La mitad de los colombianos quiere irse del pa¨ªs
El deseo de emigrar ha ido en aumento en el ¨²ltimo a?o. El pa¨ªs ha registrado un r¨¦cord de salidas de nacionales que no han regresado
Laura Tafur ha intentado entrar dos veces a Estados Unidos y dos veces ha sido deportada a Colombia. Estuvo cinco meses tras las rejas en centros de detenci¨®n y ahora se alista para ejecutar su plan por tercera vez. En cada regreso ha constatado que en el pa¨ªs escasean las oportunidades de empleo y esto refuerza su idea de echar ra¨ªces en el pa¨ªs del sue?o americano. Colombia, con el 49% de su poblaci¨®n, lidera una lista de 13 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina donde las personas quieren irse a buscar mejores aires, de acuerdo con una reciente encuesta de Gallup. Laura tiene 28 a?os y est¨¢ convencida de que en su pa¨ªs natal no hay plaza para ella.
La ternura con la que habla Laura, un tono de chica mimada, contrasta con la rudeza de sus vivencias. No muestra congoja; parece blindada por un caparaz¨®n hecho de sus duras experiencias y sonr¨ªe como si en vez de una odisea contara una aventura afortunada. En 2022, a Laura ¡ªesteticista, con experiencia en ventas¡ª se le meti¨® en la cabeza irse a los Estados Unidos. Entusiasm¨® a su novio y comenzaron a indagar rutas por d¨®nde irse. Ninguno de los dos ten¨ªa visado. Hicieron pr¨¦stamos en el banco y sacaron dos tarjetas de cr¨¦dito. El 19 de julio volaron a ciudad de M¨¦xico y de ah¨ª tomaron otro vuelo hasta Reynosa, noreste del pa¨ªs. Desde Colombia ya hab¨ªan contactado a un coyote que los ayudar¨ªa a atravesar la frontera. Cada uno le pag¨® 1.400 d¨®lares. Permanecieron unos d¨ªas en una casa a la espera y se embarcaron en una balsa inflable con 15 personas m¨¢s. Cruzaron el R¨ªo Bravo de noche, cuando cre¨ªan que hab¨ªa menos peligro de que la guardia los sorprendiese. Apenas pisaron tierra estadounidense, Laura y su novio se tropezaron con la patrulla fronteriza. Se entregaron y fueron conducidos al puesto migratorio m¨¢s cercano. Su plan era pedir asilo y viajar a California, donde una t¨ªa los esperar¨ªa.
Los agentes de la frontera separaron a la pareja y los despojaron de sus pertenencias. Laura fue recluida en el Centro de Detenci¨®n de Louisiana, una de las m¨¢s de 200 c¨¢rceles y lugares como estos para inmigrantes indocumentados. Colombia est¨¢ en el tercer lugar de pa¨ªses que m¨¢s intentan cruzar la frontera con los Estados Unidos de forma irregular (M¨¦xico y Venezuela ocupan los primeros lugares). 51.984 colombianos fueron arrestados entre enero y febrero de este a?o.
Las primeras noches, despu¨¦s de la detenci¨®n, a Laura le costaba dormir. Cuando lo consegu¨ªa, su mundo on¨ªrico quedaba en blanco, le fue arrebatado por el fracaso de atravesar la frontera. Cada d¨ªa lo pasaba a la espera de una entrevista, la esperanza de muchos inmigrantes para entrar a ese pa¨ªs. Vestida con el uniforme naranja, el de los presos, lloraba y le costaba comer, tanto que a veces solo tomaba agua. En un cuarto con barrotes, atestado de mujeres de todas partes, en principio no pod¨ªa ni siquiera ba?arse ni ver la luz del sol. En las madrugadas le imploraba a Dios para que le ayudase a salir de ah¨ª, pero la hora de la entrevista nunca lleg¨®. Casi dos meses despu¨¦s, los agentes entraron de madrugada y ella fue deportada a Colombia en un avi¨®n en el que todos los pasajeros iban esposados de pies y manos. Al novio, en cambio, lo dejaron entrar a los Estados Unidos a los cuatro d¨ªas de haber llegado.
En octubre, Laura retom¨® el plan: decidi¨® intentarlo de nuevo, esta vez con una prima, el esposo y la hija de ella, por la frontera de Ju¨¢rez (M¨¦xico) a trav¨¦s de otro coyotero que les asegur¨® que pasar¨ªan con facilidad. All¨ª, en el muro, volaron los drones que detectan calor humano y ellos se entregaron en Migraci¨®n. Laura fue llamada a la entrevista pero el veredicto fue negativo por infringir la primera deportaci¨®n. Mientras esperaba que un juez decidiera, pas¨® tres meses encerrada y, en enero de este a?o, la enviaron esposada nuevamente a Colombia.
