El reto de negociar con una insurgencia que no busca tomarse el poder
Un informe de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz explica que el ELN siempre se muestra dispuesto a dialogar, pero no necesariamente a negociar
¡°El ELN no es una insurgencia que desaf¨ªa abiertamente al Estado¡±, dice un informe de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP), un centro de estudios especializado en el conflicto en Colombia, sobre el estado actual de esa guerrilla, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional. Revelado este martes, el estudio es poco halag¨¹e?o para la ambici¨®n del Gobierno de Gustavo Petro de lograr una ¡°paz total¡± en poco tiempo: ¡°La terminaci¨®n del conflicto armado con esta insurgencia no est¨¢ a la vuelta de la esquina¡± dice el estudio desde su introducci¨®n.
Para elaborar el informe, investigadores de la FIP encabezados por el experto Jorge Mantilla visitaron los cuatro departamentos de Colombia que concentran las actividades recientes del ELN (Choc¨®, Cauca, Arauca y Norte de Santander) y 30 entrevistas a l¨ªderes sociales, investigadores, miembros de la cooperaci¨®n internacional y periodistas de esas regiones.
Encontraron algo similar a lo que le dijo a EL PA?S Carlos Velandia, exintegrante de la direcci¨®n nacional del ELN y ahora investigador de temas de paz: ¡°Lo dif¨ªcil para el ELN no es dialogar, lo dif¨ªcil es llegar a un acuerdo¡±. Y lo explica as¨ª ¡°Para ellos el di¨¢logo es el camino para establecer una conversaci¨®n pol¨ªtica para buscar soluciones a los problemas del pa¨ªs por los que justamente se alzaron en armas. No conciben el di¨¢logo para ponerle fin a la guerra o dejar las armas, sino para resolver las grandes dificultades que se viven en las regiones¡±.
En t¨¦rminos del estudio, esa guerrilla ¡°nunca se ha parado de una mesa en la medida en que entienden que di¨¢logo es diferente a negociaci¨®n, por lo que no tiene ninguna condici¨®n para ¡®conversar de paz¡¯. Su aproximaci¨®n t¨¢ctica a estos escenarios es m¨¢s la de ganar visibilidad e interlocuci¨®n mientras la mesa toma tracci¨®n o se desgasta¡±. Y eso, de entrada, hace que negociar con el ELN no pueda seguir el camino de la negociaci¨®n del Gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC.
La FIP encuentra m¨¢s motivos para que el Gobierno busque otro esquema, a?adiendo complejidad a ese an¨¢lisis. Al revisar su estado actual, explica que el ELN hoy vive dos realidades muy diferentes en las dos grandes zonas en las que opera. En el occidente, en la costa pac¨ªfica colombiana, est¨¢ en malas condiciones, sin gran capacidad para capturar rentas y en plena disputa con grupos armados que le compiten por el poder, mientras en el oriente, y especialmente en el departamento de Arauca, tiene dominio de las zonas y logra capturar mayores recursos. ¡°Lo que es fortaleza militar en la franja oriental del pa¨ªs, es debilidad en el costado occidental¡±, resume el estudio.
Para la FIP, ese contraste tiene por lo menos tres razones de ser. Una es que en el oriente, y sobre todo en Arauca, el ELN tiene ra¨ªces hist¨®ricas profundas, y mayor compenetraci¨®n con toda la sociedad local. Otra es la frontera con Venezuela, p¨²es ¡°se ha dado una profundizaci¨®n y consolidaci¨®n de su presencia en territorio venezolano, lo que la ha llevado a transitar hacia una agrupaci¨®n binacional en sus prioridades¡±. Y la tercera es que en el Pac¨ªfico tiene mayor competencia de otros grupos ilegales, que la debilitan. De hecho, sobre su debilidad all¨ª, explica que ¡°pareciera que la mayor afectaci¨®n al ELN se ha derivado de su confrontaci¨®n con otros grupos armados, m¨¢s que con el Estado mismo.¡±
Esa situaci¨®n m¨²ltiple, diversa, refuerza el federalismo del ELN, es decir, ¡°a las limitaciones de sus instancias nacionales para coordinar y cohesionar de manera permanente a sus estructuras territoriales¡±, que vienen de su historia. Es tan diversa la guerrilla que mientras en la regi¨®n araucana del Sarare y su principal ciudad, Saravena, ¡°ha extendido una pol¨ªtica prohibicionista respecto a los cultivos de coca¡±, en la regi¨®n Pac¨ªfica ¡°las fuentes de financiaci¨®n del grupo son acotadas a tres actividades: la econom¨ªa cocalera, la miner¨ªa ilegal y las llamadas ¡®retenciones¡¯ o secuestros¡±. Y tambi¨¦n es una guerrilla menos unida que las FARC por un proceso de cambio generacional en esa guerrilla en la que los nuevos mandos tienen a la vez menos formaci¨®n pol¨ªtica y en muchos casos son menos favorables a los di¨¢logos.
Por eso, para la FIP, el reto no es tanto sentarse con una guerrilla con m¨¢s hombres que la que estaba sentada en 2018, sino ayudar a sus sectores m¨¢s dispuestos a negociar a aprovechar la ventana de oportunidad de tener un Gobierno de izquierda interesado en ese fin, aprovechando que es ¡°un grupo debilitado pol¨ªticamente por cuenta de su incapacidad de incidir en movilizaciones sociales de trascendencia y por carecer de un m¨²sculo militar que pueda desafiar seriamente al Estado¡±.
¡°Los tiempos de la negociaci¨®n, los de la paz y de la guerra, pueden ser definitivos¡±, dice el estudio, que indica que el reto para esos sectores del ELN ¡±consiste en negociar aprovechando el momento actual y traer un legado de 50 a?os de lucha a la mesa de conversaci¨®n o el de desmovilizarse, combatir y transformarse por facciones y de manera gradual¡±. Y m¨¢s cuando el objetivo de la guerra no es tomarse el poder en todo el pa¨ªs y cuando el grupo m¨¢s reacio, encabezado por el poderoso Frente de Guerra Oriental, el que opera en Arauca, vive en ¡°una zona de comodidad que, a trav¨¦s de esquemas de captura del Estado, le permiten sacar provecho de cuotas burocr¨¢ticas, instancias de participaci¨®n local y megaproyectos del Estado.¡±
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