Preguntas de fondo a la participaci車n en la negociaci車n con el ELN
Preocupa la legitimidad del proceso. Pareciera que esta guerrilla se presenta a s赤 misma como vocera de los hist車ricamente excluidos, en vez de querer escucharlos
Recientemente circularon en redes fotograf赤as del ELN patrullando junto a grafitis que dicen ※Participar es decidir§. Partamos de lo siguiente: si esta guerrilla utiliza cualquier tipo de coacci車n, f赤sica o simb車lica, para promocionar el proceso participativo que est芍 negociando con el Gobierno, entonces la sociedad colombiana va, necesariamente, a rechazar sus resultados. Con esto en mente, analicemos la propuesta de participaci車n que est芍 sobre la mesa.
En los acuerdos de M谷xico (10 de marzo) y ...
Recientemente circularon en redes fotograf赤as del ELN patrullando junto a grafitis que dicen ※Participar es decidir§. Partamos de lo siguiente: si esta guerrilla utiliza cualquier tipo de coacci車n, f赤sica o simb車lica, para promocionar el proceso participativo que est芍 negociando con el Gobierno, entonces la sociedad colombiana va, necesariamente, a rechazar sus resultados. Con esto en mente, analicemos la propuesta de participaci車n que est芍 sobre la mesa.
En los acuerdos de M谷xico (10 de marzo) y de Cuba (9 de junio) se define el ※esp赤ritu§ del proceso de participaci車n, se establecen sus fases y se crea una instancia para impulsarlo. Sin embargo, surgen dudas sobre su eficacia y representatividad. Sobre la eficacia, preocupan las limitaciones para integrar aprendizajes, resultados y espacios de participaci車n previos. Los reparos sobre la representatividad ponen en entredicho la legitimidad del proceso.
La negociaci車n con el ELN busca aterrizar en ※un Gran Acuerdo Nacional para la superaci車n del conflicto pol赤tico, social, econ車mico y armado§ con una agenda de transformaciones definidas participativamente. El acuerdo del 10 de marzo propone el dise?o de un gran proceso participativo (punto 1), para identificar las principales conflictividades del pa赤s con propuestas de soluci車n (punto 2) que se llevar赤an a cabo participativamente (punto 3). Seg迆n este acuerdo, el ※coraz車n del proceso es la participaci車n de la sociedad en la definici車n y ejecuci車n de las transformaciones necesarias para la paz§ (numeral 5.2.4).
Sobre esos prop車sitos, el siguiente acuerdo, del 9 de junio, define tres asuntos. Primero, habr芍 tres fases (dise?o, diagn車stico y construcci車n de agenda). Segundo, se crea el Comit谷 Nacional de la Participaci車n (CNP) con 80 delegados de 30 sectores, encargado de dinamizar la fase de dise?o (no se sabe si se vincular芍 a las siguientes fases). Tercero, a mayo de 2025, los resultados de la participaci車n se incorporar芍n en el Plan de Ejecuci車n de los Acuerdos con el ELN.
El Comit谷 corre el riesgo de reproducir fallas ya conocidas. Colombia cuenta con infinidad de espacios como los Consejos de Participaci車n, los Consejos de Planeaci車n y los Consejos de Paz, Reconciliaci車n y Convivencia. Estos se han creado con la ilusi車n de superar limitaciones de capacidad, recursos y alcances en los mecanismos de participaci車n. La experiencia ha sido que las nuevas instancias, en lugar de solucionar las limitaciones, las reproducen y amplifican.
Tambi谷n se corre el riesgo de desconocer planeaciones participativas previas y sus resultados, aun cuando en la fase de diagn車stico se proponen tener en cuenta informes estatales, estudios sociales, acuerdos entre movimientos sociales y el Estado e investigaciones acad谷micas.