Su madre, presente durante la entrevista, no est¨¢ de acuerdo con que Laura emprenda otra vez ese camino incierto, una excursi¨®n de sufrimiento y l¨¢grimas con sus d¨ªas y noches. Laura est¨¢ decidida a migrar, todav¨ªa no sabe bien a d¨®nde, pero el caso es que desde que regres¨® no ha conseguido trabajo. No descarta volver a Estados Unidos, donde siente que est¨¢ su mente y su coraz¨®n. Ha pensado en nuevas maneras de entrar sin pasar por un puesto migratorio.
¡ª?No le da miedo volver a irse?
¡ªNo. Me dio m¨¢s miedo la primera vez, porque ten¨ªa que pasar en una balsa y yo nunca me hab¨ªa montado en eso, y el susto era que se volteara. Yo quiero realizar mis sue?os y s¨¦ que ac¨¢ no va a ser. Aqu¨ª uno se gana el m¨ªnimo, y le quedan 100.000 (23 d¨®lares) o 50.000 pesos (11 USD). ?Uno cu¨¢ndo va a ahorrar? ?Cu¨¢ndo va a tener algo? Aqu¨ª est¨¢ muy mal todo.
Si pudiesen, cinco de cada diez colombianos se ir¨ªan del pa¨ªs, de acuerdo con un estudio de Gallup entre 1.200 ciudadanos. En una lista de 13 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, el sondeo mostr¨® que Colombia es el pa¨ªs con mayor probabilidad de emigrar, seguido de Rep¨²blica Dominicana (48%), Ecuador (47%) y Honduras (45%). La cifra de colombianos que se ha ido del pa¨ªs tambi¨¦n es alarmante, seg¨²n el reporte del Centro de Recursos para el An¨¢lisis de Conflictos (CERAC). Los registros migratorios por avi¨®n muestran que solo este a?o, entre enero y mayo, salieron 507.000 nacionales colombianos (m¨¢s de 50.000 cada mes), mientras que en 2022 salieron 547.000. El mismo centro de investigaci¨®n advierte que el disparo de estas cifras hab¨ªa ocurrido en 2000, cuando 282.000 colombianos emigraron durante el gobierno de Andr¨¦s Pastrana, por esos a?os el pa¨ªs entr¨® en recesi¨®n y hubo graves problemas de orden p¨²blico.
Jorge Restrepo, director del CERAC, dice que de enero a abril de este a?o el primer pa¨ªs de destino de los colombianos fue M¨¦xico (aunque puede que muchas personas tengan Estados Unidos como destino final); el segundo fue Espa?a; el tercero, Estados Unidos; el cuarto, Ecuador, y el quinto, Chile. ¡°Es muy dif¨ªcil saber a qu¨¦ se debe. Habr¨ªa que hacer estudios demogr¨¢ficos muy detallados, pero hay indicios de que la fuert¨ªsima devaluaci¨®n del peso durante el a?o pasado haga muy rentable salir a trabajar al exterior. La falta de oportunidades en Colombia, en especial para las mujeres y personas j¨®venes, es un factor de expulsi¨®n que habr¨ªa que tener en cuenta¡±, explica Restrepo.
Periodista y conductor de Uber
C¨¦sar Mu?oz Vargas, ojos miel y estatura mediana, se niega a decir su edad. Seg¨²n ¨¦l, revelarla es uno de los primeros obst¨¢culos para encontrar trabajo. ¡°Aqu¨ª, en Colombia, es m¨¢s grave envejecer que robar¡±, dice entre risas. Aunque podr¨ªa estar sobre los 45 a?os ¡ªtodav¨ªa joven¡ª cree que es uno de los tantos motivos de discriminaci¨®n. Antes de preguntar por su experiencia, le han preguntado por su edad y eso, a ¨¦l ¡ªperiodista de profesi¨®n¡ª le molesta. ¡°Es un pa¨ªs que no est¨¢ ofreciendo oportunidades, y no es desde este gobierno, sino desde el anterior, y la pandemia agrav¨® la crisis y la falta de espacios para que la gente se desarrolle profesionalmente¡±, cuenta.
