Petro en segunda vuelta, pero creo que hay que hacer una labor de control pol¨ªtico. De lo contrario es dif¨ªcil que las cosas cambien y el Congreso sigue estando conformado en su mayor¨ªa por partidos pol¨ªticos tradicionales¡±, dice Pedraza a EL PA?S en un caf¨¦ junto al Capitolio. ¡°El movimiento social debe ser activo. Debemos seguir defendiendo la agenda que siempre nos ha llevado a las calles¡±, a pesar de las coincidencias que pueda haber con el actual mandatario, valora.

Colombia vivi¨® un estallido social sin precedentes durante el periodo de Iv¨¢n Duque (2018-2022). En esas oleadas de protestas, que se remontan hasta finales de 2019, antes de la pandemia, el movimiento estudiantil ¨Cde universidades p¨²blicas y privadas¨C tuvo un papel protag¨®nico. En t¨¦rminos pol¨ªticos, fue el presidente Petro, un pol¨ªtico veterano, quien capitaliz¨® el descontento al imponerse en las elecciones del a?o pasado con el voto mayoritario de los j¨®venes. Pero en los comicios legislativos tambi¨¦n emergieron otras figuras vinculadas a las protestas. Entre esa camada de renovaci¨®n se destaca Pedraza, que fue una visible representante estudiantil de la Universidad Nacional y miembro del Comit¨¦ del Paro que agrupaba a las organizaciones que convocaron las primeras manifestaciones.

Como parte de las listas de la coalici¨®n del centro pol¨ªtico, a pesar de haber militado en la izquierda, es tambi¨¦n la ¨²nica representante de Dignidad y Compromiso, el nuevo partido surgido de la fusi¨®n de los movimientos de Jorge Enrique Robledo y Sergio Fajardo. Est¨¢ muy involucrada en la escuela de formaci¨®n pol¨ªtica del partido y en los esfuerzos por promover candidaturas para las elecciones locales de octubre, especialmente de j¨®venes y mujeres. ¡°Representamos a las personas que estamos agotadas de la politiquer¨ªa¡±, afirma. ¡°Sentimos que Colombia merece un mejor cambio que el que est¨¢ proponiendo el presidente Petro. No concebimos como uno puede hacer un cambio con la pol¨ªtica de siempre¡±.

Se posiciona sin tapujos frente a las tres grandes reformas sociales que el Gobierno pretende aprobar en el Congreso. Celebra la laboral como una manera de recuperar los derechos que los trabajadores perdieron durante el periodo del expresidente ?lvaro Uribe (2002-2010), y plantea ajustes para la pensional y la sanitaria. ¡°En un sem¨¢foro, le pondr¨ªa el rojo a la reforma a la salud, donde m¨¢s hay que poner la lupa; el amarillo a la pensional, para que fortalezca realmente el r¨¦gimen p¨²blico de pensiones; y el verde para la laboral¡±, sintetiza.

¡°Hay un mandato social de cambio que en algunos aspectos el Gobierno ha representado bien¡±, matiza al valorar como aciertos la reforma laboral o la creaci¨®n de un sistema nacional de cuidado en el Plan Nacional de Desarrollo. ¡°Pero hay otros asuntos en los que por el contrario hay que marcar distancia¡±. Entre sus reparos, subraya la manera en que ha tratado los temas relacionados con las mujeres. ¡°No ha habido poder humano que logre que el Gobierno declare emergencia nacional por violencia machista, que es la exigencia que movimiento feminista en Colombia ante la ola de feminicidios¡±, apunta. Considera que hay una deuda simb¨®lica. ¡°El Gobierno ha respaldado y se ha puesto del lado de sus funcionarios que han sido denunciados por violencia y por acoso sexual¡±, recuerda al enumerar los se?alamientos contra Mauricio Lizcano, el secretario de la Presidencia, o el propio Currea-Lugo, que acab¨® por declinar su designaci¨®n.

Independientemente del balance final que arroje en Chile la presidencia de Gabriel Boric, todav¨ªa lo considera una fuente de inspiraci¨®n como una experiencia de liderazgos surgidos del movimiento estudiantil. ¡°Ese v¨ªnculo entre el movimiento social y la pol¨ªtica es muy importante¡±, se?ala. Recuerda que incluso ella calificaba de ¡°vendidos¡± a los l¨ªderes que se lanzaban, pero ha cambiado de opini¨®n. ¡°Considero hoy que si el movimiento estudiantil no llega a estos espacios, si no participa de la pol¨ªtica, si no se mete en pol¨ªtica, va a seguir padeciendo lo que decidan los pol¨ªticos profesionales¡±, argumenta. ¡°Hay un terreno grande por conquistar. Ya no creo que sean vendidos. Todos los sectores del movimiento social, incluso con los que yo no coincido, tenemos que tomarnos la pol¨ªtica y empezar a hacer pol¨ªtica para la gente. Ese es el punto central¡±.

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