Recientemente tuvimos los Di芍logos Regionales Vinculantes impulsados por el Gobierno para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo. En ellos se recogieron unas 90.000 propuestas ciudadanas en m芍s de 50 regiones. Tambi谷n, como parte del acuerdo con las FARC, se realiz車 un gran proceso de planeaci車n participativa donde se identificaron cerca de 33.000 iniciativas orientadas a transformar las regiones m芍s afectados por el conflicto armado.
Ninguno de estos procesos, ni sus resultados, se mencionan expl赤citamente en lo acordado con el ELN. En cambio, se propone un ejercicio de planeaci車n que seguramente terminar赤a duplic芍ndolos.
En la Fundaci車n Ideas para la Paz (FIP) insistimos en que darle un lugar a los espacios existentes y a los resultados de procesos previos ser赤a una alternativa novedosa. En vez de adelantar otro di芍logo sobre problemas y soluciones se podr赤a, con el apoyo de espacios existentes, avanzar en la priorizaci車n de iniciativas identificadas previamente y concertar su implementaci車n.
Incorporar procesos previos es, adem芍s de un acierto metodol車gico, un reconocimiento a la ciudadan赤a que ha atendido el llamado a participar en ocasiones anteriores y est芍 frustrada con los escasos resultados.
Por otra parte, hay dos asuntos sobre la representatividad que, a futuro, socavan la legitimidad del proceso. El primero es la falta de criterios para convocar y garantizar que a los espacios de participaci車n lleguen voces diversas. Se desconoce c車mo se seleccionaron los integrantes del Comit谷: no hubo una etapa p迆blica de postulaci車n, sino que el anexo 1 del acuerdo de Cuba enumera las organizaciones seleccionadas. Esto va a generar reparos entre quienes no fueron incluidos y quisieran estar all赤. Adem芍s, no ser芍 suficiente anunciar que m芍s adelante todos podr芍n participar. Habr芍 que aclarar l赤mites porque es imposible que un ejercicio de participaci車n est谷 abierto todo el tiempo a todo el que quiera involucrarse.
Sobre esto, hay experiencias que usan mecanismos de selecci車n aleatoria para garantizar mayor representatividad. Es el caso de las Asambleas Ciudadanas, con amplia trayectoria en Irlanda, B谷lgica y Australia.
El segundo asunto es la atribuci車n de vocer赤a. El ELN se presenta a s赤 mismo como vocero de las poblaciones hist車ricamente excluidas, desconociendo los espacios que ellas han ido ganando a trav谷s de mecanismos no armados, formales e informales. No es nada claro que, a hoy, estas poblaciones se sientan representadas por el ELN y seguramente, en un ejercicio participativo, querr芍n hablarle al Gobierno y tambi谷n a esta guerrilla para cuestionar sus acciones y hacerle exigencias. Hasta el momento, el ELN no se muestra interesado en espacios donde tambi谷n deba escuchar, mucho m芍s si esta guerrilla va a mantenerse en armas mientras el ejercicio de participaci車n avanza.
As赤 como los anuncios de cese el fuego son bien recibidos por las comunidades, una declaraci車n expl赤cita del ELN reconociendo que no va asumir su vocer赤a, y m芍s bien que su actitud ser芍 de escucha, ser赤a un gran gesto para dotar de legitimidad esta negociaci車n.
En conjunto: aunque Colombia tiene una trayectoria participativa llena de frustraciones, seguimos en la b迆squeda de ejercicios m芍s incidentes. No es preciso atribuir nuestras falencias a la falta de escenarios. Hemos probado mecanismos diversos, creado instancias e implementado planeaciones participativas. Por eso, antes de embarcar a la ciudadan赤a en un nuevo proceso, debemos preguntarnos por su eficacia y representatividad. De momento, la agenda de participaci車n con el ELN no resuelve estos asuntos y, como se se?al車, si este grupo utiliza las armas para coaccionar a la participaci車n, sus resultados perder芍n toda legitimidad.
Suscr赤base aqu赤 a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa赤s.