Desde que se qued¨® sin empleo, hace varios a?os, emigrar es una idea que ha venido tomando fuerza. Es el ¨²nico camino que le queda si es que quiere surgir. Mientras busca trabajo, C¨¦sar Mu?oz se las ingenia: hace correcciones de textos y, aunque teme decirlo porque no est¨¢ reglamentado, es conductor de Uber, una actividad que apenas le deja para los gastos b¨¢sicos y que considera una explotaci¨®n. ¡°Utilizas tu carro, lo deterioras y te expones a ciertos peligros y sanciones, y ellos no pierden nada¡±, explica. Recoger pasajeros le ha servido para promover su libro Nueve claves para decirlo bien, publicado de manera independiente y que exhibe en la guantera del veh¨ªculo. ¡°Uber no me da para vivir, es una suerte de rebusque y, sobre todo, un pretexto para promocionar el libro y charlas sobre ortograf¨ªa y gram¨¢tica, pero eso lo intento con el 3% de pasajeros que est¨¢ dispuesto a tener una conversaci¨®n¡±, dice.
Su crisis laboral coincidi¨® con la pandemia, cuando comenz¨® a hacer todo tipo de trabajos para subsistir. Preparaba tortas que vend¨ªa a domicilio. ¡°La gente para no morirse de hambre recurre a vender comida¡±, dice. No encontrar ninguna estabilidad laboral en la carrera que estudi¨® es frustrante, es postergar sus sue?os. Un hermano, radicado en M¨¦xico, le ha ofrecido que se vaya, pero sabe que no ser¨¢ f¨¢cil con los tr¨¢mites de visado y, sobre todo, porque tiene familia en Colombia.
Abogada y agente Call Center
Con 26 a?os y graduada de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia, Juanita Getiva no ha podido conseguir trabajo en su profesi¨®n. ¡°En 2020 me gradu¨¦ por PDF (formato digital)¡±, dice. Salir al mercado laboral ha sido m¨¢s dif¨ªcil de lo que pensaba. Los m¨ªseros sueldos que le ofrec¨ªan (un poco m¨¢s del salario m¨ªnimo) la obligaron a tomar un trabajo en un Call Center.
Jornadas de hasta 12 horas pero mejor pagas que un empleo como abogada, la dejaron exhausta. Con lo que ahorr¨® se fue a Espa?a inicialmente a estudiar una maestr¨ªa, pero no la pudo terminar y trabaj¨® durante un a?o en ese pa¨ªs. All¨ª se dio cuenta de la diferencia colosal entre el salario m¨ªnimo colombiano y el espa?ol. ¡°Yo hice c¨¢lculos y aqu¨ª en Colombia a uno se le va el 30% del sueldo en transporte p¨²blico, mientras que all¨¢ era el 10%¡±, dice.
Hace nueve meses, Juanita regres¨® a Colombia y volvi¨® a su trabajo de Call Center, esta vez en otra empresa. Desde antes de irse ya hab¨ªa constatado que es muy dif¨ªcil surgir para las personas de clase media (Colombia est¨¢ segregada por estratos sociales). Durante su carrera tambi¨¦n tuvo que trabajar y su esperanza era encontrar un trabajo cuando se graduara. ¡°Me hizo mucha ilusi¨®n estudiar y me siento orgullosa, pero al ver el mundo laboral me cay¨® todo el peso de la realidad y me baj¨¦ de la nube de ser una abogada¡±, dice con ¨¦nfasis.
Juanita acaba de casarse con su novio alem¨¢n y se ir¨¢ del pa¨ªs, con sus papeles en regla, en pocos d¨ªas. Sue?a con aprender alg¨²n oficio relacionado con el dise?o. ¡°En Europa es mucho m¨¢s f¨¢cil conseguir trabajo de lo que sea. En Alemania no sentir¨¦ el mismo miedo que ac¨¢ porque, si no consigo trabajo, el gobierno del estado de donde est¨¦ tiene un fondo de empleo al que puedo acudir¡±, dice.
Colombia es el cuarto pa¨ªs del mundo que m¨¢s solicita asilos en la Uni¨®n Europea. Los j¨®venes est¨¢n en el grupo poblacional de los que m¨¢s se les dificulta encontrar empleo. En abril, el desempleo en Colombia lleg¨® al 10,7% y por eso quieren emigrar. Buscan un nuevo horizonte. Irse del pa¨ªs les da esperanzas aunque les asusta el cambio. ¡°El exiliado mira hacia el pasado, lami¨¦ndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance¡±, entre estas dos perspectivas se debaten quienes abandonan sus pa¨ªses, de acuerdo con la escritora Isabel Allende.
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